TENIS | COPA DAVIS

El cambio de guardia que lidera un "italiano atípico" como Sinner: "Todos siguen al tenista de las montañas"

Ganadores de la Davis masculina y femenina, los tenistas del país transalpino han refrendado en Málaga su dominio absoluto de un deporte en el no habían tenido un gran campeón hasta la irrupción del pelirrojo en este 2024

Jannik Sinner, tras ganar la Copa Davis con Italia.

Jannik Sinner, tras ganar la Copa Davis con Italia. / DAVIS CUP

Daniel Gómez Alonso

Daniel Gómez Alonso

Son, y todo apunta que lo serán durante mucho tiempo. De repente, cuando pocos podían vaticinarlo, Italia ha irrumpido con tanta fuerza en el mundo del tenis que ya no queda nadie que no la considere como la gran potencia mundial del momento. Ya van dos años seguidos ganando la Copa Davis masculina, y este año se han sumado ellas, que la temporada pasada se quedaron a las puertas, con la Billie Jean King Cup. Un doblete para la historia de un país en el que el deporte de la raqueta siempre ocupó un lugar de privilegio entre su gente, pero que no fue correspondido durante tantas y tantas décadas con un gran campeón. Hasta la irrupción de él.

Jannik Sinner cerró 2024 exactamente de la misma forma que lo hizo en 2023, ganando la Davis y siendo la figura referencial de su país. Pero entre medias, en este año que ha vivido tantas cosas, ha pasado de ser un joven prometedor del que se esperaba mucho al gran dominador del tenis mundial. Nueve laureles, doble ganador de Grand Slam, maestro en casa y uno de los números uno más apabullantes de los últimos tiempos, a la altura de los mejores años del 'Big Three'. Casi nada.

Es, sin duda, el capo del circuito. Y de su mano, también lo es Italia, dominadora del tenis de selecciones desde su irrupción, acompañada también de la inesperada aparición en la élite de Jasmine Paolini (dos final de Grand Slam y oro olímpico en 2024). El tenis, en toda su extensión, lo domina un país que hasta hace poco estaba en un segundo escalafón y que ahora tritura registros. Nadie lograba dos Davis seguidas desde República Checa en 2012 y 2013. Y solo cuatro países habían hecho, hasta este domingo, doblete con la Billie Jean King en un mismo año.

Y todo, como suele ocurrir en estos casos, tiene una explicación. Hasta nueve tenistas transalpinos figuran en el top-100 del ránking masculino, más que nunca y aupados tras el éxito de su referente.  Seis de ellos están entre los 22 y 23 años, lo que augura, si no se tuerce la cosa, una década de dominio. Los lidera a todos en silencio, desde la frialdad, un temperamento a prueba de cualquier traspiés y tenis, mucho tenis, que también hay que decirlo, un tipo peculiar. "Es un italiano atípico", lo define el periodista de La Gazzetta dello Sport Filippo Ricci, que ha estado presente en la reconquista de la Davis en la última semana.

"Nadie se lo esperaba"

"Todo empezó con Berrettini", reivindica Ricci sobre el número dos de Italia, que ha resurgido en el último año tras un calvario de lesiones. "Con su pase a la final de Wimbledon en 2021 y con el equipo femenino, que ganó hace una década". Pero con la irrupción de Sinner, el tenis se ha convertido en un "fenómeno social". Representa el pelirrojo lo que vendría a ser una especie de Nadal en su día en España, esa figura que ha acabado con la "frustración" de un país que adora el tenis, pero que sorprendentemente "nunca había tenido un número uno".

Jannik Sinner, con el trofeo de la Copa Davis

Jannik Sinner, con el trofeo de la Copa Davis / (AP Photo/Manu Fernandez)

"Ahora abrimos las portadas casi siempre con el tenis cuando hay torneos, y antes no pasaba nunca. Pero no solo en los deportivos, también en los generalistas", refrenda Ricci, que recuerda la larga travesía de 47 años para ganar de nuevo la Davis, tras el éxito de Adriano Panatta y los suyos en 1976. Ahora, van dos seguidas, y parece que la cuenta no se detendrá ahí. "Te has encontrado no solo con un buen tenista, si no con un crack, y ha cambiado toda la percepción del deporte. Y además, es curioso porque es un líder diferente", explica, haciendo hincapié en sus orígenes.

