Rodrygo castiga a un Chelsea estéril y el Madrid espera en semifinales al City

No es buena idea tratar de comerse un filete con una cuchara. Puede dar fe de ello el Chelsea. Los londinenses propusieron un partido físico y arrinconaron a sus futbolistas de talento en el banquillo. El Real Madrid, que exhibió sobre el césped su colección de cuchillos, lo agradeció enormemente viendo cómo fallaban ocasiones claras una tras otra. Hasta que dos puñaladas de Rodrygo silenciaron Stamford Bridge y sentenciaron la eliminatoria. El Madrid mira a Múnich, donde el City aterriza con una renta de tres goles. Pinta a que se repite la semifinal del año pasado. Y Rodrygo se frota las manos.

El Chelsea deja el arsenal en el banquilo

Resulta complicado justificar que dejes en el banquillo a Sterling, Joao Félix, Ziyech, Pulisic, Mount y Mudryk cuando tienes que remontar dos goles. Algo inexplicable salvo que tengas más miedo a tu equipo que al Real Madrid. Y eso tiene cierta lógica teniendo en cuenta porque el Chelsea había perdido los tres partidos con Lampard al mando y en el último el Brighton le disparó ¡26 veces! El técnico 'blue' aspiraba a llegar vivo al descanso y lanzarse a tumba abierta después. Consistencia lo llaman.

Eso explica el 5-4-1 con tres centrales, James y Cucurella en los carriles, cuatro centrocampistas con Gallagher ayudando al trivote (Kanté-Enzo-Kovacic), y Havertz de boya arriba. De hecho, era mucho más ofensiva la propuesta de Ancelotti, que en vez de guardar la ropa con un cuarto centrocampista, apostó por la tripleta de atacantes arriba, con Rodrygo escoltando a Benzema y Vinicius.

Los primeros minutos fueron los típicos del Madrid, equipo diésel que gana cuerpo con el paso del tiempo. Y, por supuesto, con sobresaltos incluidos. En este caso, un remate de Kanté solo en el área que salió desviado. ¿Qué habría pasado si en lugar de Kanté hubiese disparado Sterling, Joao Félix, Ziyech, Pulisic, Mount o Mudryk? Nunca lo sabremos.

Hasta que la caldera se calentó, el Madrid corrió tras los 'blues'. Los de Ancelotti son un equipo reactivo. Necesitan saber qué dispone el rival, examinarle y proponer lo que pide el partido en cada momento. Pero esos minutos iniciales de suspense corren siempre por cuenta de la casa. 

El Madrid se calienta

A los 19 minutos se desesperó el Madrid en la primera jugada enlazada por su ataque con un disparo al palo de Rodrygo. El Chelsea apretaba a Kroos y Modric, flotando más a Valverde, que dirigía las operaciones. Militao medía mal en una entrada y se llevaba una tarjeta que le dejará sin la ida de semifinales. Benzema comenzó a ordenar el tráfico bajando a ayudar en la salida y Vinicius ganó protagonismo a la espalda de los centrales.

A la media hora el Madrid ya habia comparecido en Stamford Bridge. Un disparo tibio de Benzema y otro más exigente de Modric hacían trabajar a Kepa. Todo en orden. Aunque al descanso se llegó empatados por una mano de Courtois, que se lanzó como un tigre a achicar la portería ante un Cucurella tenía todo de cara para marcar de primeras en el segundo palo, pero decidió pararla para asegurar. ¿Qué habría pasado si en lugar de Kanté hubiese disparado Sterling, Joao Félix, Ziyech, Pulisic, Mount o Mudryk? Nunca lo sabremos. Kanté y Cucurella dejaban al Chelsea sin premio.

Gol de Rodrygo

La segunda parte comenzaba con idéntico escenario. El Chelsea mantenía a sus pretorianos y el Madrid seguía esperando que bajase el soufflé azul. Pidieron los londinenses otra amarilla para Militao, que jugó con fuego. Lo hicieron segundos después de que Kanté fallase otra ocasión clara, retratando de nuevo el planteaminto de Lampard. Un filete no te lo puedes comer con una cuchara. Y cada ataque local era una demostración de ello.

Sufría el Madrid sin balón y Ancelotti llamó a Tchouameni y a Nacho. Andaban preparándose para salir cuando Rodrygo montó una contra que Benzema no empujó por centímetros y en el segundo palo Vinicius devolvió al centro para que el propio Rodrygo marcase. Es lo que tiene dar a los buenos el balón en el área rival. El gol lapidaba al Chelsea en el 58. 

A los 66 minutos Lampard sacó de una tacada a Joao Félix, Mudryk y Sterling. A buenas horas... El Chelsea se fue arriba y dispuso de ocasiones, pero fue el Madrid, una vez, quien certificó el triunfo y la eliminatoria con sus contras. Una jugada primorosa de Valverde terminó con Rodrygo empujando su segundo gol. El brasileño ya rescató a los blancos hace un año con un gol que llevó al Madrid a la prórroga ante los londinenses. No era de extrañar que Ancelotti le besará como a un hijo cuando le sustituyó al acabar el partido.