RUGBY (6 NACIONES): ITALIA 22-GALES 15

Italia sume a Gales en la época más tenebrosa de su historia

Los azzurri ganaron en un partido muy inteligente ante unos dragones que encadenan 14 derrotas seguidas, ocho de ellas en el Seis Naciones, y van camino de enlazar dos cucharas de madera por primera vez en su historia

Lorenzo Cannone carga con la pelota en el partido del Seis Naciones entre Italia y Gales

Lorenzo Cannone carga con la pelota en el partido del Seis Naciones entre Italia y Gales / Associated Press/LaPresse

Fermín de la Calle

Fermín de la Calle

Gales llegaba a Roma con varios inconvenientes. Primero, como advirtió Warren Gatland, “desesperados por ganar” tras encadenar 13 derrotas consecutivas. Segundo, son un equipo en formación que no está ensamblado en ataque ni en defensa, lo que acaba provocando indisciplinas que se pagan caro. Y tercero, se medían al peor rival posible en ese contexto, una Italia que defiende muy bien en delantera y ataca mejor atrás cuando rompe las cortinas defensivas. Si sumas la lluvia que condicionó el juego a la mano en Roma, el escenario era el peor posible.

Italia tiene plan y Gales va a la deriva

En esos parámetros se desarrolló la primera mitad. El orgullo y la necesidad de Gales hizo que su delantera quisiera la pelota y cargase con ella con más orgullo que solvencia. Algo que no incomodó a Italia, que defendió con sobriedad los puntos de encuentro y llevó el partido a campo contrario con las patadas a la caja de Page-Relo. Se desesperaba Gales ante los azzurri, que esta vez sí entraron en el partido de inicio, no como en Edimburgo. Josh Adams coqueteó con el ensayo en un par de ocasiones, pero fue Tommaso Allan quien puso por delante a los transalpinos con un golpe que igualó Ben Thomas, que volvió a ‘parchear’ la posición de apertura en los ‘dragones’. Un equipo sin ningún plan de juego que no sabe qué hacer cuando tiene la pelota en su poder más allá de cargar.

Gales tiró de raza, pero Italia estaba más trabajada en las células en delantera y eso se tradujo en golpes que aprovechó Allan. Además, una estampida en campo rival terminó con Paolo Garbisi ganando la ventaja para dar una patada que Capuozzo cazó para posar el 13-3, abriendo fisuras en el ánimo galés. Otro golpe de Allan por indisciplina visitante puso el marcador al descanso en un 16-3 que comenzaba a condenar a una Gales a la deriva. Italia sumó cada vez que pisó campo galés y los de Gatland tuvieron demasiados problemas para conservar la almendra y rentabilizar sus visitas a la 22 local. 

En la segunda parte Italia siguió asfixiando a los galeses con patadas que les metían en su 22, pero los dragones parecían ofrecer una cara más fiable. No había llegado el reloj a los 50 minutos cuando Gatland sustituyó a su 10, lo que confirmaba la desorientación ante un rival que tenía extremadamente claro a qué jugaba. Los locales no arriesgaron ni una pelota en su campo, que fueron pateadas a tereno visitante cada vez que caían en manos de su línea, ni concedieron un solo ataque rival en su cancha. Italia jugaba en campo contrario, donde combatía delante y contragolpeaba detrás. Quesada priorizó la territorialidad a la posesión ante una Gales llena de urgencias y dudas. Un plan tan acertado como pragmático. 

El partido se enredó con tres golpes fallados por los azzurri y dos placajes altos galeses, a los que traicionaban los nervios. En el segundo Josh Adams vio un amarilla revisable que se quedó en ese color. Un ensayo de maul de Wainwright en el minuto 70 y otro de castigo acercó a los visitantes (22-15), pero en ningún momento tuvieron a su alcance el duelo. El goteo de los minutos certificó que esta Gales atraviesa por la época más tenebrosa de su historia, con 14 derrotas consecutivas, ocho seguidas en el Seis Naciones, y camino de enlazar su segunda cuchara de madera consecutiva, algo que no había hecho nunca. Gatland saldrá inexorablemente cuando acabe este Seis Naciones, pero el problema es de jugadores. No hay calidad en sus medios ni tres cuartos desequilibrantes, pero lo más grave es que sus delanteros son sometidos por todos los rivales. Da lástima ver a los 'dragones' no dominar ni siquiera los básicos, mientras Quesada ha instaurado un juego inteligente y muy rentable en esta Italia de poderosa delantera y backs audaces. Los 'dragones' de madera siguen escribiendo las páginas más oscuras de la historia de su rugby y resulta ingrato verlo desde fuera.

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