ENTREVISTA

Chygrynskyi, la frustrada apuesta de Guardiola en el Barça: "Quizás fui tan malo que por eso todavía la gente se acuerda de mí"

El jugador ucraniano, obligado a retirarse tras no recibir ofertas deportivas atractivas, protagoniza junto a Drenthe, Faubert y Cerci, otros fichajes que no cuajaron en LaLiga, la campaña 'Grandes Apuestas' de Bwin

Txiki Begiristain y Joan Laporta, exdirector deportivo del Barça y presidente azulgrana, escoltan a Dmitro Chygrynskiy en su presentación en agosto de 2009.

Txiki Begiristain y Joan Laporta, exdirector deportivo del Barça y presidente azulgrana, escoltan a Dmitro Chygrynskiy en su presentación en agosto de 2009. / XAVIER BERTRAL / EFE

Denís Iglesias

Denís Iglesias

En 2009, los niños y las niñas soñaban con ser Messi en el FC Barcelona o Cristiano Ronaldo en el Real Madrid. Desde luego no aspiraban a convertirse en Dmytro Chygrynskiy (Iziaslav, Ucrania - 1986), un central que se parecía a Jesucristo, pero al que le asaltaron todos los demonios en la única temporada durante la que vistió como azulgrana por expreso deseo del mejor entrenador del momento, Pep Guardiola. Ahora, cualquier adulto querría ser como este jugador ya retirado -aunque le cueste aceptarlo-, que reflexiona sobre su carrera con una madurez y una autocrítica tan severa que no cualquiera puede asumir.

Porque aunque que se empeñe en decir que fue "muy malo", el ucraniano sabe que no estuvo en el lugar ni en el momento adecuados. Era un central con planta, que había triunfado con el Shakhtar Donetsk que ganó la UEFA en la 2008/2009 después de ser tercero en la fase de grupos de la Champions, donde se cruzó con el Barça, posteriormente campeón de Europa. La entidad presidida por Joan Laporta pagó 25 millones por un futbolista que no pudo hacer la pretemporada con un club que tenía un manual de estilo exquisito. Le sobró intención, pero le faltó tiempo.

Volvió a Ucrania por 15 millones, con una Liga y un Mundial de Clubes bajo el brazo, pero con la sensación de haber desaprovechado la mejor oportunidad de su vida. "Pensaba demasiado", reconoce más de quince años después de la aventura por la que aún le recuerdan en España. De ahí que forme parte del elenco de 'Grandes Apuestas', campaña de El Ruso de Rocky (la agencia responsable de los grandes anuncios del Atlético) para Bwin en la que también participan Royston Drenthe, Julien Faubert y Alessio Cerci, cuatro fichajes del fútbol español que no exprimieron su potencial. Sin miedo a mirar atrás, Chrygro desnuda su carrera con lo que pudo ser, lo que realmente fue y lo que va a ser. Es decir, un entrenador o director deportivo con un currículum de experiencias que valen más que un título.

P. Está el mercado de invierno abierto y vemos que Dmytro Chygrynskiy está libre. ¿Podemos sugerir su fichaje? ¿O ya solo podremos verle en campañas como 'Grandes Apuestas' de Bwin? La que protagoniza junto a los ex del Real Madrid Julien Faubert, Royston Drenthe, además de Alessandro Cerci, ex del Atlético. Una selección de lo más icónica, todo sea dicho.

P. Creo que estoy retirado, es decir, resulta difícil aceptarlo, pero mi carrera, desafortunadamente, ya es cosa del pasado. Lo cierto es si por mí fuera no dejaría nunca el fútbol. Es la mayor alegría que he tenido en la vida. Una pasión única y el amor más grande. Desde que en verano terminé en el Shakhtar Donetsk -el club de su vida- no he tenido opciones serias, con todo el respeto. Por lo menos no eran alternativas con unas condiciones buenas que me permitiesen seguir disfrutando del juego. El fútbol es, ante todo, una cuestión de alegría. Ha pasado más de un año desde mi último partido oficial (septiembre de 2023), así que, pese a tener una gran voluntad y deseo, la realidad es que a esta edad, cuando no juegas mucho, como me pasaba en Donetsk, todo se vuelve más difícil. Como digo, las opciones que he tenido sobre la mesa no eran interesantes en términos deportivos, nada tiene que ver con la cuestión económica.

