CIERRE DE OFICINAS

Rebelión en la España vaciada contra el cierre de bancos: concentraciones, firmas y clausura de cuentas

  • Desde 2008, se han cerrado más del 55% de sucursales en el país, pasando de 45.662 a 20.421 oficinas 

  • Tras la amplia clausura de sedes de Santander y Caixabank, ahora es Unicaja-Liberbank quien comienza a ejecutar el cierre de unas 400 sucursales en Castilla y León, Castilla-La Mancha, Asturias, Cantabria y Andalucía 

  • Según el Banco de España, hay 1,3 millones de personas en situación de vulnerabilidad en cuanto al acceso de efectivo  

Varias clientas hacen fila en el penúltimo día con la sucursal de Liberbank de Alcabón abierta.

Varias clientas hacen fila en el penúltimo día con la sucursal de Liberbank de Alcabón abierta. / ALBA VIGARAY

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En la barra del Bar Los Cocos de Alcabón, un pequeño municipio al norte de Toledo, hay unas hojas grapadas que son testigos mudos de la indignación de los 678 vecinos censados. "Pedro, ¿tú tienes las hojas, no? Que vengo a firmar", pregunta una vecina en esta fría y lluviosa mañana de marzo tras abrir la puerta del bar.

Alcabón será pequeño, pero tiene farmacia, consultorio médico, dos bares, una piscina, un polideportivo, varias tiendas e incluso "una casa rural", pero desde el pasado viernes no tiene sucursal bancaria

El pueblo albergaba una de las 143 oficinas que se han cerrado por los ajustes de reordenación que ha aplicado Unicaja Banco en el marco del proceso de integración de Liberbank y dentro de la reordenación general de oficinas en el sector financiero. El plan contempla el cierre total de unas 400 sucursales hasta mayo, sobre todo en la España vaciada, y también un ERE que afecta a cientos de empleados. 

Los cierres se han producido en Andalucía, Asturias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Extremadura. En esta primera fase, Castilla y León, donde son 56 las oficinas que han echado el cierre, y Castilla-La Mancha, con 38, son las comunidades más afectadas.

"Nos fastidian"

"Pues nos hacen la puñeta, sobre todo a la gente mayor. Yo porque tengo a mis hijos que me pueden llevar, pero otros no pueden desplazarse a Santa Olalla o Torrijos, a seis kilómetros. Nos fastidian a todo el pueblo", denuncia Teodoro García, jubilado, mientras apura un café en el bar de Alcabón, que se ha convertido en la sede de la resistencia.

Uno por uno, los vecinos, la mayoría mayores, van pasando por la barra a firmar las hojas donde reclaman a la entidad bancaria que reconsidere su medida. "Es que al menos 400 personas están jubiladas en el pueblo y esas no saben nada de internet", asegura Pedro Pablo, el dueño de la cafetería. 

"Todo el pueblo está que trina. Hay gente que está cancelando ya las cuentas. Se van a los bancos de Torrijos", aprecia el hostelero sobre el cierre de esta sucursal, que ya sólo abría un día a la semana, el viernes. "El alcalde está luchando para que dejen al menos un cajero".   

"Nos van a hacer un apaño tremendo", afirma otra jubilada mientras espera la fila de tres personas para entrar al banco, donde solo se puede entrar de uno en uno y la única empleada dice que ya lo siente por los vecinos, pero ella solo cumple "órdenes".

Pedro, dueño del bar Los Cocos, junto a las hojas con la recogida de firmas para evitar el cierre.

/ ALBA VIGARAY

Desde la crisis de 2008 y espoleada por la digitalización de la banca, se han cerrado más del 55% de las oficinas bancarias del país, pasando de 45.662 a 20.421. En solo seis años, según los datos del Banco de España, la red ha perdido más de 10.000, principalmente del Banco Santander y Caixabank, esta última inmersa en amplios recortes debido a la fusión de entidades.  

Lo ocurrido en los últimos años ha generado, según la institución, que haya 1,3 millones de personas en situación de vulnerabilidad en cuanto al acceso de efectivo. Sobre todo en la España rural.  

En Sabero, al norte de León, en provincia minera, están muy dolidos con la entidad, que absorbió la antigua caja de ahorros, que era la única que quedaba en el municipio (1.000 habitantes) y que ya solo abría los martes. "Nos sentimos abandonados, tenemos claro que seguramente el dinero del Ayuntamiento lo vamos a sacar de la entidad", señala el alcalde, Francisco García Álvarez, que insiste en que la medida afecta a la población mayor. "Hay muchos que podemos manejarnos con internet, ¿pero ellos?".

"Es que el edificio era de ellos, no tenían ni renta, pero lo han decidido así", asegura apesadumbrado el primer edil de un pueblo que ha recogido firmas y montado concentraciones contra el cierre. Ahora sus habitantes deberán irse a Cisterna, a siete kilómetros de distancia, y muchos, los más mayores, dependerán de familiares o amigos para que les trasladen al banco.

En Villanueva de Duero, Valladolid, la situación se repite. Una localidad de 1.227 habitantes, la mayoría envejecida, que se queda sin banco y sin cajero. "Estamos elaborando un comunicado para transmitirle a administración la situación, a ver si conseguimos algo", asegura con poca fe el alcalde. ¿Habrá represalias? "Es complicado, pero es una de las opciones, a nivel particular cada uno hará lo que crea, pero la entidad tiene ahí los cobros, las tasas...".  

En Zamora ya comenzaron a vivir los recortes a principios de año, cuando Unicaja prescindió de la Oficina Móvil instalada en un autobús que prestaba servicio en numerosos pueblos de diferentes comarcas. 

Una de las localidades afectadas, Faramontanos de Tabara, ideó un servicio público de autobús gratuito que permite a los vecinos que quieran desplazarse a Tabara, donde sí hay sucursal bancaria, a realizar sus operaciones, según adelantó La Opinión-El Correo de Zamora. El vehículo, eso sí, solo hace el viaje un día al mes. 

1.800 puntos de atención

En Unicaja estiman que han mantenido el compromiso con el territorio porque mientras otras entidades se iban, ellos permanecieron. El banco, de hecho, sigue siendo el quinto banco del sistema financiero español, y entidad financiera cotizada y de referencia en seis comunidades autónomas (Andalucía, Asturias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Extremadura), además de estar presente en otros mercados como Madrid, Ceuta y Melilla. 

La entidad cerró el ejercicio 2021, con una red de cerca de 1.800 puntos de atención al cliente (más de 1.300 oficinas y 480 agencias atendidas por 400 agentes financieros) y más de 2.500 cajeros automáticos propios. 

En los últimos años, Unicaja Banco ha realizado "un esfuerzo" por potenciar su red de agentes, que prestan servicio a los clientes de la entidad en las zonas rurales, algo que seguirá intentado aplicar en las zonas rurales, estiman desde la entidad.  

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Unicaja Banco tratará, según fuentes de la entidad, de buscar soluciones a través de su red de agentes, sobre todo pequeños municipios y en núcleos rurales, "proporcionando atención de manera presencial, y contribuyendo a evitar la exclusión financiera".

En algunas provincias, de hecho, especialmente en el ámbito rural, se han alcanzado acuerdos con las administraciones, como en Málaga o Almería, para facilitar que se mantengan los cajeros automáticos en zonas con escasa o nula implantación de entidades, como son el caso de algunas zonas rurales de baja densidad de población y de oferta financiera.

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