ENTREVISTA
Popy, el policía que quiere echar al Real Madrid de la Copa: "Cuando trabajo de noche, duermo una hora y media y me voy a entrenar"
José Pérez compagina su cargo de entrenador en la Deportiva Minera, que se enfrentará al Madrid en la Copa del Rey, con su trabajo de policía local en Los Alcázares
Dioni García
José Pérez Veiga ‘Popy’ (El Algar, Cartagena, 7 de enero de 1988) es el entrenador de la Deportiva Minera que se enfrentará en la Copa al Real Madrid. Compagina el fútbol con su puesto de policía local en Los Alcázares (Murcia) y en su vestuario hay futbolistas que tienen su edad. Licenciado en Educación Física, se ha hecho con un nombre como técnico entrenando desde categoría Autonómica hasta Segunda RFEF.
¿Desde cuándo estás vinculado al deporte?
Toda la vida. Con cinco años mi padre y mi abuelo me llevaron al Club Deportivo Algar y siempre he jugado con los mayores. Cuando tenía seis años me ponían con los de siete u ocho. Y con dieciséis ya empecé a entrenar a los críos de siete años del club.
¿Hasta cuándo jugaste?
Estuve en el Algar hasta juveniles y después pasé por el Pinatar y la Deportiva Minera. En El Llano del Beal estuve tres años en Preferente, en el último ascendimos y jugué en Tercera compartiendo la capitanía con Salva. Pero ahí se acabó mi etapa como futbolista, con 23 o 24 años, porque estaba estudiando un máster en Madrid y sacándome el nivel III de entrenador. Después de eso volví al Algar, jugué con ellos un año y ascendimos a Preferente, pero ahí se acabó todo.
¿Qué estudiaste?
Soy Licenciado en Educación Física y tengo un máster en deportes colectivos y otro en preparación física específica para fútbol.
¿Pero dejaste de jugar porque tenías claro que querías ser entrenador?
También se juntó que en mi último año de juvenil me rompí el cruzado. Seguí varios años, pero no conseguía jugar bien.
¿De qué jugabas?
Jugaba de mediapunta. No lo hacía mal, aunque era del montón, pero en la Minera hice un par de años buenos y en el del ascenso metí 16 goles. Al final, en dos temporadas metí 35.
¿Y cómo descubriste tu vocación de entrenador?
Pues fue yo solo. Me encantaba jugar con mi primo a los juegos de manager del ordenador y nos pasábamos horas haciendo de entrenadores. A veces nos tirábamos toda la noche jugando.
¿Cuándo decidiste que querías ser entrenador?
No te das cuenta nunca, solo que vas aprovechando dónde estás. En el Algar era ayudante y preparador físico de Palomeque, que estaba en el Preferente, y yo entrenaba al Segunda Autonómica. Y en ese momento surgió la posibilidad de ir al Cartagena, y ahí me di cuenta de la grandeza que tiene esto, que es lo que te gusta y que me gustaría vivir para el fútbol, porque los que lo hacemos, entre entrenamientos y preparación, nos dedicamos plenamente a ello, casi las 24 horas del día.
En menuda situación os buscaron para el Cartagena.
También nos buscaron por la oportunidad de la situación, pero en esos seis meses logramos que el equipo acabara salvándose en Las Palmas, que fue algo muy grande, porque de no haberlo conseguido, no sé dónde estaría ahora el Cartagena. Llegaron Paco Belmonte y Deseado, metieron una inyección grande al club y mira dónde está ahora. Después de aquello, al año siguiente volví a El Algar para ser el entrenador del equipo en Preferente y conseguimos el ascenso a Tercera División en ese partido contra la Minera donde le dio el infarto a mi ayudante, Rafa.
Situación dura aquella.
Y tanto. No le deseo a nadie lo que viví en ese momento, pero al final salió todo bien.
¿Quiénes han sido tus referentes como entrenadores?
Uno de mis referentes es Unai Emery, por como lo hizo todo. Dejó de ser jugador, cogió al Lorca y desde ahí ha ido avanzando. Ahora también me gusta mucho Jagoba Arrasate, porque lo que hizo en Osasuna tiene mucho mérito. En definitiva me gusta el producto nacional, como por ejemplo Borja Jiménez, al que sigo desde que estuvo en el Cartagena y después todo lo que ha conseguido con el Leganés. Y también a Imanol Alguacil y Ernesto Valverde, que son referentes y lo llevan haciendo muy bien hace mucho tiempo. Fíjate que la Real es uno de los equipos que más gusto da ver jugar al fútbol.
¿De qué equipo eras de niño?
Yo era del Cartagena y ahora de la Minera. Nunca olvidaré aquel partido que el Cartagena perdió el ascenso contra el Córdoba, que tendría yo nueve años y me llevó mi padre. Son cosas que marcan y te hacen de un equipo.
¿Y cómo compaginas tu trabajo de policía local en Los Alcázares con los entrenamientos de un equipo ya profesional?
