A LOS 36 AÑOS

Marcelo se retira: el heredero de Roberto Carlos que se volvió insustituible en un Real Madrid de leyenda

El lateral izquierdo dice adiós al fútbol después de ganar 25 títulos con el conjunto blanco, donde superó a su maestro, función que ahora ejerce con su hijo Enzo, una de las grandes promesas de la cantera madridista

Marcelo levanta la decimocuarta copa de Europa ante la diosa Cibeles

Agencia ATLAS | Foto: EFE

Denís Iglesias

Denís Iglesias

Madrid

Hay decisiones que vuelven a uno irremediablemente viejo y de las que no tiene el control. Es lo que sucede cuando cuelgan las botas los jugadores que acompañaron a varias generaciones en su difícil transitar de la infancia a la juventud y finalmente la madurez. Es el caso de Marcelo Vieira da Silva Júnior (Río de Janeiro, 1988), que ha decidido colgar las botas a los 36 años, poniendo fin a una carrera legendaria, repleta de éxitos. El fútbol, desmemoriado, ha asistido al final de uno de los mejores laterales izquierdos de todo los tiempos con remordimiento. El que da verle despedirse sin jugar, después de haber disputado 721 partidos, en los que repartió 117 asistencias y 58 goles. La mayoría en el Real Madrid, donde es una leyenda insustituible.

De la mayoría de edad a la mayoría de títulos

Es difícil trascender en una institución como esta, donde la camiseta y el escudo están por encima de todos, pero Marcelo lo logró, con un rendimiento extraordinario y una capacidad para hacer equipo fuera de toda lógica. El brasileño es una excepción que anima a invertir en buenos jugadores, independientemente del periodo en el que se encuentre el mercado de fichajes. Dicen que en invierno solo se fichan temporeros o futbolistas que no pueden mejorar en nada a lo presente. Marcelo canceló las dudas. Con apenas 18 años, en noviembre de 2006, fue fichado por el Real Madrid. Lo hizo Ramón Calderón, quien duró en el cargo menos de tres años.

Palmarés de Marcelo

Con el Real Madrid

  • 5 Champions
  • 4 Mundiales de Clubes
  • 3 Supercopas de Europa
  • 6 Ligas
  • 2 Copas del Rey

Con la selección brasileña

  • 5 Supercopas de España
  • 2 medallas en los JJOO
  • 1 Copa Confederaciones

Con el Fluminense

  • 1 Copa Libertadores
  • 1 Recopa Sudamericana

Este mandato terminó de la peor de las maneras, con escándalos de amaño electoral que le llevaron a dimitir. Dejó como patrimonio fichajes como el de Marcelo o Cristiano Ronaldo. El primero, fruto de un modelo que ahora el Real Madrid de Florentino Pérez explota hasta la saciedad: jugador joven de Brasil para revalorizar y aprovechar desde su llegada. Calderón presentó al lateral brasileño con una declaración que haría temblar a cualquiera: "El sustituto de Roberto Carlos". En lugar de miedo, esta comparación alimentó a Marcelo desde el primer partido. Su progresión fue tan descomunal que acabó superando al maestro y, todavía hoy, el lateral zurdo del Real Madrid lleva su nombre.

En abril de 2022, tras conquistar su sexta Liga, Marcelo superaba en títulos (25) a Paco Gento, Manolo Sanchís y Sergio Ramos. Con el Real Madrid convertido en una máquina de acumular trofeos, sus viejos compañeros le han superado en las últimas campañas: Modric (28), Carvajal (27) y Nacho (26). Pero su hueco sigue muy presente. Mendy no ha conseguido hacer olvidar al brasileño y su plaza sigue en subasta, lejos de la administración leal y consolidada que tenía un jugador que se despidió del Real Madrid como solo él sabía: ganando. Lo hizo levantando al cielo de Madrid la 14ª Champions, la más recordada por la secuencia de remontadas que la hizo posible.

