ENTREVISTA | UN DÍA PARA EL DERBI
Rubén Cano, leyenda del Atlético: "Soy antimadridista por las injusticias arbitrales que sufrí en los derbis"
El delantero argentino, uno de los grandes goleadores históricos del club rojiblanco, rememora sus vivencias contra el Real Madrid en los setenta y ochenta y analiza como ve al equipo de Simeone antes de que ambos equipos disputen el liderato

Rubén Cano celebra el gol en el derbi madrileño en el Bernabéu que supuso el 1-1 con el que el Atlético conquistó La Liga de 1977 / Facebook (Rubén Cano)

Suenan tambores de derbi en Madrid, y lo hacen con un eco que resuena en toda la ciudad. Viene caliente un partido que ya de por sí va siempre cargado de electricidad. Por todas las polémicas arbitrales que rodean al choque y por lo que supone, al llegar al Santiago Bernabéu separados por solo un punto el Real Madrid, líder, y el Atlético, segundo. El pique capitalino elevado a su máxima expresión dentro y fuera del campo, con comunicados en los que se acusa a los árbitros de "manipular" y "adulterar" LaLiga por parte de unos, y que los otros responden dejando caer, tirando de ironía, que lo que buscan es coaccionarlos.
Tensión, electricidad, roce... para un partido que se lleva jugando mediáticamente más de un mes, y que sabe a final, aunque en realidad no lo sea. Cuando acabe, todavía quedarán 15 jornadas para el término del campeonato, pero aun así lo que ocurra en el terreno de juego marcará sí o sí el devenir del mismo, al que ambos son contendientes. A fin de cuentas, y aunque las cosas han cambiado mucho, el derbi volvió por sus fueros desde la llegada del Cholo y recuperó la esencia de ese partido que paraliza al fútbol español, y en el que se juegan, con permiso del Barça, los títulos.
"Debe ser espectacular jugar ese partido. Ojalá poder, como en mis tiempos", reconoce con la nostalgia del que un día los vivió en primera persona Rubén Cano (San Rafael, Argentina; 75 años). Leyenda del Atlético, donde jugó entre 1976 y 1982, ni los miles de kilómetros que separan Madrid de Lomas de Zamora, la localidad a las afueras de Buenos Aires en la que reside y desde la que atiende la llamada de EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, evitan que su figura siga muy presente entre los hinchas rojiblancos por sus goles (marcó 97 en 204 partidos) y su talento, pero también por su carácter respondón, sobre todo con el Real Madrid.
Al Calderón llegó tras dos años jugando en el Elche, y seis temporadas después se marchó al Tenerife y al Rayo Vallecano, clubes en los que una lesión recurrente de hombro no le dejó jugar tanto como hubiera querido hasta su retirada en 1987. Pero en el recuerdo quedó, por encima del resto, sus años de rojiblanco, en los que ganó la Liga de 1977 tras marcar 19 goles y en los que generó una simbiosis enorme con los aficionados rojiblancos en gran parte por ser adalid de la rivalidad con el vecino. Esa que, a pesar de la distancia, mantiene viva gracias a las redes sociales.
Pregunta: Viene caliente el derbi después de lo ocurrido el pasado fin de semana...
Respuesta: Sí, por lo de la entrada a Mbappé. Yo no lo vi para roja, por lo menos la repetición. Fue fuerte, sí, pero el domingo anterior también había habido una jugada fuerte de Mbappé, contra el Valladolid. Entonces, si por esas entradas se van a sacar rojas, nos quedamos sin fútbol, sin jugadores... Es tremendo. Se terminan los partidos. Pero es el quilombo de siempre, ya lo conocemos cuando viene de donde viene y lo que busca...
P: ¿Ha cambiado mucho el fútbol desde tu época en ese sentido, no?
R: Sí, era mucho más violento, se permitían muchas más cosas. Está bien que se cuide los jugadores habilidosos, no digo que no, está bien y yo lo veo bien. Pero bueno, de ahí a traspasar el límite de decir que me están perjudicando, y que van a por mí por una jugada aislada, ya es otra cosa. Ahí están las presiones, ya sabemos cómo funciona. Yo lo viví en el Atleti, y sigue pasando.
P: Usted jugó en cuatro clubes en España, pero dejó su huella especialmente en uno, generando un vínculo muy fuerte que aún se mantiene
Fue el equipo en el que más estuve, porque en el Elche también dejé muy lindos recuerdos igual que en el Tenerife, pero en el Tenerife y en el Elche estuve dos años. En el Atlético estuve seis de jugador y después estuve como seis o siete con Jesús Gil (de secretario técnico). Entonces te marca, ¿viste? Tantos años, tantas vivencias... Fueron los mejores años de mi carrera, y a pesar de que uno siente también y está pendiente de los resultados de los otros equipos en los que ha jugado, en el Atlético es especial, también por el aprecio y el cariño que recibí y recibo de la gente. Yo dejé todo lo que tenía, y ellos fueron muy cariñosos, muy nobles y me mostraron un gran cariño siempre, que todavía sigue y lo noto en mis redes sociales. Todo eso hace que te hagas hincha. Yo lo soy y me identifico como atlético.

