ENERGÍA

Ribera se desmarca del plan de Macron de construir más nucleares y defiende el cierre

El Gobierno confirma el calendario de clausuras de todos los reactores entre 2027 y 2035 para ser sustituidos por renovables: “Se trata de una estrategia respaldada muy mayoritariamente por el conjunto de la sociedad”.

Central nuclear de Trillo, en Guadalajara.

Central nuclear de Trillo, en Guadalajara. / FORO NUCLEAR

3
Se lee en minutos

Francia pretende volver a construir nuevas centrales nucleares tras décadas sin levantar nuevos reactores. El presidente francés, Emmanuel Macron, aprovechó este martes una alocución televisada para desvelar su pretensión ampliar el parque nuclear francés para garantizar la independencia energética y hacerlo sin contribuir a la aceleración de la emergencia climática y de manera simultánea con el impulso de nuevas renovables.

Un anuncio del premier francés que coincide con la crisis energética y con los problemas de suministro de gas desde Rusia y desde Argelia que amenazan los precios europeos de luz y gas. Y que llega, además, desde un país ya obtiene cerca de un 70% de su electricidad gracias a los 45 reactores nucleares del país.

El Gobierno español se desmarca por completo de la iniciativa de Macron y defiende el calendario pactado con las eléctricas para el cierre progresivo de todas las centrales españolas entre 2027 y 2035 que conducirá al apagón nuclear total en el país.

“La iniciativa impulsada por el Gobierno francés responde a sus propias estrategias nacionales y soberanas de política energética, que forman parte de su capacidad de decisión, pero no tienen nada que ver con nuestra propia orientación de estrategia energética, que aparece recogida en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030”, sostienen fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica, comandado por la vicepresidenta Teresa Ribera.

Los planes del Gobierno son mantener el cierre gradual y escalonado de los siete reactores españoles ahora operativos acordado en 2019 con Iberdrola, Endesa y Naturgy, y que contempla que Almaraz I cerrará en 2027, Almaraz II en 2028, Ascó I en 2030, Cofrentes en 2030, Ascó II en 2032, Vandellós II en 2035 y Trillo también en 2035. “Se trata de una estrategia aprobada por el Gobierno y respaldada muy mayoritariamente por el conjunto de la sociedad”, indica el Ejecutivo.

“Nada ha cambiado con relación a este compromiso: en la medida en que se den las condiciones de seguridad, prioridad de las administraciones públicas y de las empresas, se cumplirá el calendario que permite organizar la salida de esas plantas nucleares con total seguridad, tanto para el sistema eléctrico como para la propia actividad de desmantelamiento de las plantas y de gestión de los residuos”, sentencian desde el Ministerio de Ribera.

Y es que la estrategia del Gobierno español es la de “conseguir un sistema eléctrico 100% renovable, prescindiendo del resto de tecnologías” en las próximas décadas. “La retirada del parque nuclear, como ya está sucediendo con el de carbón, se compensará con el aumento de la generación renovable y del desarrollo a gran escala del almacenamiento y de la gestión de la demanda”.

Claridad y previsibilidad

Desde el Gobierno se defiende desde hace años que el calendario de cierre de nucleares a medio plazo permite dar claridad y previsibilidad a los planes de salida de los reactores del sistema eléctrico, de la coordinación de los trabajos de desmantelamiento de las centrales y para la gestión de los residuos radiactivos. Con los cierres previstos la vida útil de los reactores se situarán en los 46 años de media, por encima de los 40 años de límite que el PSOE de Pedro Sánchez defendía antes de llegar al Gobierno.

Noticias relacionadas

El Gobierno aprobó el pasado septiembre un plan de choque para amortiguar el impacto en el recibo de luz del encarecimiento del precio de la electricidad, del gas y de los derechos de emisión de CO2. Con aquella reforma -posteriormente diluida- el Ejecutivo intenta aplicar recortes millonarios a los ingresos de nucleares, hidroeléctricas y algunas renovables.

La reacción de la patronal del sector nuclear, en la que están integradas las grandes eléctricas, fue amenazar con el cierre de las centrales porque se les iba a obligar a producir con pérdidas, a pesar de que los reactores sólo pueden desconectarse con el permiso explícito de REE y del Gobierno. La reforma de la reforma aprobada por el Gobierno apenas un mes después ha librado casi totalmente a las compañías eléctricas de esos recortes previstos inicialmente.