El gol en España tiene acento gallego: Iago Aspas, Borja Iglesias, Joselu...

José Luis Mato Sanmartín nació en Stuttgart, Alemania, el 27 de marzo de 1990. Y en suelo teutón empezó a dar patadas a un balón hasta que a los cuatro años sus padres decidieron regresar a casa, a la localidad pontevedresa de Silleda. Allí comenzó a destacar en la Sociedad Deportiva Silleda, desde donde saltó al equipo grande del sur gallego, el Celta. Con 13 años fichó por el club vigués y rápidamente comenzó a llamar la atención por su corpulencia física y su facilidad para marcar goles. Llegó a proclamarse campeón de Copa en una hornada en la que aparecían ilustres del celtismo como Hugo Mallo. Y eso le permitió saltar a la Sub-19, donde Luis Milla lo reclutó como mascarón de proa de su equipo.

Iago y Joselu en Vigo

En su primera temporada se proclamó máximo goleador de Segunda B empatado con un compañero suyo, Álvaro Morata, hoy compañero en la Selección. Al año siguiente se proclamó máximo goleador del grupo 1º de 2ªB con 19 tantos, sumando al final de su trayectoria en la cantera blanca 40 goles, lo que sitúa como cuarto goleador de la historia junto a Emilio Butragueño, entre otros.

El 21 de mayo de 2011, José Mourinho le hizo debutar ante el Almería supliendo a Benzema en los últimos cinco minutos de partido, tiempo suficiente para anotar el octavo gol de los blancos. Después comenzó una larga travesía por el desierto pasando por el Hoffenfeim, el Eintracht y el Hannover alemán, el Stoke City y el Newcastle en la Premier, regresar a Galicia para enrolarse en el Deportivo y acabar en Vitoria, donde encontró su sitio marcando 36 goles en 113 partidos. Eso llamó la atención del Espanyol, que se había quedado sin ariete al marcharse Borja Iglesias al Betis. Joselu suma 13 goles en 27 partidos con los que ‘pericos’, lo que le ha llevado a ser llamado por Luis De la Fuente para estrenarse como internacional absoluto.

Mientras Joselu hacía la maleta, Iago Aspas se echaba el Celta a las espaldas para mantenerle en Primera con sus goles y sus asistencias. Hasta que decidió probar en uno de los clubes más legendarios de la Premier, el Liverpool. Allí llegó en junio de 2013, a cambio de 10 millones de euros que aliviaron las arcas olívicas. Pero Iago no terminó de encontrarse cómodo nunca en Anfield, donde jugó solo 13 partidos y marcó un tanto. Así que un año más tarde se fue cedido al Sevilla. En Nervión ratificó su calidad anotando 10 goles en 25 partidos y proclamándose campeón de la Europa League, pero su corazón y su cabeza estaban en Vigo.

Aspas regresa a casa

También Borja Iglesias tiene escrito su pasado futbolístico con tinta azul celeste. El delantero dio sus primeras patadas al balón en el Conxo, desde el que se marchó a la cantera del Valencia, donde pasó tres años poniendo centros desde la banda a un 9 que destacaba llamado Paco Álcacer. El Villarreal lo reclutó en 2010, pasando en tres años del Roda, al juvenil y de ahí al C a golpe de goles. Pero a Borja, nacido en Santiago de Compostela el 17 de enero de 1993, le tiraba la tierra. Y en 2013 el Celta le ofreció un hueco en el B. Y allí se marchó Borja.

Borja con Iago en el Celta

Tras pasar un año cedido en el Zaragoza, donde anotó 23 goles, siendo el pichichi del equipo y tercero en 2ª, el Espanyol pagó los diez millones de su cláusula de rescisión y firmó en 2018 por cuatro temporadas. Pero solo un verano después fue el Betis el que depositó los 28 millones de la cláusula de rescisión del 9 ‘perico’ y el Panda se tiñó de verdiblanco.

Iago, Borja y Joselu, en la Selección