Una despedida en Brasil alejada de la gloria pasada

Lloró como nunca había hecho, pero supo entender que era el fin en la élite de un jugador que siempre vivió de su explosividad. A partir de ahí empezó un camino incierto, como le sucede a todos los jugadores que se van del Real Madrid. Se marchó a Grecia para enrolarse en el Olympiacos y fue un total fiasco. Más de 25.000 personas fueron a recibirle al Pireo, en uno de esos actos de jefe de Estado que se hacen en la liga helénica. Apenas jugó una decena de partidos y tuvo que regresar a la capital española, su casa, para tratarse de una lesión. Porque del Real Madrid siempre es duro salir, pero si el futbolista es capaz de mantener el cordón umbilical, como le ha sucedido a Marcelo, es un refugio para el que no hay comparación.

Todavía quiso agotar la bala de la nostalgia y el regreso a casa con su vuelta al Fluminense, del que salió recién cumplida la mayoría de edad. Es un camino de peregrinaje de vuelta al mismo sitio que hacen tantos ahora. Neymar es el último caso. Y sí, la experiencia le ha servido para cerrar el círculo de los títulos, con la conquista de una Copa Libertadores que para él ha tenido regusto amargo. Su mala relación con el técnico Mano Menezes le abocó a una salida que él nunca quiso. El pulso lo acabó perdiendo Marcelo. No se soportaban en privado y la situación acabó haciéndose pública.

El 26 de octubre de 2024, Marcelo jugó su último partido como profesional. Apenas 16 minutos. El 2 de noviembre, durante un partido contra Gremio, Menezes y Marcelo escenificaron un brusco desencuentro que terminó con la rescisión del exjugador del Real Madrid. Desde entonces, ha buscado la manera de despedirse. Y finalmente la ha encontrado un 6 de febrero de 2025, en el que ha difundido un vídeo que sirve de epitafio. "Mi amor por el fútbol viene por mi abuelo, él quería que yo fuese futbolista profesional e hizo todo lo posible para conseguirlo", comienza la secuencia.

Marcelo rompe a llorar en su despedida del Real Madrid

Agencia ATLAS

En el nombre del padre: Enzo Alves Vieira

A continuación, Marcelo recuerda su presentación en el Bernabéu. "Ya puedo decir que soy un madrileño más. Aquí he formado junto a mi mujer una familia: 16 temporadas, 25 títulos, cinco Champions, uno de los capitanes y tantas noches mágicas en el Bernabéu. ¡Qué locura! El Real Madrid es un club diferente, el madridismo es un sentimiento inexplicable", destacaba en un adiós hecho casi enteramente en clave blanca. Aunque también recuerda su participación con la selección brasileña, con la que logró la plata en los JJOO de Londres y el bronce en Pekín, así como una Confederaciones.

Méritos muy alejados de los que logró a en cuanto a clubes, donde nunca vivió una humillación como el 1-7 de Alemania a la 'Canarinha' siendo anfitriona del Mundial. "Regresar a Fluminense supuso devolver al club lo que me dio, ayudando a conseguir tres títulos, incluida una Libertadores, además de dejar un legado para los jóvenes con el Estadio Marcelo Vieira (Estadio das Laranjeiras rebautizado en su honor). Mi historia como jugador termina aquí, pero todavía me queda mucho por darle al fútbol", concluye, acompañando el texto final con unas imágenes en las que juega con sus hijos.

Porque ahí ya está el legado de Marcelo. Su hijo mayor -el pequeño Liam tambien juega al fútbol- Enzo Alves Vieira (en el espacio lusófono el orden de los apellidos por delante el de la madre) es una de las estrellas de la cantera del Real Madrid, el equipo con el que su padre hizo historia. Es internacional con España y se ha saltado dos categorías siendo un goleador nato, algo que también su predecesor, acostumbrado a dejarle los límites para otros con carreras que nunca acaban. Ahora, por el momento, la suya pone llega a una conclusión que, en su casa, solo es de gloria.