"Él era un fenómeno esquiando, fue campeón del mundo sub-14. Era lo suyo, porque vivía en una zona para ello, pero eligió el tenis. Y se mudó joven, tuvo unos inicios duros... es un tenista que viene de la montaña, tiene acento alemán... No fue fácil y ha encajado genial, le toman el pelo sus compañeros por su frialdad, por su manera de expresarse, pero a la vez le tienen un respeto brutal. Encarna un poco el estereotipo del alemán, pero él se siente muy italiano y todos le siguen", destaca, incidiendo el la buena relación que ha hecho con un romano clásico, prototipo italiano, como Berrettini.

De los Challenger a los despachos, el tenis habla italiano

"Ahora, a su sombra, se ha creado cantera", incide Ricci, destacando la juventud de los italianos que se están haciendo un hueco en la élite. Y que han podido aprovechar una estructura envidiable para países, sin ir más lejos, como España. Sólo Estados Unidos organiza más torneos Challenger, los de siguiente categoría a los profesionales, que Italia, Ahí, los jóvenes empiezan a acumular experiencia y suman puntos sin necesidad de salir del país. Algo que luego les permite llegar a los torneos ATP con mayor facilidad.

En total, son 19 torneos Challenger en su suelo: Nápoles en marzo, Barletta, Roma y Cagliari en abril, Francavilla al Mare, Turín y Vicenza en mayo, Peruggia y Sassuolo, Milán en junio... Todos los meses están copados con al menos un par de competiciones en Italia. "Tenemos mucha tradición, muchos torneos, y eso permite a los jóvenes dar pasos sin salir de suis fronteras y facilitar su asentamiento en la élite. Solo faltaba un campeón para redondear lo anterior, y ahora también lo tenemos. Y eso da más valor a lo anterior", explica Ricci, incidiendo en eso que suele decirse de que el talento florece más fácilmente cuando está rodeado de más talento. Y que mejor que hacerlo alrededor de la joya de la corona.

Con él, y con otra mucho más inesperada en el circuito femenino. Porque de repente, y esta vez sí que sí de sopetón, Italia ha encontrado con Jasmine Paolini un talento con el que no contaba. La de Castelnuovo di Garfagnana se ha destapado este año, a sus 28 años, como una tenista de primer nivel capaz de alcanzar las finales de Roland Garros y Wimbledon y de coronarse con el oro olímpico, cuando hasta ahora no había ofrecido pistas reseñables de que su tenis pudiera explorar esas cotas.

Jasmine Paolini, con la selección italiana.

Jasmine Paolini, con la selección italiana. / AFP7 vía Europa Press

Manda Italia en la cancha, pero además también lo hace en los despachos, donde tiene a Andrea Gaudenzi en la presidencia de la ATP desde 2020. La apuesta es total, y lo nota en los intereses de su gente, que abraza el tenis como uno de sus deportes favoritos. En el país del calcio y el motor, emerge el deporte de la raqueta tras una clara apuesta de las instituciones, en todos los ámbitos. Su popularidad ha subido 18 puntos respecto a 2016; del 21% a un 39%, y es ya el segundo deporte más seguido, únicamente por detrás del fútbol, 53%, según publicó el medio Sporte Finanza

Varios de los partidos de Sinner han marcado audiencias históricas y han superado incluso a algunos de los mejores encuentros de la Serie A. Se emiten, todo hay que decirlo, en la RAI, la tele pública. Pero no solo los Grand Slams, ya que en abierto también se pueden ver muchos torneos Masters 1000 gracias a Super Tennis, el canal de televisión de la Federazione Italiana, y se han asegurado seguir organizando las ATP Finals en Turín hasta 2030. Presente, y futuro del tenis pintan azul eléctrico, y no parece a estas alturas que nadie pueda cambiarlo.