'Boom' inversor

Fiebre por los supermercados: la pandemia activa una oleada de operaciones corporativas

Condis, La Sirena, Sánchez Romero, Supersol o Caprabo han cambiado de manos en las últimos meses aupados por un aumento del presupuesto destinado a la cesta de la compra por las restricciones del coronavirus

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 La pandemia ha impulsado una oleada de operaciones corporativas en el negocio de los supermercados, que se han convertido en uno de los sectores refugio para un variado perfil de inversores. Condis, La Sirena, Sánchez Romero o Caprabo han sido algunos de los últimos en cambiar de manos, pero las fuentes financieras consultadas por EL PERIÓDICO DE ESPAÑA indican que esta oleada de transacciones solo acaba de empezar y se mantendrá en los próximos meses como consecuencia de los cambios en los hábitos de consumo tras la pandemia.

Según los datos de la consultora Nielsen, la facturación de los supermercados se elevó el 6,8% durante 2020, hasta mover 95.000 millones de euros en España (3.100 millones de euros más que en el ejercicio previo a la llegada del coronavirus). Pese a que este año la subida no será tan fuerte al haberse levantado casi todas las restricciones derivadas de la pandemia, la cifra se mantendrá estable gracias a la implementación de estas nuevas tendencias de consumo.

En primer lugar, el coronavirus ha acelerado la digitalización de la sociedad española en su conjunto y cada vez más personas optan por hacer la compra a través del ordenador o de sus dispositivos móviles en vez de dedicar un momento específico de la semana a esta cuestión. Eso ha provocado que, solo en el primer trimestre de este año, las ventas online de los supermercados se hayan disparado hasta los 544 millones de euros.

Es decir, el triple que la cifra registrada hace dos años y por encima de todo lo que se facturó a través de internet en el año 2016. Por eso, casi todas las grandes cadenas están destinado ingentes cantidades de dinero a su digitalización. Atrás quedaron las polémicas declaraciones de Juan Roig, presidente de Mercadona, hace apenas cuatro años cuando calificó la página web de su cadena como “una mierda”.

Ahora, ha pasado de perder dinero a ser rentable y a movilizar más de 1,2 millones de pedidos el pasado ejercicio. Por el momento, su facturación online representa el 1% del total de sus ventas (176 millones), pero hay que tener en cuenta que durante los primeros meses de la pandemia en 2020 frenaron los envíos online para apoyar a las personas que acudían a sus establecimientos. Ahora, la llegada de nuevos inversores al sector puede impulsar con creces estas mejoras del mundo digital, que conllevan grandes desembolsos de capital ligados a la esta transformación o a la logística.

Además, la pandemia también ha generado otro importante cambio en las dinámicas de consumo ligado a las restricciones de movilidad. Por un lado, se han dejado de lado las compras en los grandes almacenes para dar prioridad a los supermercados de formato proximidad, lo que ha disparado la facturación de cadenas regionales como Consum o Bonpreu, entre otras. Por otro, la población española ha dejado más de lado el gasto en restauración y ahora se dejan más dinero en los supermercados, algo también ligado a una mayor preocupación por una alimentación más sana.

Este fue uno de los motivos que lanzó a El Corte Inglés a comprar Sánchez Romero: una cadena de alimentación gourmet enfocada a un cliente más premium, hasta ahora solo presente en Madrid pero que quiere expandir a otras regiones del país. Frente a esto, el gigante de los grandes almacenes español ha puesto a la venta parte del negocio de Supercor, como reveló El Confidencial. Un cambio en su estrategia que también se están planteando otras famosas cadenas como Carrefour, que está analizando diferentes adquisiciones de diferentes compañías regionales. Entre ellas, los expertos dan nombres como los de Gadis, Maxcoop o Ahorramás como algunas de las que los inversores miran con más interés.

¿Cómo les beneficia?

Para alguno de estas marcas, la entrada de un nuevo inversor puede suponer un refuerzo financiero para seguir creciendo y conseguir ganar más tamaño, lo que a su vez se traduce en unas mejoras condiciones de compra para así lograr ser más competitivo. Además de suponer, en muchos casos, una solución al tema de la sucesión generacional que muchas de estas cadenas familiares tendrán que enfrentar en los próximos años.

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Un ejemplo de esto fue la participación que compró el fondo de capital riesgo español Portobello Capital en la cadena catalana Condis, que a su vez aprovechó para reorganizar su negocio desprendiéndose de 30 tiendas que tenía en Madrid y en la zona centro ayudando a los compradores (Uvesco -BM Supermercados- y EcoMora -La Despensa-) a crecer en esta región. En este contexto, los grandes grupos de alimentación nacionales e internacionales quieren aprovechar esta oleada de ventas para ganar cuota de mercado y consolidar su marca, tal y como hizo Carrefour el pasado año con la compra de 172 establecimientos de Supercor, traspasando 38 de ellos meses más tarde a otras cadenas locales como Cash Lepe o Froiz.

Frente a estas operaciones corporativas protagonizadas por fondos y por compañías del sector, llama la atención el caso de La Sirena. Tras ser adquirida por OpCapita en el año 2014 en una complicada situación marcada por un elevado endeudamiento, el fondo británico de capital riesgo ha conseguido transformar su balance durante estos siete años hasta volver a hacer rentable la compañía. Gracias a esto, en febrero del año pasado lanzaron un proceso para la búsqueda de un nuevo inversor que financiara su nuevo plan de crecimiento. Finalmente, y contra todo pronóstico, La Sirena ha acabado en manos del empresario José Elías, conocido por ser el dueño de Audax, mostrando el creciente y variado apetito inversor por este tipo de activos. 

Interés también por los locales

Hay otro perfil de inversor que también ha colocado a los supermercados en el punto de mira: el inmobiliario. En un momento en el que la pandemia ha trastocado las tesis básicas de la inversión en España, donde tenían una importante exposición al turismo y a las oficinas, cada vez un número mayor de fondos está protagonizando operaciones de compraventa de locales de supermercados. Ejemplos de ello son la compra del grupo israelí MDSR Investments de una cartera de establecimientos de Mercadona o los dos procesos recientemente lanzados por la socimi Merlin de las tiendas de Caprabo o por Amundi de locales operados por Carrefour. A su favor juegan los contratos a largo plazo (algo muy valorado por los inversores especializados en el real estate) con operadores solventes.