Alineación del Atlético en un partido en 1978. Abajo, en el medio, Rubén Cano, / PERFECTO ARJONES
P: No llegó como nueve, pero desde el primer momento lo fue. ¿Qué ocurrió y cómo fue la adaptación?
R: Yo nunca había sido un delantero centro de referencia, ni en el Atlanta (club argentino en el que debutó) ni en el Elche. Aunque jugaba arriba, me movía con libertad por todo el campo, sobre todo por todas las bandas. No era un clásico nueve, pero empecé en esa posición cuando llegué a Madrid porque se dio la casualidad de que justo se lesionó Gárate. Me tuve que adaptar porque no había otro y bueno, fue bien porque en un equipo donde se crean muchas ocasiones de gol como se creaba en el Atlético no es difícil realmente. Si generas muchas ocasiones de gol solo hay que estar pendiente. Y conseguí marcar muchos goles importantes...
P: De hecho, fue llegar y besar el santo. Se convirtió en ídolo casi instantáneo al ser el Atlético campeón de Liga en el Bernabéu con un gol suyo
R: Exacto, fue en el penúltimo partido, que fue en el campo de ellos. Empatamos a uno, marqué y con ese empate nos bastó para salir campeones y conquistar La Liga. Y en la primera vuelta, en la que les ganamos goleando (4-0), yo había hecho otros dos goles. Ese año casi acabo pichichi, nos lo jugamos en la última jornada con Kempes y me batió por un gol. Pero lo importante era La Liga. Entré con buen pie, y la gente me cogió mucho cariño, y hasta el día de hoy.
"Yo no era anti nada hasta que llegué a Madrid. Es un pique futbolero pero con el Madrid se acentúa por el tema de los árbitros, por los favores que ves, que sufres. Todo eso te genera bronca por dentro, quiero que pierdan siempre"
P: A partir de ahí, también vivió la otra cara... ¿Los derbis era batallas para usted?
R: Seguí haciéndoles goles, pero viví también muchas injusticias. Equivocaciones, no sé si decirlo así, en contra nuestra. Incluso hubo partidos que no pude jugar contra ellos a causa de situaciones previas extrañas... Yo cuando llegué creía que era un clásico derbi como en todos los equipos que había jugado, pero con el Real Madrid era especial. Cuando vi el tema de los arbitrajes, uno ya empieza a ver que hay favoritismo hacia unos, que sucedían cosas raras. Y eso es lo que te va haciendo anti, te va generando ese sentimiento por todas las injusticias arbitrales que sufres.
P: Famosa es una portada del AS en la que se declaró "antimadridista a muerte "en los ochenta, cuando todavía era jugador del Atlético. Usted no tuvo problemas en decirlo, aunque le generara problemas. Y ahora sigue en las redes sociales...
R: Yo no era anti nada hasta que llegué a Madrid. Es un pique futbolero pero con el Madrid se acentúa por el tema de los árbitros, por los favores que ves, que sufres. Y por lo que vivías en el campo, la distinta forma que le llamaban la atención a un jugador del Atleti y a un jugador del Madrid cuando te cobraban una falta... Todo eso te genera bronca por dentro, y más a los que somos de sangre caliente. Y yo soy antimadridista, pero antimadridista no quiere decir que uno odie al equipo rival. Yo quiero que pierdan siempre, eso sí.