Los compañeros me van haciendo cambios de turno y servicio. Como por las mañanas no puedo trabajar, hago tardes y noches, los voy alternando. Y los fines de semana me coincidió bien para que los partidos que jugamos fuera no trabaje, pero cuando jugamos en casa sí. Si a lo mejor jugamos por la mañana, voy a trabajar por la tarde o por la noche. Duermo poco porque a veces salgo a las seis de trabajar, llego a casa a las seis y media, me acuesto y a las ocho y media estoy otra vez en pie para ir a entrenar. Estoy durmiendo poco, pero palos con gusto no duelen.
¿No pensaste en cogerte una excedencia?
Entré en 2022, llevo tres años y aún no estoy en momento para eso. Lo que me toca ahora es dormir poco.
¿Por qué policía?
Al final buscas una estabilidad y he tenido esa vocación desde pequeño porque tengo familiares en la Policía Nacional, la Guardia Civil y el Ejército. Buscaba una estabilidad porque esto del fútbol no lo veía nada claro. Entonces estaba en Preferente y el fútbol es muy cambiante, ya sabes, unas veces estás más arriba y otras más abajo. Ojalá que pueda ganarme la vida con esto en el futuro, pero no podía estar dependiendo de que me echara un equipo.
¿Te ha destituido alguna vez?
No, nunca me han echado, pero alguna vez llegará la primera. Dicen que no eres entrenador hasta que no te cesan la primera vez. Yo toco madera para que no me cesen nunca, pero tengo los pies en el suelo. Ahora mismo la cosa va bien, pero también sé que todo puede cambiar de un momento a otro.
¿Quieres hacer carrera más arriba como entrenador?
Como te digo, tengo los pies en el suelo, pero lógicamente, cuando ves los equipos grandes, siempre sueñas con estar ahí abajo, en el césped, y tener la oportunidad de estar en esas situaciones en un equipo de Segunda o Primera.
En la Minera tienes jugadores que son prácticamente de tu edad. ¿Es difícil dirigirlos?
Cuatro o cinco son del 88 y otros del 89 y el 90, pero son jugadores profesionales como la copa de un pino, gente que ha venido aquí a ayudar a la Minera y a tratar de colaborar para que todo funcione. Es muy fácil trabajar con ellos porque creen en la idea que se les transmitió desde el primer momento y ven que se está llevando a cabo. Creen en nosotros, en el cuerpo técnico, y los que son más jóvenes también están colaborando mucho. Todos vamos a una y somos un grupo muy unido.
¿Un entrenador puede ser amigo del futbolista?
¿Por qué no? Es gente que está en tu misma línea, con tu mismo perfil. Saben diferenciar cuándo están dentro y cuándo están fuera del campo, pero yo me identifico más con una línea de crear cercanía y confianza con el futbolista que esos entrenadores que son más autoritarios. Pero hay una cosa que siempre digo, que no hay que confundir la libertad con el libertinaje. Yo les doy la mano, me llevo bien con ellos, que para mí es una manera de trabajar donde se está cómodo.
¿Qué es más complejo para ti, poner una multa o echar una bronca a un futbolista?
Poner multas no me gusta y cuando lo haces es porque no te queda más remedio. Con los jugadores, tanto yo como mi cuerpo técnico, somos exigentes, buscamos todos lo mismo, y si hay que echar una bronca, que es algo que no me gusta porque para mí es corregir, preferimos hacerlo desde un por qué y dando motivos.
Por cierto, ¿cuánta gente te ha llamado para pedirte entradas?
Desde que se hizo el sorteo, el móvil echa humo, pero nosotros tendremos unas entradas limitadas que serán para mi familia y mis amigos, nada más.
¿Y no da miedo enfrentarse a un equipo de esta dimensión?
No, miedo no, ilusión y ambición. Creo que todo el mundo tiene el sueño de poder enfrentarse a un equipo de Primera. Ya ante el Alavés fue increíble y ahora vamos a jugar contra uno de los clubes más laureados del fútbol español. Tenemos ilusión, compromiso de hacer las cosas bien y muchas ganas de que llegue ese momento. Pero en el vestuario hemos hablado que eso está fuera de momento, que tenemos que seguir centrados en la liga.
Por último, ¿cuándo te pusieron el apodo de Popy?
Eso viene de cuando empecé a jugar al fútbol porque yo era el pequeño del equipo. Como jugaba con los mayores, me pusieron Popy porque era el de menor edad y con ese apodo me he quedado.
- Real Madrid - FC Barcelona: alineaciones probables, horario y dónde ver la final de la Supercopa de España
- Qué fue de América Jova, madre de la cantante Alaska y una mujer apasionada de la vida
- El millonario restaurante que ni Alberto Chicote pudo arreglar: fracasó incluso antes de su emisión
- Subidas salariales para funcionarios: así quedan los sueldos en los diferentes grupos
- La Comunitat Valenciana, bajo el 155
- Hijos con altas capacidades': ¿Cómo reconocer a un niño con doble excepcionalidad?
- El Gobierno confirma que la aportación a Madrid a través del sistema de financiación aumentará un 9% en 2025
- Sólo los elegidos pueden vivir aquí: viaje a Krasnoyarsk-45, la ciudad cerrada a la que no podrás entrar jamás