Opinión | A POR UVAS
Nunca den por muerto a Joan Laporta
En cinco días, el presidente del Barça ha pasado de estar en la picota, con una moción de censura en ciernes, a lograr la inscripción de Dani Olmo y vapulear al Real Madrid en la final de la Supercopa

Joan Laporta en el palco de la Supercopa. / Oscar J Barroso / AFP7 / Europa
Joan Laporta es un genio. Ya está. Es, en una comparación que quizá le disguste profundamente, el presidente del Barça es como el Real Madrid en la Champions: da igual lo fea que se ponga la situación, lo alto que sea el muro cuando llega el descuento, al final siempre acaba remontando y saliendo de los estadios como un héroe. Ahí estaba este domingo en Yeda, celebrando eufórico la goleada contra los blancos en la final de la Supercopa. Más vivo que nunca tras haberse visto en la lona. Una vez más. Genio absoluto.
Hoy Laporta es el presidente de un equipo campeón, de un Barça que suma nueve goles en los dos últimos clásicos. Y, claro, un Barça el que Dani Olmo (y Pau Víctor, sí) sigue teniendo una fecha federativa en regla, aunque sea de manera cautelar. Hace una semana, Laporta era un presidente amenazado por una moción de censura de una oposición aparentemente decidida a derrocarle, un presidente de un equipo en crisis deportiva, un presidente al borde de la catástrofe de no volver a ver de corto a su fichaje estrella por su inoperancia en los despachos.
La 'botifarra'
Esta será por siempre la semana de la 'botifarra', la semana en la que el Barça vivió peligrosamente, puro funambulismo, como si el viaje a Arabia Saudí hubiese sido una penitencia purificadora. Y sí, estoy es muy largo y lo importante, la Liga y la Champions, todavía está en disputa, con todo por resolver. Pero el Barça ganó en Yeda mucho más que un título. Porque la reconstitución de su autoestima era una urgencia muy superior a la de sumar un nuevo título al palmarés.
Y Laporta, con su vehemencia, con esas formas a veces deplorables, con su incontrolable apetito por ser el centro de los focos, rumiando ya una rueda de prensa este martes que apunta a legendaria, sale reforzadísimo de su semana más difícil. Olmo y Víctor seguirán jugando durante, al menos unas semanas más, aunque sea a costa de vender el club a trozos e hipotecar ingresos para décadas. Poco importa eso ahora.
Llega un momento en que, guste más o menos el presidente del Barça, hay que reconocerle el duende y pasar a otra cosa. Nadie como Laporta para capitalizar el entusiasmo de los Lamine, Raphinha y Pedri. Y de Flick. Ellos fueron los protagonistas de la deliciosa goleada al Real Madrid. Pero el rey es 'Jan'. Ya saben, nunca le den por muerto.
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