Ciclismo

El Ineos de Thomas regala el liderato del Giro de Italia con un lacito rosa

El alemán Nico Denz ganó hoy su segunda etapa gracias a su fuerza monumental en los últimos metros después de capturar a los más intrépidos de la fuga casi en la misma línea de meta

Sergi López-Egea

Bruno Armirail, un ciclista francés de 29 años y sin grandes resultados como profesional, sonreía con cierta timidez en la señal internacional de la televisión italiana desde la meta de la 14ª etapa del Giro

. Él no estaba acostumbrado a las entrevistas ni a las cámaras. Sólo contaba con la victoria lograda el año pasado en el campeonato de contrarreloj de

Francia

. Nada más. Sólo posiciones discretas, buen gregario, hasta que este sábado el conjunto del Ineos le ha regalado el jersey de líder de la ronda italiana con un lacito rosa. Felicidades.

Lucirá, de forma prestada, la ‘maglia rosa’ que podrá quedarse en recuerdo o colgarla en la casa familiar de Bagnères de Bigorre, un pueblo ciclista arraigado a los Pirineos y a la historia del Tour. Nunca podía pensar que un día sería el líder del Giro, aunque a la carrera le falte sal, pimienta, perejil y cualquier condimento que alguien pueda imaginar. Es sosa a más no poder. Se llevan 14 etapas disputadas y si se restan las dos contrarrelojes, quedan 12 de las que 7 han acabado con fugas consentidas y sin que siga ocurriendo nada entre los favoritos si se descuentan las dos contrarrelojes ganadas por 

Remco Evenepoel

 y el cohete que tiró 

Primoz Roglic

 la semana pasada.

Catorce etapas son demasiadas. Nadie se puede levantar del sofá para acompañar con un grito un demarraje con cara y ojos. O animar al damnificado por el ataque y para que no pierda tiempo y mantenga encendida la llama de la competición que parece apagada en un Giro en el que llueve cada día y que quita las ganas de correr de verdad a los principales favoritos.

Te pillo y no te pillo

Al menos la 14ª etapa se vio estimulada por una fuga numerosa, con contraataques, te pillo y no te pillo, entre los 29 ciclistas participantes. Uno de ellos era Almirail, un corredor que empezó como ciclista de montaña y que se formó en el equipo del Ejército de tierra francés. Ahora goza de una ventaja en la general sobre Geraint Thomas de 1.41 minutos. Y otro, el alemán Nico Denz, que repitió victoria, gracias a su fuerza monumental en los últimos metros después de capturar a los más intrépidos de la fuga casi en la misma línea de meta.

El pelotón llegó a 21 minutos porque al Ineos ya le iba bien que otro equipo, el Groupama de Almirail, coja este domingo el timón del Giro en la que tal vez sea la etapa que acaba en Bérgamo la más difícil de controlar tácticamente.

Los problemas de Roglic

Y porque el Jumbo no quiere ni ver, ni oír hablar de la ‘maglia rosa’, como si la prenda fuera un vampiro al que hay que ahuyentar con ajos. Roglic admitió en la salida que no se encuentra bien y que el castañazo que se dio en la caída que le costó una fractura de cadera y el abandono a Tao Geoghegan Hart le esta pasado factura. “Por lo menos sigo en carrera”, dijo.

Una declaración que desgraciadamente no invita al optimismo, al menos en lo que hace referencia a ofensivas y que explica la razón por la que el ciclista esloveno está corriendo con un perfil tan bajo ante Thomas. Así las cosas, pasa lo que pasa, aunque al menos este sábado la carrera se vio alentada por la sensacional pelea entre los integrantes de una fuga que el Movistar quiso controlar para que ganase Fernando Gaviria, uno de los escapados, pero tuvo que conformarse con recordar la victoria del viernes de Einer Rubio en una etapa de alta montaña con la cabeza rapada.