P. Bueno, mire lo que ha vivido Szczęsny. Estaba retirado y recibió la llamada del FC Barcelona. Quizá podemos llamar de nuevo a 'Can Barça' a ver si necesitan un central veterano...

R. ¡Oh, vamos, con todos los respetos! Ya sé que es una broma, pero yo a Barcelona ahora solo puedo volver para hacer turismo, comer... (ríe) ¡Cómo me voy a comparar con Szczęsny! Él es un jugador de primer nivel, que tiene 34 años y hasta hace nada estaba jugando en la Juventus. Lo que quiero decir es que él sí es un futbolista real de élite. Por supuesto que también ha tenido y tendrá sus dificultades, porque al final no es fácil coger el ritmo después de meses parado. Pero está echando una mano al FC Barcelona en una situación muy complicada como la que se ha dado, con la lesión del portero titular, Ter Stegen. Solo puedo presentar mis respetos hacia él. Es una historia totalmente diferente.

P. Pues mucha gente va a hablar de usted ahora. Aparece en todo lo alto de la campaña 'Grandes Apuestas' de Bwin. Vamos, que nadie se ha olvidado de su paso por LaLiga. ¿A qué cree que se debe?

R. No lo sé... O sí. Quizás fui tan malo que por eso la gente todavía me recuerda. ¿Me preguntas por cómo me siento o si soy capaz de explicarlo? Pues yo también me planteo esa cuestión. Porque al final, seamos honestos, yo no jugué en el FC Barcelona, yo estuve en el FC Barcelona (14 partidos y algo más de 1.000 minutos), porque las expectativas eran demasiado altas y los resultados no fueron buenos. Mi periodo fue corto (la temporada 2009/2010). Puedo decir muchas cosas ahora, pero eso fue lo que pasó. Tal vez la gente esperaba mucho de mí o tal vez pensaban que tenía mucho talento. Es una pena, mirando hacia atrás creo que fue una gran oportunidad desaprovechada para mí. Fue una gran experiencia, pero demostré de lo que era capaz. Vamos, no estuve cerca siquiera, pero es una historia como la de tantos otros.

P. Efectivamente, no fue ni el primero ni el último que estará por debajo del nivel que se espera en un equipo como el FC Barcelona o el Real Madrid.

R. Por supuesto, tenemos tantísimos ejemplos... Cuando llegas a un Barça o aún Real Madrid, la presión es muy alta. No tienes tiempo, necesitas demostrar lo que vales de modo inmediato. Y encima a mí me toco estar en uno de los periodos Barça-Real Madrid más fuertes de la historia. Ahora incluso vemos que algunos equipos fichan a jugadores con lesiones o algún tiempo de dolencia. Confían, invierten en ellos. Ven el potencial y están dispuestos a esperar. Pero en aquel momento todo era diferente. Yo ni siquiera pude hacer la pretemporada con el Barça (llegó a jugar la Supercopa de Europa 2009 con el Shakhtar frente a los que serían sus nuevos compañeros). No dispuse del tiempo necesario para entender los preceptos de Guardiola. Como mucho podías encontrar 30 jugadores en todo el mundo capaces de jugar en aquel equipo.

Pep Guardiola, entrenador del FC Barcelona, saluda a Dmytro Chygrynskiy tras su incorporación al 'staff' azulgrana.

