PESCA

El sector pesquero protesta ante la llegada de la eólica marina a Galicia

Un barco de pesca del norte de Europa con un parque eólico marino al fondo

Un barco de pesca del norte de Europa con un parque eólico marino al fondo / WINDEUROPE

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Víctor P. Currás

La construcción del complejo eólico marino de 1.200 megavatios de potencia en las aguas del Cantábrico ya tiene sus primeros detractores: los pescadores de este caladero. La plataforma “manifiesto de Burela en defensa del sector pesquero del Cantábrico Noroeste” comparecerá este martes en Puerto de Vega (Asturias) para dar a conocer su posición general ante este tipo de instalaciones.

La constitución en el mes de diciembre de la sociedad limitada Parque Eólico Marino Nordés por parte de BlueFloat y Quantum –y otros tres de Iberdrola, de momento en standby– ha puesto en guardia a todo el sector, ya que por el momento se desconoce la ubicación exacta del que será el mayor parque eólico flotante de España.

Desde la asociación destacan que son 4.300 las embarcaciones afectadas con más de 12.000 pescadores que viven de los recursos de estas costas. Sin embargo, esta cifra crece hasta casi 48.000 puestos indirectos en tierra según las cifras recogidas en el Manifiesto de Burela firmado el 4 de noviembre. Este comunicado será el primer paso para poner sobre la mesa su situación.

El sector pesquero buscará conseguir apoyos a nivel político pero también concienciar a la sociedad civil: “Todos estamos a favor de que los combustibles fósiles desaparezcan, pero sin sacrificar los ecosistemas marinos ni el sector” afirman.

Su portavoz, Torcuato Teixeira, se muestra especialmente escéptico ante lo que califica como “un gran negocio” bajo la premisa de salvar el planeta. De esta forma apunta a que aunque el negocio sea viable, no permitirán que les afecta aunque sea “parcialmente” y cree que aunque la descarbonización sea importante, también lo es defender un sector que produce “alimentos saludables y de forma sostenible”.

Es por ello que requerirán al instituto Oceanográfico, máximo órgano científico en la materia a nivel estatal, un estudio que valore las consecuencias tanto a nivel genérico como en las distintas especies que se capturan en la zona, tales como “la sardina, el jurel, la caballa y la merluza”, siguiendo de esta forma un principio de precaución.

A día de hoy, solo hay un parque eólico marino en funcionamiento en la costa de la península ibérica: el Windfloat Atlantic, a 70 kilómetros del puerto de Vigo, frente a la localidad de Viana do Castelo.

Desde el municipio portugués ya han recibido las primeras conclusiones tras dos años en funcionamiento por parte de sus homólogos. “El impacto socioeconómico fue brutal y el impacto en nuestros ecosistemas todavía se desconoce”. Señala Teixeira que durante su tramitación y posterior ampliación no hubo informes respecto a los recursos pesqueros de la zona, algo que los pone en guardia.

En los próximos meses esperan viajar a Viana do Castelo para conocer de primera mano la infraestructura y su alcance, ya que más allá de las cercanía geográfica e idiomática, este es el ejemplo en Europa más similar con el que compararse. “Las plataformas del Mar del Norte son 10 o 15 veces más grandes que las del Cantábrico” apunta ante otros proyectos vividos en Europa.

Iberdrola, en stand-by

El proyecto más adelantado tras la publicación por parte del Ministerio de Transición Ecológica del mapa de áreas que permiten esta instalación era el de Iberdrola a 20 kilómetros de la costa de Cervo. Sin embargo, la compañía dirigida por Sánchez Galán ha congelado su inversión de 3.000 millones de euros en San Brandán y San Cibrao ante las medidas del Gobierno para abaratar la luz.

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El objetivo del ministerio dirigido por Teresa Ribera es alcanzar los 3.000 megavatios de potencia instalada en el año 2030, aunque su “puesta en marcha escalonada” se vería claramente impulsada por estos dos proyectos en aguas gallegas.

Estos avances también son esperados con ansia por parte de otro sector estratégico en Galicia: el naval. Los astilleros buscan especializarse en la construcción de los ‘jackets’ que permiten anclar las turbinas a la plataforma continental.