INTERRUPCIÓN DE LAS EXPORTACIONES

La guerra encarece los alimentos básicos y amenaza el comercio mundial de cereales

Maíz, trigo y aceite de girasol suben de precio en los mercados globales por “las perturbaciones en el Mar Negro”, según la organización de la ONU para la alimentación y la agricultura

Campos de trigo en el Este de Ucrania

Campos de trigo en el Este de Ucrania / Polina Rytova

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La invasión de Ucrania por parte de Rusia y la intensificación de las operaciones militares pueden dejarse sentir en las mesas de todo el mundo, puesto que entre los dos países son responsables del 29% de la producción mundial de trigo y del 80% de la de aceite de girasol, y sólo Ucrania proporciona el 16% del maíz que se compra en el resto del planeta. Con las exportaciones detenidas por la guerra y con pocas perspectivas de que desescale el conflicto, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) empieza a adelantar que habrá consecuencias negativas en los precios y en el comercio mundial de cereales y aceites.

De hecho, el índice de precios de los alimentos de la FAO marcó un récord histórico en febrero, alcanzando los 140,7 puntos, un 20,7% más que hace un año y 3,1 puntos por encima del anterior máximo, que data de febrero de 2011. Los componentes del indicador responsables del repunte son los aceites vegetales (+8,5% respecto al mes anterior), los lácteos (+6,4%), el maíz (+5,1%) y el trigo (+2,1%). Exceptuando el caso de los lácteos, que tienen que ver con una producción más baja en Europa y Oceanía y un aumento de la demanda en Asia, en el resto de elementos la guerra se identifica como una de las causas del incremento; y eso que la propia FAO aclara que el indicador se elabora con los precios medios a lo largo del mes, y por eso "incorpora parcialmente tan solo los efectos en los mercados del conflicto de Ucrania".

Así, la subida de los aceites tiene que ver, según la FAO, con "la sostenida demanda mundial de importaciones" sumada a "las reducidas disponibilidades exportables de aceite de palma en Indonesia, [...] las perspectivas más bajas de producción de soja en América del Sur y las preocupaciones sobre la reducción de exportaciones de aceite de girasol debido a las perturbaciones en la región del Mar Negro". En el caso del trigo, esas "perturbaciones" son la única razón que la organización multinacional señala como responsable del aumento, y en el maíz se combinan el incremento del precio del trigo y "la situación de los cultivos en América del Sur" con "la incertidumbre en relación con las exportaciones de maíz de Ucrania" para explicar el alza de los precios. Todo, en un contexto en el que los precios de la energía, los fertilizantes y los piensos -que también tienen que ver mucho con el conflicto- "tienden a reducir los márgenes de beneficios de los productores de alimentos, desalentándolos a invertir y a ampliar la producción", según el economista de la FAO Upali Galketi.

Exportaciones en peligro

Los precios récord y la guerra llegan en un momento de máximos históricos de producción mundial de cereales en distintos países del globo, entre ellos de trigo y maíz en Ucrania, que no obstante pueden acabar resultando en menores exportaciones de las previstas por los "daños importantes en las infraestructuras, particularmente las portuarias y ferroviarias" causadas por el conflicto. La FAO pronostica que el comercio mundial de cereales alcance en 2021/2022 los 484 millones de toneladas, un 0,9% más que en el ejercicio anterior, pero esto es antes de tener en cuenta "las posibles consecuencias del conflicto en Ucrania en los flujos comerciales procedentes de dicho país y de la Federación de Rusia".

Para lo que queda de la campaña 2021/2022, que termina el 30 de junio, se esperaba una exportación por parte de Kiev de 6 millones de toneladas de trigo y 16 millones de toneladas de maíz, mientras que de Moscú se contaba con 8 millones de toneladas de trigo y 2,5 millones de toneladas de maíz. Una alteración de esas cifras podrían dar al traste con el récord mundial esperado en el comercio del trigo, que se estimaba en 194 millones de toneladas (4,8 millones más que en el ejercicio anterior), y en una reducción más fuerte del previsto en el caso del maíz, para el que se calculaba un intercambio internacional de 237 millones de toneladas, 2,1 toneladas menos que en 2020/2021.

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La subida de los precios de los cereales y las disrupciones en los envíos procedentes de Rusia y Ucrania pueden afectar gravemente a economías en desarrollo que dependen mucho de estos países para la elaboración del pan y otros alimentos básicos. Egipto, el principal importador de trigo del mundo, recibe un 54,7% de lo que compra de Rusia y un 14,7% de Ucrania; Túnez depende en un 47,7% del trigo de Kiev, y Líbano en más de un 60%. Los países más afectados ya buscan alternativas en mercados como India, que ha concatenado cinco años de producción récord de trigo, o Australia, que también está viviendo temporadas de buenas cosechas.

En España, los cereales de la zona del Mar Negro son especialmente importantes para la fabricación de piensos para ganado; el 30% de las compras de maíz para este cometido se hacían hasta ahora a Ucrania. El sector agroalimentario está preocupado por la posibilidad de una interrupción del suministro, así como por las posibles sanciones de Moscú en represalia a las impuestas por la Unión Europea que veten la entrada de nuevos productos al mercado ruso, como sucede desde 2014 con la carne, las verduras o las frutas.