Pep Guardiola, entrenador del FC Barcelona, saluda a Dmytro Chygrynskiy tras su incorporación al 'staff' azulgrana. / JORDI COTRINA

P. ¿Sintió que era difícil encajar en un club que venía de ganar la Champions, la Liga y la Copa del Rey?

R. Claro, es que aquel equipo era perfecto. Perdí ese desafío, pero no me arrepiento de nada. Estoy muy feliz de haber tenido esa oportunidad. Aunque no fue una etapa en la que me sintiese libre y feliz, porque noté que me estaba exigiendo demasiado. Padecía una presión demencial encima de mis hombros. Yo solo quería mostrar que mejoraba y que esto se traducía en un mejor juego y rendimiento. Quería tener más tiempo, pero así fueron las cosas.

Mbappé tiene que demostrar cada partido que es el mejor. Porque es el Real Madrid; ellos esperan que hagas eso. La gente como Cristiano y Messi han fijado unos estándares tan altos que después viene Benzema y no le basta con marcar goles

Dmytro Chygrynskiy

— Exjugador del FC Barcelona e internacional con Ucrania

P. La presión es algo inherente al futbolista de élite y así ha sido siempre. El propio Kylian Mbappé, estrella del Real Madrid, hablaba hace unos días del bloqueo mental que había sufrido en su llegada al Bernabéu. Y en su época no se hablaba tanto de la salud mental como ahora.

R. A ver, con todo el cariño para mí, no podemos comparar las situaciones. Quiero decir, si aislamos la cuestión del jugador si podemos hablar de la presión que se genera. Quizás en el Barça ahora sea un poco más fácil que en el Real Madrid, porque su último año ha sido un continuo camino de victorias. Los azulgrana estuvieron pasando por una especie de reconstrucción, que consistió en traer de vuelta a los jóvenes, que han tenido su oportunidad. Toda una fortuna para La Masia. Tienen mucho talento, pero también cometen errores, por eso es necesaria la paciencia. No es lo mismo que Mbappé, uno de los mejores jugadores del mundo que ha tenido una locura de presión nada más llegar. Él tiene que demostrar cada partido que es el mejor. Hablamos de un futbolista que lleva 18 goles esta temporada y, aun así, sigue bajo esa terrible presión. Porque es el Real Madrid; ellos esperan que hagas eso. La gente como Cristiano y Messi han fijado unos estándares tan altos que después viene Benzema y no le basta con marcar goles. Tiene que estar en la cima en cada partido. Pero esto es lo que marca la diferencia con el resto del mundo. Incluso en el Manchester City, Pep Guardiola les ha dado tiempo a los jugadores a adaptarse. Ha pasado con Grealish o Doku, por ejemplo. ¿Te imaginas tener que esperar un año en el Real Madrid a que rinda un jugador? Nunca va a pasar. A ellos no les importa. Nunca van a pensar en el hecho de que estás en un equipo nuevo, de que has cambiado de liga, de que el fútbol o la intensidad son diferentes...

P. ¿Entonces cree que en el Real Madrid y el FC Barcelona existe una presión que no hay en otros clubes del mundo?

R. En Inglaterra vas a tener tiempo, pero no en el Barça y el Real Madrid, por lo menos en mi época. He de reconocer, a pesar de que soy fan del Barça, que el Real Madrid ahora tiene unos estándares más altos. Por ejemplo, Mendy no juega bien tres o cuatro meses y ya hay que venderlo. Empieza a hacerlo bien y hay que renovarle el contrato. Lo mismo con Fran García. Quiero decir, así es como funciona. Tienes que estar al máximo nivel cada partido.

P. Habla como un entrenador, ¿veremos a Dmytro Chygrynskiy al frente de un banquillo?

R. Nunca se sabe, aunque para mí ahora es difícil imaginarme en el fútbol con un rol diferente al de jugador. Cuando estaba en el campo ni siquiera podía imaginar que llegaría un momento así, en el que tendría que parar. Aunque siempre estaba analizando el trabajo de los técnicos, especialmente cuando te vas haciendo mayor. Piensas en cómo ayudar a tus compañeros. Pero si quieres saber mi respuesta, lo cierto es que he hecho varios cursos. Ya tengo la licencia UEFA B de entrenador y probablemente iré por la licencia A (la más alta que existe). También tengo la idea de formarme en la gestión. Sería muy útil para mí. Quiero ver a dónde me lleva la vida. Esta me mostrará el camino.

