Por 130 millones

Mémora, el gigante español de las funerarias, vende sus inmuebles en Barcelona al fondo WP Carey

Tanatorio de Mémora en Barcelona.

Tanatorio de Mémora en Barcelona. / Jose Irun

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Mémora, el gigante español de las funerarias, acaba de desprenderse de sus inmuebles en Barcelona. La compañía, controlada por el fondo de pensiones de los profesores de Ontario (OTPP), ha vendido al fondo estadounidense WP Carey una cartera de 26 inmuebles en la Ciudad Condal por 130 millones de euros, a la vez que ha cerrado un contrato para quedarse como inquilino durante 30 años. Mediante esta transacción (denominada sale & leaseback), el fondo canadiense OTPP consigue hacer caja para seguir haciendo crecer la compañía, en la que entró en julio de 2017. Mémora factura en torno a 200 millones de euros al año y cuenta con unos 140 tanatorios. La transacción ha sido asesorada por CBRE.

En Cataluña, la compañía es líder del sector contando con una cuota de negocio del 35% a partir de su filial Serveis Funeraris de Barcelona. Poco antes de la entrada de OTPP en su accionariado, se puso en duda la continuidad del liderazgo de Mémora en esta región por la intención de la alcaldesa de la Ciudad Condal, Ada Colau, de montar una funeraria pública en 2019, que hubiera recortado el precio de estos servicios entre un 30 y un 40%. Finalmente, la idea fue descartada y el fondo canadiense se impuso en una dura subasta competitiva al desembolsar 450 millones de euros por la compañía. Anteriormente, la firma estaba controlada por el fondo británico 3i.

Mémora es líder en Cataluña, a través de Serveis Funeraris, con una cuota de negocio del 35%

“El anuncio de hoy marca el inicio de una colaboración estratégica a largo plazo que contribuye a acelerar el crecimiento y la expansión del Grupo Mémora mientras continúan nuestros planes de apertura de nuevas instalaciones durante las próximas décadas”, ha afirmado Juan Jesús Domingo, consejero delegado de Mémora. En este sentido, desde la toma de control por parte de OTPP la compañía ha realizado diferentes adquisiciones para reforzar su presencia en diferentes regiones de España, como la Funeraria Irache (Navarra), Rekalde (País Vasco) o Montero (Madrid).

Reparto del pastel

La fuerte atomización del sector ofrece grandes oportunidades de crecimiento en el país, donde prestan servicios funerarios unas 1.100 empresas. De éstas, al menos 900 son pymes que ingresan menos de un millón de euros. Sin embargo, el pastel de los decesos mueve más de 1.500 millones al año en España. Las fuentes consultadas por EL PERIÓDICO DE ESPAÑA indican que los motivos por los que fondos y aseguradoras quieren crecer en este negocio se basan en el potencial de crecimiento que tiene en el país ligado a la situación demográfica de España, donde más del 30% de la población en 2050 tendrá más de 65 años, frente al 17% actual. En ese momento, habrá en torno a cuatro millones de octogenarios en el país, según el estudio El envejecimiento de la población elaborado por el CSIC.

Por tamaño, a Mémora le sigue Albia, la filial de servicios funerarios de la aseguradora Santalucía. Con unos ingresos de 165 millones de euros en el ejercicio de 2020 se coloca como la segunda mayor funeraria española. Gracias a ella, Santalucía encabeza el volumen de primas con 686 millones de euros, el 31,5% de la cuota de mercado. La tercera es Funespaña que registró una facturación de 48,6 millones en el año 2020, mientras Mapfre superó los 310 millones de euros en primas por decesos.

Cabe recordar que Funespaña y Albia anunciaron su fusión en el año 2019, pero la aprobación de competencia se retrasó por las investigaciones de Competencia. La fusión entre ambas podía haber quitado el liderazgo a Mémora, al poder llevar a cabo 70.000 servicios anuales. Esto chocaba con el resto de empresas del sector, que está en manos de familias que apenas llegan al millón de facturación. Pese al “riesgo elevado” que suponía la fusión, las autoridades de competencia la autorizaron estableciendo una serie de condiciones.

La fusión entre Albia (Santalucía) y Funespaña (Mapfre) hubiera arrebatado el liderazgo a Mémora en algunas regiones

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La nueva sociedad se repartaría al 75% por Santalucía y al 25% por Mapfre. Sin embargo, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) obligó a la segunda aseguradora a salir del accionariado de la nueva sociedad y a reducir la exclusividad en los servicios. A Santalucía también le exigió diferentes condiciones, pues la operación reforzaría la posición de la compañía como aseguradora de decesos al poder prestar servicios intragrupo “con el riesgo de expulsión de competidores, ya que la nueva entidad tendría una mayor presencia en distintas zonas”.

Por ello, el regulador obligó a esta aseguradora a cumplir con varias condiciones, como dar libertad a los allegados del fallecido puedan elegir funeraria sin ser automáticamente dirigidos a la suya o que desinvirtiera del negocio en el municipio de Valdepeñas (Ciudad Real) facilitando la entrada a otra compañía del sector y evitar la posición de monopolio que tendría en esa ciudad. Finalmente, las condiciones no convencieron a las aseguradoras españolas que decidieron mantener sus negocios por separado operando de forma independiente como habían hecho hasta la fecha.