TENIS | COPA DAVIS

Jannik Sinner o cómo tiranizar el tenis mundial mientras convive con la sombra de la duda

Con su semana perfecta en la Copa de Maestros, el italiano cerró el año en el que se destapó como el líder indiscutible del tenis mundial mientras aguarda la resolución final tras el episodio del doble positivo por clostebol de marzo

Jannik Sinner, con los trofeos de la ATP Finals y el del número uno del mundo.

Jannik Sinner, con los trofeos de la ATP Finals y el del número uno del mundo. / Alessandro Di Marco

Daniel Gómez Alonso

Daniel Gómez Alonso

Hace ahora un año, Jannik Sinner dio el gran golpe que terminó de lanzar su carrera y cimentó las bases de lo que iba a ser uno de las mejores temporadas que se recuerda a un tenista. El italiano, al que todavía le faltaban victorias de relumbrón, ganó dos veces en apenas una semana a Novak Djokovic, siendo la más importante en el partido decisivo de la final de la Copa Davis. Y desde entonces, se ha destapado como un cyborg, un tipo impasible al que nada ni nadie consigue perturbar en su camino hacia la gloria (deportiva).

El de la pasada Davis fue el golpe en la mesa que transformó al actual número uno en una máquina de competir y de ganar, hasta el punto que ni el caso del doble positivo por clostebol de marzo, sobre el que aguarda una resolución final, le ha afectado nada en la pista. Tanto es así que, ahora, un año después, llega a Málaga a la defensa del título con Italia con otro estatus, al haberse despegado, a la fuerza ahorcan, de esa etiqueta que le mostraba como un jugador que temblaba en los momentos de la verdad.

Dos Grand Slams, la Copa de Maestros, tres Masters 1.000... Ya es, indiscutiblemente, el capo del circuito. Solo Carlos Alcaraz, ganador de otros dos grandes este año, ha conseguido mirarle a la cara por momentos, aunque ha estado muy lejos de la constancia del italiano. Sinner ha cerrado el año con más trofeos (8) y triunfos (70) que nadie. También, obviamente, como número uno, superando la barrera de los 11.000 puntos, algo que solo habían hecho hasta la fecha cuatro tenistas: Novak Djokovic, Rafa Nadal, Roger Federer y Andy Murray.

Distancia sideral en el ránking

No es para nada descabellado decir que, tras cerrar la semana perfecta y coronarse maestro en las Finales ATP este domingo sin ceder un solo set, el italiano ha llevado su dominio en 2024 a la altura de aquellos que mostraron, en sus mejores años, los miembros del 'Big Three'. A sus 23 años, el pelirrojo ha abierto trecho, distanciándose de forma sideral de todos sus rivales (3.915 puntos por encima de Alexander Zverev y 4.820 de Alcaraz) y ya es el hombre a batir, el más regular, sobre todo en pista dura.

Jannik Sinner, en las ATP FINALS.

Jannik Sinner, en las ATP FINALS. / Alessandro Di Marco

Un dominio que ha construido con una constancia impropia de un deporte como el tenis. Ha ganado mucho, sí, pero cuando no lo ha hecho ha estado en la pelea. En todos los torneos que ha jugado ha llegado, al menos, hasta cuartos de final. Allí donde no levantó el trofeo, estuvo cerca: una final, tres semifinales, entre ellas Roland Garros, y tres cuartos completan su año.

Una garantía, un reloj que allá donde va da la hora, y con plena exactitud. Y que se ha sobrepuesto, a la espera de resolución final, a caso que puso patas arriba el tenis en verano. "Tuve un momento de oscuridad total. No sabía qué decir. Tenía miedo de todo y de toda la gente. Fue difícil y lo sigue siendo. Miraba a mi alrededor y me preguntaba qué pensaba realmente la gente de mí", admitió tras ganar en Turín, siendo el primer italiano maestro del tenis.

"Hablando en la pista"

"Sé que no he hecho nada malo, que siempre he respetado las reglas. Y estoy tranquilo. Ya he tenido tres audiencias y las tres resultaron a mi favor, así que yo voy a colaborar y a trabajar, y veremos qué sale. Pero soy muy positivo. Obviamente, estar en esta posición no me gusta", lamentó Sinner, toda una celebridad en Italia, hasta el punto que ha elevado la popularidad del tenis en su país, coto reservado hasta hace no tanto para el Calcio y el motor, a cotas nunca antes alcanzadas ha crecido en popularidad 18 puntos respecto a 2016; del 21% a un 39%, y es ya el segundo, únicamente por detrás del fútbol, 53%, según publicó el medio Sporte Finanza --

“Es muy agradable cerrar así la temporada, hablando dentro de la pista", se reivindicó el pelirrojo, al que su Italia defiende a ultranza de las acusaciones a la par que festeja una ascensión que, actualmente, parece imparable. Sinner revienta todos los registros en su país, y a la par su cartera rebosa de billetes. Tanto que sus triunfos, unidos a la victoria en el multimillonario torneo amistoso de Arabia Saudí, le han supuesto ingresar 22 millones de euros en 2024, más de lo que recaudó ningún tenista antes en un año natural. "No juego por dinero", sostiene. "Por supuesto que es importante, pero no tanto", aseguraba tras cumplir cinco meses en la cumbre del tenis.

Empezó a ganar en Australia, en enero, donde fulminó a Djokovic y Medvedev, y se sobrepuso a todo para triunfar en Nueva York. Entre medias, estuvo a escasos puntos de derrotar a Alcaraz en París, fuera de su hábitat predilecto, y siguió sumando Masters 1.000, sobre todo en pista dura. Así, de triunfo en triunfo, se convirtió en el primer tenista en alcanzar las 70 victorias desde que Andy Murray lograse 78 en 2016. Así es Sinner, un tipo que dentro de una pista parece imperturbable, más allá de que fuera le rodee un huracán.