El día de la presentación de Dmytro Chygrynskiy en el Camp Nou un 31 de agosto de 2009.

El día de la presentación de Dmytro Chygrynskiy en el Camp Nou un 31 de agosto de 2009. / JORDI COTRINA

P. Nada es seguro hoy en día, solo hace falta ver a Guardiola, la persona que más apostó por usted en el FC Barcelona. Su Manchester City está al borde de la eliminación tras la fase liga de Champions en la peor temporada que se le recuerda como entrenador. ¿Qué cree que le está pasando?

R. Él ya ha dado las explicaciones necesarias, pero la gente no le escucha, porque siempre intenta buscar una razón misteriosa para ese tipo de problemas. Está muy claro. Es decir, no podemos esperar del mismo equipo y de los mismos jugadores que rindan siempre a un nivel alto. Va a llegar un momento en el que se producirá un bajón. Creo que lo mismo le pasa por momentos al Real Madrid. Los jugadores necesitan motivación, sentir algo nuevo. Sangre y energía frescas. Ya ha llevado a cabo algunos cambios, pero la base del equipo sigue siendo la misma que ganó lo ganó todo hace un par de años. Los jugadores no son máquinas. Cuando hablamos de salud, también lo hacemos de la mental, que puede influir hasta en lesiones musculares. La realidad es que cada partido empieza en 0-0, pero del Manchester City siempre se espera que marque cuatro goles. No puede ser así, la Premier es muy intensa, cada partido es una final. El fútbol no es solo el aspecto físico: es psicología, mentalidad, control de vestuario... Por eso cuando caes no es tan fácil recuperar la senda ganadora. Seguro que encuentran la solución, pero si tú escuchas a los jugadores te das cuenta de que son conscientes de que no están para luchar por títulos. No es que quieran ser humildes, es que realmente tienen dudas.

P. Aunque a veces también se producen cambios revolucionarios como los del Barça de Hansi Flick, un núcleo de jugadores que parece estar repleto de energía positiva.

R. A ver, yo no soy analista, quiero dejarlo claro. Soy amigo de Xavi, por el que tengo un tremendo respeto. Hizo muy buen trabajo en ese periodo de transición del que hablamos. Por lo que no es correcto comparar ambos estilos. Todo el mundo se pregunta: ¿cómo ha conseguido esto Hansi Flick? Para serte sincero, yo estoy igual. Me impacta ver el fútbol que juegan, porque, honestamente, no creía que un modo tan agresivo y vertical pudiese hacerse realidad en un equipo como el Barça, con una tradición muy marcada. No tenía dudas de que Flick era un gran entrenador, pero no imaginaba que fuera capaz de hacer lo que está haciendo. Aunque volviendo a Xavi, hay que reconocer que preparó y confió en algunos jugadores que ahora forman parte de la espina dorsal, como Lamine Yamal o Pau Cubarsí. Muchos entrenadores no quieren correr ese riesgo, especialmente si tienes una presión tan alta con los resultados. No lo tuvo fácil con el presupuesto, con la profesionalidad de ciertos futbolistas... Era el elegido para cambiar una situación difícil. Por su parte, Flick ha demostrado que si no puedes comprar a un determinado jugador, no hay problema: voy a La Masia. ¿Se me lesiona un futbolista? Saco otro de La Masia.

P. ¿Hasta dónde cree que serán capaces de llegar con ese nivel de exigencia que plantea en cada partido?

R. La línea que mantienen es siempre alta. A veces parece imposible. Pero sea cual sea el rival, Flick tiene su modo de hacer las cosas y así va a ser. Las líneas tienen que ser muy compactas para presionar tan alto, de lo contrario puede darse un colapso. El trato que tiene con los jugadores es fantástico. ¿Qué ha sucedido con Raphinha y Lewandowski para que vuelen así esta temporada? Y no me quiero dejar a ninguno: Pedri, Gavi, Koundé... Cualquier nombre me vale. Solo hace falta ver la unidad que demuestran en los abrazos tras cada victoria. No creo que haya nadie en el fútbol que no aprecie el trabajo que se está haciendo en el FC Barcelona, pero quiero darle el crédito que merece a Xavi.

