RUGBY

Crónica reposada del 6 Naciones 2023 (4ª jornada): Todo a la vez en todas partes

Francia arrasó a Inglaterra en Twickenham con un tsunami ofensivo e Irlanda ganó a Escocia y se jugará el sábado el Grand Slam ante de los de la rosa

RUGBY-UNION-NATIONS-ENG-FRA/

RUGBY-UNION-NATIONS-ENG-FRA/ / Lee Smith/Reuters

Fermín de la Calle

Fermín de la Calle

El bote de una pelota de rugby es como la vida misma: a veces te juega malas pasadas y otras te sonríe. Esto te obliga a estar preparado para lo mejor y para lo peor. Inglaterra anda metida en la segunda tesitura, tras ser arrasada por Francia en Twickenham en la mayor hecatombe de su historia en el torneo del 6 Naciones. Pero el (10-53) final del marcador no hace sino retratar fidedignamente el ocaso de un país que fue potencia y hoy se desintegra por su negligencia dirigencial. El XV de la Rosa se ha convertido en un equipo mediocre, la histórica Premier se asoma al abismo y sus clubes colapsan entrando en bancarrota hasta desaparecer como los históricos Wasps. Yen medio de esa tormenta perfecta su Federación, una litúrgica RFU que huele a naftalina, cambia de seleccionador a seis meses del Mundial (torneo impostado de nueva creación sobre el que gravita toda la profesionalidad oval).

Músculo vs. talento

En el rugby, como en ningún otro deporte, los equipos son hijos de sus entrenadores. Dándose además la circunstancia de que todos fueron antes jugadores. Por lo que resulta divertido inferir el tipo de juego que desplegará cada técnico a partir de su perfil sobre el césped. Inglaterra ha elegido a un mastodonte estajanovista como Steve Borthwick, segunda rocoso y cartesiano que se ganó un nombre en el oficio. Minucioso y trabajador siempre ha apostado por minimizar riesgos. Francia, por su parte, cuenta un medio melé que vertía litros de champagne en cada partido con su juego expansivo. Un tipo, Fabien Galthie que a falta de físico vivía del talento. Lo más parecido a la némesis de Borthwick. No extraña, por tanto, que en la previa de Le Crunch, como llaman los galos al clásico del Canal, el técnico inglés repitiese como un mantra, y con cierto desdén: “Los franceses juegan demasiado al pie”. Sonaba incluso a provocación. Algo que explica la apuesta como 10 de Marcus Smith, contragolpeador habituado a jugar con pelotas rivales.

Sin embargo, Galthie aceptó el desafío y no solo siguió jugando "demasiado al pie", arrasó con sus panzers a la delantera inglesa, en la mayor ofensa posible en un campo de rugby para un inglés, y luego bombardeó a la caótica línea local, que deambulaba tratando de parchear los agujeros de sus gordos. Ytodo el día del estreno en la capitanía de Ellis Genge, un híbrido entre Hulk y un Peaky Blinders que protagoniza la portada del especial de Rugby World con cara de pocos amigos.

Marcador histórico en Twickenham. 

Marcador histórico en Twickenham.  / Lee Smith/Reuters

En este rugby moderno en el que se amontonan terceras líneas por el campo disfrazados de talonadores, segundas, centros, alas o zagueros, Francia apostó por llenar el césped de segundas: Flament, Willemse, Cros, Ollivon y Alldritt. El órdago terminó con los triceratops galos devorando a los velociraptores ingleses. Itoje, Chessum, Ludlam, Willis, Dombrandt y compañía fueron asolados en cada ruck, cada percusión, cada punto de encuentro. Una inferioridad física que regó de cadáveres el campo y abrió vías de agua en la línea de flotación británica, lo que rentabilizaron pateando con un clarividencia quirúrgica Dupont, Ntamack y Ramos, como sospechaba Bortwick. Todo a la vez en todas partes. El desplome final de los ingleses fue más propio del equipo de regional en el que podemos jugar cualquiera que una selección de su categoría.

Escocia aguantó una hora a Irlanda

Irlanda puede rematar el sábado a los ingleses horas después de San Patricio, festejo que se alargará 48 horas para coronar, posiblemente, la festividad del patrón irlandés con el cuarto Grand Slam de su historia (1948, 2009 y 2018). Antes los de Andy Farrell, padre del apertura inglés Owen, sufrieron para doblegar a una Escocia consistente que confirmó que es un buen equipo con la pelota en las manos, pero le falta banquillo. Los caledonios hicieron frente el rugby industrial de los del trébol una hora, confirmando que cuando Finn Russell gana la ventaja, hay una línea que sabe trasladarla hasta la zona de ensayo con la pareja Tuipulotu-Jones (enorme torneo)y el poderío de Van der Merwe. Se llegaron a adelantar, pero los de verde eran mucho toro para el Curro Romero del cardo y su gente. Los de Townsend aguantaron el pulso en el cara a cara hasta el punto que los irlandeses solo mostraron fisuras por fuera (llegando por ahí los ensayos). Irlanda huele a Grand Slam, pero sabe que Inglaterra llega herida. Tienen la oportunidad histórica de darles el descabello y terminar de enterrarlos. En el Italia-Gales el oficio británico penalizó a una azzurri que digirió mal el rol de favorita que alguno le otorgó. Gatland tiró de la vieja guardia y se sacudió una cuchara de madera que se adjudicarán los italianos, pese a la mejora.