FINAL EUROPA LEAGUE | SEVILLA 1 (4) ROMA 1(1)

Así fue la tanda de penaltis de la final de Europa League entre el Sevilla y la Roma

El conjunto hispalense se impuso desde los once metros, como ocurrió en las finales de Glasgow 2007 ante el Espanyol y Turín 2014 frente al Benfica | Montiel, como ocurrió en el Mundial que conquistó Argentina en Qatar, anotó el tanto definitivo

Bono, portero del Sevilla, detiene el penalti a Ibañez.

Bono, portero del Sevilla, detiene el penalti a Ibañez. / ODD ANDERSEN / AFP

Denís Iglesias

Denís Iglesias

El Sevilla y la Roma rompieron la estadística de una intensa final desde los once metros, donde se coronaron los hispalenses (4-1). Montiel, como en el Mundial, tuvo la responsabilidad final gracias al buen hacer de Bono, otro jugador que tuvo un excelente desempeño en Qatar. De un modo y otro se tenía que quebrar, o bien la imbatibilidad del conjunto hispalense en las seis finales, o bien la eficacia de Mourinho en su pleno europeo.

Dos estadísticas frente a frente

'The Special One', como apodan al entrenador portugués, había ganado los cinco partidos decisivos disputados: UEFA (2003) y Champions (2004) con el Oporto; la Champions (2010) con el Inter; la Europa League (2017) con el Manchester United; y la Conference (2022) con la Roma.

El Sevilla, además, sabía lo que era ganar dos Europa League desde los once metros: en Turín 2014 ante el Benfica y en Glasgow 2007 ante el Espanyol. Por su parte, el entrenador portugués había perdido ocho de las diez tandas que había tenido que enfrentar en eliminatorias. Ahora suma nueve. La suerte estaba echada después de un partido interminable, con 26 minutos de descuento acumulados para casi 150 totales.

Yassine Bounou, portero del Sevilla y MVP de la final contra la Roma tras detener dos penaltis.

Yassine Bounou, portero del Sevilla y MVP de la final contra la Roma tras detener dos penaltis. / BERNARDETT SZABO / REUTERS

Primer penalti: empieza Ocampos

Bono, con una habilidad demostrada para parar penaltis, se cruzaba de brazos mientras esperaba el resultado del sorteo. Sin embargo, su expediente de paradas en LaLiga era idéntico al de Rui Patricio, meta de la Roma, en la Serie A. Dos encajados y uno atajado. Pero en la mente del aficionado español todavía estaban las tres penas máximas que el cancerbero hispalense detuvo a España en la tanda de los octavos de final del Mundial.

Ocampos, un jugador al que el Sevilla repescó a mitad de temporada tras fracasar en el Ajax, fue el encargado de empezar la muerte súbita. Sangre fría. A cámara lenta y a la derecha de Rui Patricio. Un golpe para minar al portugués. Turno para Cristante, mucho más comedido. Carrera corta y un lanzamiento imparable pegado al palo izquierdo. Durísimo, a pesar de que el portero del Sevilla lo adivinó. 1-1 en Hungría.

Segundo penalti: la noche negra de Mancini

Lamela, autor del gol que clasificó al Sevilla para la final, tomó la responsabilidad en el segundo. Abajo y ajustado al palo derecho, para remover la aleatoriedad de los once metros. Rui Patricio vio el rastro, aunque no logró detener el impacto. La réplica para Mancini. Se sabía que lo iba a fallar desde que se posicionó.

Demasiado recto y frontal en su carrera hacia el balón. Se le intuía desde lejos la inseguridad. El lanzamiento lo atajó Bono con el pie en una soberbia parada. Para colmo, el central italiano había anotado el tanto en propia meta que supuso el empate del Sevilla. La séptima parecía más cerca. 2-1 en el Puskas Arena.

Mancini, central de la Roma, se lamenta del penalti fallado ante Bono.

Mancini, central de la Roma, se lamenta del penalti fallado ante Bono. / JOHN SILBEY/ REUTERS

Tercer penalti: Rakitic no falla y Bono es una pantera

Rakitic era el elegido después de cuajar una soberbia noche con 35 años. Sobran las palabras para saber que al croata no le pesa la responsabilidad. Futbolista maduro que sabe lo que hace aunque tenga una manada de toros detrás. Escondió su intención a la perfección y notó con un giro magnífico de tobillo. Ibañez, con toda la presión encima. Bono le marcó el disparo y cayó en la jaula. El marroquí se estiró como una pantera para tocar el esférico y enviarlo al palo. 3-1, la séptima estaba ahí.

Roger Ibáñez ejecuta el tercer lanzamiento de la Roma que acaba deteniendo Bono.

Roger Ibáñez ejecuta el tercer lanzamiento de la Roma que acaba deteniendo Bono. / ATTILA KISBENEDEK / AFP

Cuarto penalti: doble lanzamiento de Montiel

Nadie mejor que Montiel para convertir el deseo en realidad. El lateral derecho sabía perfectamente lo que era llevar un pueblo a sus espaldas. Guio a la gloria a Argentina, que luce la tercera estrella que le acredita como campeona del mundo gracias a la templanza del mismo jugador al que el Sevilla confió su destino.

Esta vez hubo aún más carga dramática, porque tuvo que repetir el lanzamiento. En la primera tentativa, Rui Patricio lo paró, pero el portugués se había adelantado. VAR al canto. El disparo no valía. A la segunda, dentro, con una ejecución idéntica a la del Mundial. Gloria de Mendilibar y su Sevilla. Invasión de campo y la séptima Europa League para las vitrinas. Victoria del Sevilla ante la Roma por 4-1 en los penaltis.