P. Hay una figura que conecta el FC Barcelona en el que usted estuvo con el actual y es la de Joan Laporta. ¿Cómo fue su relación con él?

R. Tienes que entender que al final la relación de un jugador con el presidente es limitada. Yo estoy agradecido, porque le recuerdo como una de las personas clave en mi fichaje. Tuvimos una cena, algunas horas de vuelo... Quiero decir, él parece una persona que ama la vida... Como decirlo ("¿Un entusiasta?", le ayuda el entrevistador). ¡Sí, eso, un entusiasta! Sobre todo lo demás... Pues a veces necesitas hacer y decir un poco lo que la gente quiere escuchar. Se habla de imagen o de comportamiento, pero al final solo le van a juzgar por los resultados.

P. ¿Por qué cree que Guardiola se enamoró de su juego? Siempre fue su gran defensor en el club, incluso después de su salida, más prematura de lo que él hubiera querido. Se sintió responsable de no haber sacado su mejor versión.

R. Pues si soy sincero creo que la buena relación que todavía mantenemos se inició en la fase de grupos de la Champions 2008/2009, cuando el Shakhtar coincidió con el Barça, el Basilea y el Sporting de Portugal. Los analistas de Pep (Guardiola) empezaron a preparar el partido contra nosotros y se fijaron en el encuentro que ganamos 2-1 ante el Basilea. Aunque a decir verdad no fue mi mejor actuación, simplemente aceptable. Pero le dijeron que tenía que fijarse en mí y, de algún modo, se quedó impresionado. Después hicimos un buen duelo contra ellos y tras el mismo pidió mis referencias: cómo era como persona, mi ética de trabajo... Y se convenció.

Pep Guardiola, entrenador del FC Barcelona, saluda a Dmytro Chigrinsky en la previa de la final de la Supercopa de Europa 2009 que enfrentó al Barça y al Shakhtar Donetsk.

Pep Guardiola, entrenador del FC Barcelona, saluda a Dmytro Chigrinsky en la previa de la final de la Supercopa de Europa 2009 que enfrentó al Barça y al Shakhtar Donetsk. / JORDI COTRINA

P. Debido a esa relación y al sentido de insatisfacción con el que se fue del Barça, debió ser duro dejar el club para regresar a Donetsk apenas un año después.

R. No fue fácil en absoluto, porque sentí, para ser sincero, que aquello ni siquiera había comenzado. Aunque jugábamos un buen fútbol en el Shakhtar, el concepto era completamente diferente en el FC Barcelona de Guardiola. Muchas veces subían jóvenes de La Masia a entrenar con nosotros. Tal vez no eran tan talentosos o les faltaba un punto de calidad, pero conocían el concepto, así que se sentían mucho más cómodos. A mí me sucedía al revés, tenía que pensar todo dos veces. Siempre sentía que estaba en una posición incorrecta, poniendo mal el cuerpo, tanto cuando teníamos el balón como sin él. Yo tenía la mentalidad de que solo el trabajo podía ayudarme. Y me esforcé muy duro, pero ahora entiendo que solo se trataba de concentrarme más en lo que me pedían. Pep y yo hablamos muchas veces. Él siempre me decía que no leyese las noticias, que era consciente de que no había hecho la pretemporada. 'Tú no escuches a nadie, cuento contigo, vas a hacer un curso fantástico, así que prepárate'. Esas eran las expectativas, pero después ya sabes lo que pasó.

