CHAMPIONS LEAGUE | REAL MADRID 2 - 1 ATLÉTICO

Julián hace frente a los traumas del pasado del Atlético: "Quedamos con vida y en la vuelta puede que tengamos una buena noche"

Un golazo del argentino sostiene al equipo de Simeone, que por momentos pareció conformarse con limitar daños y llegar solo un gol por detrás a la vuelta en el Metropolitano: "El gran mérito fue no caer en el miedo escénico", reconoce el Cholo

Julian Álvarez celebra el gol del empate ante el Real Madrid en Champions League

Julian Álvarez celebra el gol del empate ante el Real Madrid en Champions League / Associated Press/LaPresse / LAP

Daniel Gómez Alonso

Daniel Gómez Alonso

Madrid

Las cosas claras de antemano. Decía en la previa Diego Pablo Simeone que entre "sobrevivir y dar un golpe en la mesa en el Bernabéu" en el primer capítulo del cruce capitalino de octavos, él no encontraba diferencias. "Las dos corrientes van relacionadas", aseguraba el entrenador del Atlético, defensor como pocos de la idea de que esto de las eliminatorias va de jugar un partido de 180 minutos y no dos de 90.

Perdió, pero sobrevivió al irse solo un tanto por detrás a la vuelta del 12 de marzo. Y tras optar por limitar daños firmando una derrota por la mínima (2-1) cuenta ahora con la baza de la vuelta en el Metropolitano como gran arma para tratar de conseguir una de las pocas cosas que se le han resistido desde su llegada al banquillo rojiblanco: tumbar al Real Madrid en su competición fetiche, la Champions. Con eso, con mantener la eliminatoria viva hasta la semana que viene, que no es poco, ya le valía al argentino.

Muy presente en el recuerdo tenía aquel 3-0 en la ida en el Bernabéu que dejó vista para sentencia una semifinal a la que le sobró, en lo deportivo, la vuelta en el Vicente Calderón. No quería el Cholo que se repitiera lo que ocurrió en 2017, la última vez que los dos vecinos capitalinos se midieron en la Champions, y lo evitó. Y eso que de primeras todo apuntaba a lo contrario

De esa última vez en Europa habían pasado ya siete años, y aun así la herida revivió cuando apenas habían trascurrido tres minutos de juego. El golazo de Rodryo nada más arrancar el encuentro puso al Atlético contra la pared de sus peores pesadillas: Champions, un Real Madrid crecido y dudas. Era entonces el momento de resistir, pasar el chaparrón y templar ánimos.

"De la nada, Julián"

Fueron 15 minutos de sufrimiento y, a partir de ahí, cambio de traje. De resistir a proponer. A mandar en el Bernabéu, cosa de equipo maduro que se levantó de otro golpe como ya ha venido haciendo durante toda la temporada. Algo que es mucho más fácil cuando en tus filas cuentas con una estrella mundial como Julián. Despertaron los rojiblancos, que poco a poco fueron asumiendo el mando, y encontraron premio con el delantero argentino, que no conoce de los traumas del pasado en lo que a derbis europeos se refiere.

Él era entonces demasiado pequeño para eso, y ahora es demasiado ganador como para dejar caer a su equipo en los recuerdos del pasado. Por eso, "de la nada", se sacó un latigazo a la escuadra del grandullón Courtois a la media hora de juego y reseteó el marcador.

"Ellos hicieron un gol que pudimos haber resuelto mejor, el gran mérito del equipo fue no bajar los brazos, no entrar en ese miedo escénico que genera recibir un gol tan pronto y empezó a jugar, a hacerse dueño de la pelota y vino el gol de Julián", se congratuló Simeone sobre el momento clave de los rojiblancos, al lograr un tanto que dio validez al plan de un equipo que empezó a crecerse y a sentirse amo y señor del juego.

Brahim celebra su gol contra el Atlético.

Brahim Díaz celebra su gol contra el Atlético de Madrid. / Europa Press/ AFP7

"Quedamos con vida"

Así acabó la primera parte y se inició la segunda, hasta que Brahim, cuando peor estaba el Madrid, frotó la lámpara y encontró un recoveco al lado del palo de Oblak para volver a poner por delante al Madrid. Ahí Simeone dijo basta, y ya se jugó entre poco y nada.

"Empezamos de la misma manera, pero una jugada de Brahim que también la pudimos hacer mejor nosotros lleva la balanza a ellos con ese trabajo que hacen muy bien Vinicius y Mbappé para trabajar con el equipo y su potencial para jugar al contragolpe", abundó un Simeone que pareció contento por cómo acabó el choque, a pesar de la derrota parcial. Algo que ya se pudo intuir cuando salió Le Normand por Griezmann, pasando a jugar con tres centrales y dando a entender que la derrota por solo un gol no le parecía mala.

"Cero contentos con el resultado, pero nos vamos con la tranquilidad de que se decide en nuestra casa con nuestra gente", le llevó la contraria Giménez. "Nos faltó chispa en tres cuartos, controlamos el partido y empatamos, pero no dimos ese paso más", abundó el uruguayo. "Ellos hicieron los goles en los momentos justos, encajamos muy rápido, luego llegó el empate, tuvimos el control del partido y el juego. Aunque ellos están en su cancha y tienen grandes jugadores, pero sabemos que quedan 90 minutos en casa con nuestra gente", reconoció Julián, sabedor de que con eso valía, al menos de puertas para fuera.

"La última jugada pudo dejarnos fuera de la eliminatoria, pero quedamos con vida y quién sabe, puede que el miércoles tengamos una buena noche", reconoció el Cholo, recordando que precisamente fue Le Normand, al que había sacado para sostener el resultado, el que evitó que Endrick remachara a Oblak. Algo de lo que se congratuló un Simeone que no se esconde ya para nada y grita a los cuatro vientos eso de que "necesitamos y queremos estar en la final" de Múnich.

Y al que las formas para lograrlo le importan entre poco y nada. Será, si tiene que ser, a su manera. El fin justifica los medios, y esta vez tocó nadar y guardar la ropa con la vista puesta en dentro de ocho días, en casa. "Nuestra gente nos empuja, nos da energía, hace que los esfuerzos no se sufran y los necesitamos. Vamos a jugar el partido del domingo, que será duro, difícil y después nos centraremos en la vuelta. Cuando toque el miércoles vamos a necesitar de nuestra gente", avisó el Cholo, que por un momento dejó de lado el "partido a partido" para empezar a jugar el segundo capítulo, el decisivo, del euroderbi.