FÚTBOL (LIGA) | ATLÉTICO 1 - REAL MADRID 1

Atlético y Real Madrid empatan en 'el derbi de los mecheros'

El partido fue suspendido en la segunda parte, tras el gol madridista, por la lluvia de objetos del fondo sur atlético contra Courtois

Fermín de la Calle

Fermín de la Calle

Estaba puesto el foco en Vinicius y los energúmenos la emprendieron contra Courtois. El derbi se llegó a suspender durante un cuarto de hora por la lluvia de objetos que sufrió el portero belga cuando defendía la portería tras la que se alojaban los ultras del Frente Atlético. El partido, trabado y sin brillantez, lo abrió un gol de Militao y lo empató, en medio del caos táctico en el que estaba sumido el Atlético de Simeone, la fe de Correa. Empate en un duelo en el que los vándalos volvieron a manchar otro partido de fútbol que, por momentos, dejó de serlo.

Olía a día grande en el Metropolitano. El Madison Square Garden atlético, el único ring en el que el Real Madrid besó la lona la pasada temporada (dos veces), se vestía de gala para presentar la renovada versión del ‘cholismo’. Saltaron los locales a calentar con los acordes de ‘Money for nothing’, de Dire Straits, declaración de intenciones que poco tiene que ver con la millonada gastada este verano por los colchoneros, que en su once lucían a cuatro de sus rutilantes fichajes.

El Cholo cambia de once, pero no de traje

Obsesionado por la cábala, el Cholo Simeone, que recientemente había cambiado el traje por uno azul marino, regresó al negro con el que el año pasado ganó al Madrid en suelo indio. Ancelotti, fiel a sus principios, o tal vez escamado por lo del año pasado, apostó por Modric, un cuarto centrocampista, para no descoserse en el medio. Y sin saberlo para generar superioridad en el medio.

Porque Simeone deshizo su habitual 5-3-2 para apostar por un 4-3-3 con Molina, Giménez, Le Normand, Reinildo; Marcos Llorente, Gallagher, De Paul; Julián, Sorloth y Griezmann. Los blancos detectaron rápido que Julián ayudaba a la medular tapando la salida a Modric, pero si el croata se iba arriba no le seguía, lo que generó un problema que sacó de quicio al Cholo en los primeros 20 minutos. Oblak tuvo que trabajar en un par de ocasiones mientras Courtois apenas corrigió un desajuste de Rudiger con Julián Álvarez. Vinicius y Bellingham pasaban inadvertidos, como Griezmann y Sorloth.

La grada atlética decidió no regalar protagonismo a Vinicius, al que solo le dedicaron un ‘¡Es especial, Vinicius es especial!’ y el brasileño no se encendió. Con Modric haciendo de Kroos se llegó a la media hora con un Madrid mandón y un Atlético aguerrido. El suspense en la salida de pelota atlética era digna de una película de Hitchcock, mientras los de Carletto se desenvolvían con naturalidad desde su superioridad en la medular generando un dominio que no terminaba de concretarse en ocasiones claras. Al descanso se llegaba con un empate típico de derbi. Dos púgiles bailando fuera de la distancia del rival mientras esperaban un descuido del adversario que no terminaba de llegar. 

Gol de Militao y suspensión temporal

Del vestuario salió otro partido. Cholo convirtió la pizarra en un 5-3-2 con Lino por la izquierda y Llorente en la derecha. Julián y Griezmann afilaban arriba al Atlético y así trataba de equilibrar la superioridad blanca. Recuperada la identidad táctica, los rojiblancos también comenzaron a dominar el balón y el Metropolitano se empezó a caldear. Con más tensión que fútbol y más solidaridad que ocasiones, el encuentro cumplió una hora que se podía resumir en una palabra: "pestiño".

Militao marca el gol del Real Madrid en el Metropolitano

Militao marca el gol del Real Madrid en el Metropolitano / AFP7 vía Europa Press

Y en esas llegó una jugada sin aparente peligro en el minuto 63. Una falta frontal fue descargada en la orilla de Vinicius, que sacó un centro pasado que la defensa atlética no despejó y Militao, solo en el segundo palo, aprovechó para descerrajar a Oblak. Nuevo partido, nueva exigencia para los de Simeone. El gol caldeó los ánimos locales y la hinchada rojiblanca la tomó con Courtois, al que empezaron a lanzar insistentemente objetos. Tanto que provocó la retirada de los jugadores del campo y la suspensión temporal del partido durante quince minutos. 70.000 espectadores pagaban una vez más por un grupo de descerebrados que siguen ocupando el fondo sur del estadio con la connivencia de un club que ni los señala ni los expulsa. Quince minutos de interrupción que no sirvieron en realidad para nada, solo para enfriar el ambiente.

Simeone se abandonó al tremendismo y el derbi terminó con Javi Galán en el campo y Julián Álvarez en el banquillo. Difícil de explicar el baile de nombres y posiciones en el bando local. Correa empató con un postrero gol que el VAR tuvo que validar tras un supuesto fuera de juego y Vinicius volvió a mostrar su lado más insoportable, encarándose con todos los rivales confirmando que es maleducado e irrespetuoso. Tanto que Carletto lo terminó sustituyendo. El derbi pasará a la historia porque un grupo de impresentables del Metropolitano, los mismos que llevan campando a sus anchas desde hace años en el Atlético, regalaron una lluvia de objetos al portero visitante. No por el fútbol, que tampoco fue excelso. La imagen final de los futbolistas atléticos aplaudiendo al Frente Atlético en el fondo sur, los mismos que habían lanzado los objetos, resultó bochornosa y al tiempo muy explicativa. Una lástima.