FÚTBOL

La crisis del VAR: el Real Madrid carga contra un sistema que Suecia rechazó y Noruega quiere prohibir

Ancelotti criticó los fallos de la revisión después de sentirse perjudicado por una entrada sobre Mbappé en el partido contra el Espanyol: "Está para proteger al jugador, es inexplicable"

El árbitro Danny Makkelie revisa una jugada durante el Benfica - FC Barcelona de Champions.

El árbitro Danny Makkelie revisa una jugada durante el Benfica - FC Barcelona de Champions. / MIGUEL A. LOPES / EFE

Denís Iglesias

Denís Iglesias

En marzo de 2016, la International Football Association Board, entidad encargada de marcar las reglas del fútbol a nivel mundial, aprobó el uso del árbitro asistente de video, conocido, a partir de entonces, por sus siglas: VAR. La implementación estuvo encabezada por el italiano Pierluigi Collina, una leyenda del arbitraje, junto a otros dos excolegiados de élite, como su compatriota Roberto Rosetti y el español Carlos Velasco Carballo. Antes de estrenarse en el Mundial de 2018, superó dos años de pruebas en partidos grabados y en directo. Su premisa era clara: "Hacer un fútbol más justo". Sin embargo, menos de siete años después, la utilización del sistema -no tanto el mismo en sí- está en continuo debate.

La entrada a Mbappé y las dudas sobre el uso del VAR

El Real Madrid puso el grito en el cielo contra el VAR tras perder ante el Espanyol por 1-0 en Cornellà a causa de un gol de Carlos Romero, quien debió ser expulsado en una acción anterior por una entrada muy dura sobre Mbappé. "Ha sido un partido complicado. Hicimos cosas bien, controlamos el juego, generamos 20 remates... En esa falta es inexplicable la decisión tomada, el árbitro y el VAR. El riesgo de lesión era muy alto. El VAR está para proteger al jugador. Es inexplicable que no sea roja", lamentó Ancelotti tras un encuentro que ha puesto al rojo vivo la clasificación de LaLiga.

A pesar de que son ya varias temporadas desde su implementación, los jugadores y el mundo del fútbol en general siguen sin tener claro cuándo ha de intervenir el sistema, a pesar de las reuniones que se celebran tanto al principio como durante la temporada. A grandes rasgos, el VAR chequea todos los lances del juego, pero únicamente ha de intervenir en las jugadas en las que se ha producido un error claro. Con todo, es el árbitro el que tiene que tomar la decisión final. Algunas de las situaciones más frecuentes en las que interviene: para saber si ha traspasado el balón la línea de gol, para penaltis que no requieran interpretación, para los fueras de juego, para tarjetas rojas claras...

Donde nunca debe entrar el VAR es en acciones que dependan del criterio del colegiado. Una línea gris que muchas veces se traspasa y provoca alternaciones en el juego. También al revés. No puede inhibirse cuando se producen acciones claras como la entrada en el muslo de Romero a Mbappé. Por tanto, no es tanto un problema del dispositivo como de su uso. Una de las críticas más frecuentes, que incluso parte del propio colectivo arbitral, es que no se han formado árbitros específicos para estas tareas. Los colegiados que están en la sala VOR: árbitro de VAR, el asistente (AVAR) y el técnico de repeticiones; son en no pocas ocasiones colegiados retirados que encuentran su 'jubilación' en este sistema trascendental en el fútbol moderno.

Cómo los aficionados tumbaron el VAR en Suecia y Noruega

El VAR se utiliza en prácticamente todas las ligas de élite, aunque con mayor o menor éxito según el caso. Esto también depende de cómo se ejecuta el sistema, cuya concesión se lleva a cabo a través de un concurso. Es decir, no es la misma compañía ni el mismo estándar en todas las competiciones. Hay un país que no instaló el VAR, porque sus aficionados se opusieron. Se trata de Suecia, un país donde las hinchadas tienen una importante participación en las decisiones de sus clubes. Lo es debido a la legislación que rige a las entidades, similar al 50+1 de Alemania, que bloquea el acceso a los jeques o a las mayorías accionariales, dejando siempre el poder de decisión en situaciones de acuerdo.

Escandinavia es el gran foco de oposición al videoarbitraje. La pasada semana, los seguidores del Stabaek lanzaron una protesta por la introducción de la tecnología de vídeo en la Eliteserien, que se produjjo en 2023. Es la enésima contestación a un modelo que ya provocó hace dos meses una protesta coordinada de más de 70 grupos de aficionados que se mantuvieron en silencio los primeros 15 minutos de todos los partidos durante dos jornadas consecutivas. Entre su argumentario está que el VAR mata la esencia del fútbol, que fue diseñado en un contexto de aleatoriedad y emoción que ahora depende de la tecnología.

Así, los principales clubes de Noruega votaron en contra de la tecnología esta semana, pero todo dependerá de lo que se decida en una asamblea que tendrá lugar en marzo, en la que estarán presentes los equipos profesionales masculinos (19 de 32 votaron a favor de eliminarlo), los profesionales femeninos y los amateurs, así como los representantes de las diferentes organizaciones territoriales. La posición de la Asociación de Fútbol de Noruega es a favor del VAR.

Los Wolves pidieron su abolición en la Premier

La mayor indignación de los hinchas noruegos tuvo que ver con el hecho de no ser consultados por parte de la liga. Es un contexto de participación similar al de Suecia, que poco tiene que ver con lo que existe en España. Lógicamente, la reacción noruega tiene mucho ver con lo conseguido por sus vecinos, que han ido bloqueando los sucesivos intentos de la Asociación Sueca de Fútbol, que ha ido demorando la adopción de un sistema que no es obligatorio.

Con todo, es la única de las 30 grandes ligas europeas que no ha adoptado el VAR. En Noruega, la presión ha conllevado que las jugadas controvertidas que son revisadas por el VAR se difundan a través de las pantallas, una rendición de cuentas que se plantean otras competiciones. Tanto es así que en la última Copa Intercontinental que ganó el Real Madrid, los colegiados explicaron sus decisiones al público asistente al Estadio Lusail de Doha.

La Bundesliga estrenó hace un par de jornadas un proyecto piloto por el que el público también conoce en directo las argumentaciones de los colegiados, con el objetivo de crear "más transparencia", una petición que igualmente han hecho los equipos de la Premier. El Wolverhampton llegó a pedir una votación para abolirlo que fue rechazada por el pleno de los clubes, aunque permitió poner sobre la mesa un debate que sigue muy vivo.