RUGBY (6 NACIONES)

Seis Naciones (Previa 3ª jornada): Sísifo contra el unicornio en el Huerto de las Coles

Calcutta Cup en Twickenham mientras hay revolución en Gales con el cambio de entrenador para recibir a Irlanda y la depresiva Francia aterriza en llamas en Roma

Marcus Smith anota un ensayo con la selección inglesa de rugby ante Francia

Marcus Smith anota un ensayo con la selección inglesa de rugby ante Francia / RFU

Fermín de la Calle

Fermín de la Calle

Regresa el Seis Naciones, pero lo hace sin uno de los grandes personajes de este torneo en los últimos lustros. Waren Gatland presentó la dimisión como seleccionador de Gales después de encadenar su 14ª derrota seguida con los dragones, lo que le terminó de convencer para dar un paso al lado. Gats ha sido el peor mejor o el mejor peor entrenador de la historia de Gales, a la que ha llevado en 18 años a dos semifinales del Mundial y a ganar tres Grand Slams. Podría decirse que la segunda etapa dorada del rugby de los de Cambria, tras los gloriosos 70, han llegado de la mano de este neozelandés cascarrabias y terco que ha colocado al XV del puerro entre las naciones más grandes del rugby mundial.

Despedida de Warren Gatland como seleccionador de Gales

Despedida de Warren Gatland como seleccionador de Gales / WRU

GALES-IRLANDA (Sábado 15:15, Cardiff)

Sustituye a Gatland como interino el técnico de Cardiff, Matt Sherratt que para revitalizar a los dragones este sábado ante el peor rival posible, Irlanda, ha revolucionado el equipo metiendo diez cambios respecto al XV que jugó en Roma. En la línea solo quedan el medio melé Tomos Williams y el ala Tom Rogers porque en el 10 se estrena un Gary Anscombe cuya ausencia extrañó a todos, y en el medio campo Ben Thomas regresa a su posición natural en el 12 con otro regreso notable, el de Max Llewellyn, a la posición de 13. Quien debutará es el ala de Scarlets Ellis Mee, entrando al fondo Blair Murray por el lesionado Liam Williams. Una línea nueva, literalmente.

En delantera, la tercera la formarán Jac Morgan y Tommy Reffell como flankers junto a Taulupe Faletau. Los fiables Will Rowlands y Dafydd Jenkins, en la segunda, y una primera con Nicky Smith, Elliot Dee y WillGriff John. Quitando esta última tripleta, el resto parece, a priori, un bloque más coherente y competitivo que los de las jornadas previas.

Enfrente Simon Easterby, entrenador interino de Irlanda que tiene mujer e hijos galeses, ha conformado un XV con cambios notables. Delante entran Sheehan, el pilier Thomas Clarkson, Joe McCarthy y Jack Conan. Más madera. Por detrás la bisagra repite Jamison Gibson-Park y Sam Prendergast, con un mediocampo forma por Ringrose y Henshaw y en el back three entra Jamie Osborne con Mack Hansen y James Lowe. Los del trébol no se desvían de su objetivo de encadenar el tercer título consecutivo, algo que nadie ha hecho en la historia, y además lograrlo a golpe de victoria para conquistar el Grand Slam.

INGLATERRA-ESCOCIA (Sábado 17:45, Londres)

Londres vivirá una Calcutta Cup que ofrece sensaciones diferentes tras la victoria de Inglaterra sobre Francia en Le Crunch. Escocia, el Sísifo del rugby británico, acumula infortunios que le impiden, una vez más, concretar las expectativas que año tras año les aúpan al rol de candidato sorpresa. Y eso, en semana de partido con el Auld Enemy, ha cargado de declaraciones picantes los prolegómenos del duelo entre los caledonios y los de la rosa de Lancaster.

La victoria del año pasado por 30-21 en Murrayfield supuso la cuarta victoria consecutiva de los del kilt por primera vez desde 1896, a lo que se suma que Escocia está invicta desde 2017 en el ‘Huerto de las coles’ inglés. Tres victorias que pueden ser cuatro si gana este año. La última vez que Inglaterra ganó a Escocia en Twickenham, Fin Smith tenía 14 años. El de Northampton, que ha nacido en Inglaterra, pero es hijo de escoceses, ha tenido que aclarar esta semana que siempre prefirió la rosa al cardo: “Soy inglés, he vivido en Inglaterra toda mi vida. Siempre quise jugar para Inglaterra desde que nací”. Pero la realidad es que hace un año estuvo muy cerca de debutar con Escocia, cuando aún no contaba para Borthwick.