Muchas veces subían jóvenes de La Masia. Tal vez no eran tan talentosos o les faltaba un punto de calidad, pero conocían el concepto, así que se sentían mucho más cómodos. A mí me sucedía al revés, tenía que pensar todo dos veces

Dmytro Chygrynskiy

— Exjugador del FC Barcelona y exinternacional con Ucrania

P. Aunque lejos del nivel que le hubiera gustado, logró ser feliz después en Grecia, llegando a ser campeón con el AEK.

R. Estuve cinco años en el AEK de Atenas. Una experiencia única en un club que había atravesado una situación económica límite. Pero era un histórico, junto a Panathinaikos y Olympiakos, con grandes expectativas. En 2018, con Manolo Jiménez como entrenador, conseguimos la primera liga para la entidad en 24 años. Por lo que fue una vivencia única en un país donde el fútbol es algo cultural y pasional. Al año siguiente pude volver a Champions, lo más grande que existe. Es cierto que solo ganamos un trofeo en ese lustro, porque perdimos cuatro finales de Copa, pero resultó algo irrepetible. Después encontré mi lugar en otro equipo griego, el Ionikos Nikeas, y fuimos una de las sorpresas en mi primera temporada.

P.  Finalmente arrimó el hombro en el Shakhtar en un momento muy complicado por la invasión de Ucrania a manos de Rusia, con el equipo fuera de su país para poder seguir compitiendo en Europa.

R. Cuando finalicé esta etapa tuve algunas opciones exóticas, pero no tenía prisa por firmar, siempre creí que algo serio vendría. Y finalmente me llamó Darijo Srna, director deportivo del Shakhtar, donde jugamos juntos, quien me pidió que le echase una mano por las lesiones que tenían. También por la experiencia que podía trasladar a los jóvenes. Quería saber cómo estaba el club después de tantos años (se fue en 2015). No sé si hay una palabra correcta para definir el estado del fútbol de Ucrania. No es sobrevivir, pero es una nueva realidad, con la guerra y un sinfín de dificultades. ¿Pero sabes qué? Me llenó de orgullo saber que, no solo es que el Shakhtar estuviese vivo, es que estaban dando pasos para crear condiciones en las que los jugadores pudiesen desarrollarse. Es la misma filosofía que en mi época lideró con éxito Mircea Lucescu. Esperaba que las cosas estuviesen mucho peor. Pude jugar algunos partidos, pero mi papel fue menor. No tuve apenas minutos. No me soprendió, sabía a lo que venía.

P. Y ahora en las webs, las marquesinas, los autobuses, los carteles... ¡La cara de Dmytro Chygrynskiy, una de las 'Grandes Apuestas' de Bwin, en todos lados! Tan malo no habrá sido, a pesar de su dura autocrítica...

R. ¿Por qué he hecho esto? Pues la verdad es que me contactaron y, después de una charla rápida, honestamente no sabía que iba a pasar. Me preguntaron si todavía tenía pelo en la cabeza, que como lucía... En la segunda llamada hablé con el director y cuando escuché el resto de nombres (recordemos: Drenthe, Faubert y Cerci) ya entendí de qué se trataba: jugadores con grandes expectativas, pero que de algún modo fracasaron. Y la verdad es que ha sido una experiencia muy agradable. No tiene sentido ocultarlo. Al final las cosas fueron así. Encima me llamaron para grabar el anuncio en Asturias, un lugar muy hermoso. Creo que tenemos que estar abiertos a cosas nuevas en la vida. ¿Y si tuviera que hacer una apuesta por el futuro ahora? Pues en la misma línea. No quiero ser demasiado estricto con nada. Quiero disfrutar. Obviamente hay que trabajar. Pero en el fútbol la mayoría de las veces que más disfrutas de la vida es trabajando, sobre todo cuando lo haces duro y obtienes resultados. Así que bienvenidas sean todas las nuevas aventuras.

P. La verdad es que sigue teniendo un pelazo, eso es indiscutible...

R. Bueno, a ver, me estoy haciendo mayor. Algo ya me falta. Pero no pasa nada, siempre puedo ir a Turquía. ¡Nuevas experiencias, ya sabes!