Recorte de prensa del derbi en el que jugó, y marcó, Rubén Cano en el Bernabéu. / .
P: Han pasado los años y lo sigue teniendo muy presente
R: Recuerdo un partido de Copa que habíamos empatado en el Calderón y después empatamos también en el Bernabéu. Nos anuló 2 goles, no me cobró un penal y fue un verdadero escándalo ese partido, que luego perdimos por penales. Con el Atlético gané una Liga, pero tuvimos equipo para más y hubo situaciones delicadas en los partidos clave donde nos perjudicaron. Como en el 81, que fuimos todo el año primeros, y de los cinco últimos partidos solo ganamos uno. Recuerdo que en Zaragoza me lesioné, y nos expulsaron a dos, lo vi desde el banquillo. A Marcos Alonso le inflaron a patadas y el pobre hizo una entrada y los expulsaron... Había predisposición a que pasara lo que pasó.
P: Hace poco advirtió a Julián, que llegaba con cuatro amarillas al partido previo al derbi, de que corría peligro, pero finalmente no la vio
R: Sí, lo hice porque yo viví una situación igual. Un año estaba también apercibido con cuatro tarjetas y el próximo partido era contra el Real Madrid. Entré al campo diciendo, bueno, ni lo voy a mirar al árbitro. Pero cobró una falta y yo moví el balón a donde había sido la acción, no sé, 20 centímetros, más no. Pues me sacó tarjeta y no pude jugar contra el Madrid.
"Renuncié a la selección porque los aficionados del Real Madrid me insultaban cuando jugaba o entrenaba con España. Nos atacaban por jugar en el Atleti, a mi me llamaban indio"
Y hubo otro derbi en el que Del Bosque me dio un codazo tremendo y yo salí detrás de él, me tiré de atrás pero toqué la pelota. Una entrada normal, muy simple, no le hice daño. Y me expulsaron. Me llevé el codazo y la roja. Son cosas y cosas que vas sumando. Yo nunca fui antichacarista (rival del Atlanta) ni anti del Hércules o de Las Palmas. Pero con el Madrid tenía esa sensación de injusticia, de que era descarado. Y además, la pasé muy mal con su gente, también con la selección.
P: Usted se nacionalizó español y jugó con la Selección, pero jugó solo 12 partidos ¿Qué ocurrió?
R: Yo había jugado cuatro partidos amistosos con Argentina, pero no fui convocado para el Mundial de 1974. En España, cuando llegué, me llamó Kubala y acepté nacionalizarme, ya que podía porque mi padre era de Almería. Pero después del Mundial de 1978 renuncié a la selección española porque muchas veces íbamos a entrenar a las instalaciones del Real Madrid y los del Atleti no podíamos entrenar tranquilos. La gente, los aficionados del Madrid, nos atacaban, a mí me decían "indio", nos provocaban. No era racista, nunca lo vi así, solo querían ofender, pero a mí me indignaba que me insultaran, que me dijeran cosas cuando jugaba para ellos.

Rubén Cano y Kubala, en su época de entrenador, con la selección española. / EPC
Cuando jugaba con el Atlético lo entendía y me parecía bien. No pasaba nada, era normal, te intentaban descentrar y podías contestar o no.. Pero con la selección no lo comprendía, eran muy soberbios, no había justificación, a pesar de que la relación con los madridistas de la selección era buena, yo era vecino de Camacho, por ejemplo. Le dije a Kubala que no me llamara más, y no volví.
P: Años después, esa rivalidad sigue candente. Venimos del derbi de los mecheros, ahora las cosas están tensas por el arbitraje... ¿Cómo la ve, desde tan lejos? ¿Ha cambiado mucho?
R: La rivalidad seguirá para siempre, no debe cambiar y tiene que estar ahí. En la gente y en los jugadores, y más ahora que se juegan el primer puesto. Antes capaz que te sacaban muchos puntos y aunque había esa rivalidad, no era lo mismo. Pero ahora las cosas han vuelto a ser como en mis años de jugador, y es muy similar lo que percibo. Y además son dos grandes equipos. El Madrid es un equipazo, con grandes estrellas, pero el Atlético tiene mucho equilibro en todas sus líneas, está muy conjuntado y luego tiene al francés (Griezmann) que es una delicia. Está muy nivelado. Y creo en las posibilidades del Atlético, que se ha convertido en un club muy estable en los últimos años.
P: ¿Cuánto de importante ha sido para eso la figura de un compatriota suyo como es Simeone?
R: Es fundamental tener esa estabilidad. Yo estuve siendo ya secretario técnico en la época de Jesús Gil, que por desgracia, por su personalidad, no nos duraban mucho los entrenadores. Y ahí venía el desequilibrio, los nervios y la falta de motivación. Era muy difícil tratar con él. Nunca tuve contrato, porque le decía que "cuando quieras que me vaya, me voy”. Pues me fui dos veces y volví porque me adoraba, pero era muy complicado. Tenía mucho carácter, era muy impulsivo y eso nos perjudicaba.
P: Ahora todo es muy distinto en el club
R: Todo eso lo ha construido el Cholo por su personalidad, como también la tenía Luis Aragonés, que fue mi entrenador. Eso lo perciben los jugadores y es vital, y muy difícil de conseguir. Además, me pone muy contento, porque cuando me marché del club, justo fue el año que llegó como jugador. Después, me alegré de que fichara como entrenador por el Atleti porque conocía su carácter, su forma de ser, y sabía que era perfecto.
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