Fin Smith operará de 10 en la bisagra junto su compañero de los Saints, Alex Mitchell. Delante Genge y Stuart escoltarán a Cowan-Dickie, dejando a sus espaldas a Itoje y a un Chessum al que las lesiones parecen que le están dando una tregua. Y en tercera repite con Curry dominando los puntos de encuentro y Earl y Willis ganando metros con la almendra en la mano. La línea no ofrece novedades, con Sleightholme y Freeman en los pasillos y Slade poniendo en juego Lawrence en el mediocampo. Por detrás aparece la figura de Marcus Smith para cerrar la puerta. El hasta hace poco ‘unicornio del rugby inglés’ ha perdido atractivo y trata de agazaparse al fondo del pasillo tras la irrupción de un apertura más canónico como su ‘primo’ Fin. Parecería que Borthwick ha encontrado un XV, pero decir esto es muy arriesgado en la inestable estabilidad de esta Inglaterra que aún anda deshojando la margarita para saber si quiere le pelota o prefiere irse a defender a campo rival.

Escocia, donde recuerdan el origen caledonio de Fin Smith, cuenta con la baja decisiva de Sione Tuipulotu, pero sí podrá contar con Finn Russell, pese a su conmoción ante Irlanda. Quien no se ha recuperado a tiempo es Darcy Graham por el que entrará Kyle Rowe, que formará al fondo con Duhan van der Merwe en la izquierda y Blair Kinghorn atrás. Delante Townsend hará dos cambios. Jamie Ritchie entra por Matt Fagerson en el 6, con Rory Darge en al abierto y Jack Dempsey de 8. Gilchrist y Jonny Gray se mantienen en la segunda y Pierre Schoeman vuelve al XV para formar con Dave Cherry y Zander Fagerson. Un equipo muy fiable que estará acompañado en el banquillo por otra Bomb Squad, ante la previsible batalla en delantera que se vivirá en Twickers. El partido, salvo sorpresa, se decidirá en los instantes finales y por detalles, por lo que el poderío del banquillo será decisivo en el encuentro con más leyenda de la historia del rugby.

ITALIA-FRANCIA (Domingo, 16:00, Roma)

Los azzurri se han sacado la presión con la victoria ante Gales, lo que ahuyenta la cuchara de madera, que solo han ‘ganado’ una vez en los últimos cuatro años. Italia ha dejado de ser el sparring recurrente para convertirse en un rival extremadamente complicado de superar en delantera y con unos tres cuartos verticales que tienen muy claro a qué juegan. Quesada les ha dado una identidad de juego reconocible y salen al campo a hacer lo que saben, algo que suele complicar enormemente el expediente a los rivales. Delantera feroz en defensa, ni un riesgo en campo propio con la pelota, y oleadas de los tres cuartos cuando detectan un punto débil en la cortina rival. A eso le suman el estajanovismo de una delantera que logra forzar muchos golpes que luego Tomasso Allan, reconvertido a zaguero, pasa a limpia con su pateo. Italia comienza a tener jugadores de jerarquía como Danilo Fischetti, Lorenzo Cannone, Lamaro, Negri, Paolo Garbisi, Brex, Menoncello Capuozzo o Allan. Es decir, un rival incómodo para esta Francia depresiva que compite peor de lo que juega.

Lo de Francia comienza a ser de frenopático. La gestión de Fabien Galthie del gallinero francés, donde es literal que hay demasiado gallo en el corral, está generando mucho ruido en los medios y en los clubes. La derrota en Londres ante Inglaterra (26-25) hizo que el seleccionador galo durmiese poco tratando de encontrar las causas del desastre en Twickers. La primera conclusión fue ponerle nombre a los culpables y ahí apareció el nombre de Damien Penaud, al que los análisis técnicos del partido acusan de no apoyar defensivamente a sus compañeros en los rucks, al menos en tres jugadas, una de ellas decisiva cuando Thomas Ramos fue al suelo. La segunda, necesita más madera en el banquillo y por eso apostará por el 7-1 con una Bomb Squad que se cobra como víctimas a varios tres cuartos y medios de postín.

Su intención es que los siete delanteros del banquillo sean Julien Marchand, Cyril Baille, George-Henri Colombe, Hugo Auradou, Taofifenua, Roumat y Jelonch. Mientras que el utility back sería el medio melé de Burdeos, Maxime Lucu, que puede jugar de 9 y de 10. La sanción de Ntamack abría la puerta de la titularidad a Mathieu Jalibert, pero Galthie le tiene puesta la cruz al apertura bordelés, y este estará liberado para jugar con su club, como Penaud, que tampoco estará ante Italia. Destacan los regresos de Gael Fickou, que no será titular de inicio, y de Thibaud Flament, quien sí será titular y mandará al banco a Alexandre Roumat. Por su parte, Emmanuel Meafou, con una infección pulmonar, será sustituido por Mickaël Guillard. También vuelven Anthony Jelonch, que no juega desde el Mundial, y Romain Taofifenua.

Por último, habrá un merecido homenaje a Sergio Parisse, el capitán italiano que después de deslumbrar en Treviso jugó en Stade Français y Toulon. Un merecido tributo a un hombre que fue la cara de Italia en su desembarco en el Tier 1 con la entrada en el Seis Naciones.

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