MERCADO DE TRABAJO

La reforma laboral se estanca en la temporalidad

Un nuevo documento con más concesiones a la patronal hace aumentar las dudas entre los sindicatos sobre la posibilidad de acuerdo

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz / Europa Press

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La última reunión sobre la reforma laboral hace aumentar las dudas de los negociadores sobre la posibilidad de acuerdo. A falta de diez días de que se cumpla el plazo autoimpuesto por el Gobierno (el 17 de diciembre), y de 24 para que se llegue al límite establecido por la Comisión Europea (final de año), las negociaciones tropiezan con uno de los asuntos más espinosos del debate: la regulación de la temporalidad. El nuevo documento presentado a la mesa por el Ejecutivo, el pasado sábado, y el consiguiente debate de este martes en la mesa de negociación enfrían las posibilidades de alcanzar un acomodo en el que se sientan bien representados sindicatos y patronales, según fuentes de la negociación.

El nuevo texto del Gobierno incluye una regulación más suave de la contratación temporal de las que se habían propuesto hasta ahora, pensada -según estas fuentes- para atraer a la patronal al acuerdo. En el borrador, al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, desaparecen los límites a la contratación ocasional que se habían fijado en anteriores borradores (un número de contratos entre uno y treinta anuales, según el tamaño de la empresa). Esas cuotas se sustituyen por información a los sindicatos ("las empresas deberán trasladar a la representación de personas trabajadoras una previsión anual de uso de estos contratos"), y por la posibilidad, un tanto vaga, de que se establezcan límites en la negociación colectiva, que podrá fijar "planes de reducción de la temporalidad, que contarán con el apoyo público que, en su caso, se determine".

La única concreción en este sentido es que se establece que "los convenios colectivos podrán identificar aquellos trabajos o tareas que obedezcan a circunstancias de la producción que puedan cubrirse con contratos de esta naturaleza [temporal], así como fijar criterios generales relativos a la adecuada relación entre el volumen de la contratación de carácter temporal y la plantilla total de la empresa". Es decir, en vez de una ley que prohíbe y fija límites, se deja todo en manos de los negociadores en cada sector y empresa, que es la posición que defendía CEOE desde que se comenzó a hablar en la mesa de temporalidad, a la vuelta del verano. En otra concesión a la patronal, se elimina la previsión de que un mismo puesto ocupado por contratos ocasionales durante más de cinco meses al año se convierta en indefinido.

Estrategia de CEOE

Es la tercera vez que se redefine la regulación de la temporalidad, y cada rectificación se hace en condiciones más favorables a la patronal: primero se planteó un límite del 15% de temporalidad para todas las empresas; luego se propuso una frontera en función del tamaño de las compañías (y con especial atención al sector agrario, al que se permitía más eventualidad) y ahora se suprimen todos los acotamientos. Esto preocupa entre los sindicatos, que temen que la búsqueda del consenso desnaturalice una reforma que estaba llamada a tomar medidas decididas contra esta lacra, que alcanza al 26% de los empleados en España, 4,4 millones de personas.

Fuentes del diálogo social apuntan a que la actitud de CEOE en la mesa, que cuestiona cada uno de los redactados y amenaza con vetos al texto por parte de sus organizaciones asociadas, puede conducir a la negociación a un callejón sin salida. "Dicen que ANFAC [la patronal de fabricantes de vehículos] nunca aceptará una limitación a sus posibilidades de flexibilidad y temporalidad; luego ponen de excusa a ASAJA [agricultores], y así sucesivamente. Da la sensación de que no quieren pactar, de que se están garantizando un 'control de daños': rebajar, reunión tras reunión, los contenidos de la reforma lo más posible para luego negarse a firmar, pero logrando con esta técnica un redactado favorable", explican estas fuentes.

Fijos-discontinuos

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En la reunión de este martes también se ha analizado el nuevo redactado que el Gobierno ha facilitado en relación con la regulación de los trabajadores fijos-discontinuos, en la que también se aprecian retoques que recogen la posición de la patronal. Así, se incorpora como novedad que si el trabajador no se incorpora al puesto en el plazo estipulado tras el llamamiento empresarial, "se podrá entender dicha incomparecencia como un supuesto de dimisión [...] siempre que no exista causa que la justifique". Además, se elimina la previsión, que sí figuraba en anteriores borradores, de que a los fijos-discontinuos se les computase como antigüedad "a todos los efectos" el tiempo entre llamamientos, algo que soliviantaba a CEOE.

Sindicatos, empresarios y Gobierno tienen previsto volver a reunirse el viernes y dialogar sobre todos estos aspectos sobre la base de un nuevo documento del Gobierno que recoja los debates y las aportaciones realizadas por las partes en las últimas horas.