LIVERPOOL 2 - REAL MADRID 5

El Real Madrid deslumbra en el templo de Anfield con una goleada épica

Victoria deslumbrante de los blancos remontando los dos goles iniciales del Liverpool

Vinicius (2), Benzema (2) y Militao, autores de los tantos en una goleada histórica

Fermín de la Calle

Fermín de la Calle

Sostiene Carlo Ancelotti que le gusta ver jugar al fútbol a Vinicius. Y que le gusta jugar en estadios como Anfield ante rivales como el Liverpool. Además añade que también debería gustarle a la gente que ama el fútbol. Anfield aplaudió el quinto gol del Madrid, obra de arte que coronaba una de las victorias más majestuosas de su historia. De esas que le gustan a Ancelotti. Y a todo el que le guste el fútbol. 

El fútbol en Anfield, decía el legendario Bill Shankly, “no es una cuestión de vida o muerte. Es mucho más que eso”. Es una actitud que la grada dispara antes de empezar los partidos entonando sobrecogedoramente el litúrgico ‘You’ll never walk alone’. Una canción de resiliencia que inspira a sus jugadores: “Cuando camines a través de una tormenta, mantén la cabeza bien alta y no tengas miedo a la oscuridad. Al final de la tormenta hay un cielo dorado. Camina a través del viento. Camina a través de la lluvia”. Versos que podrían aplicarse también a la idiosincrasia del Real Madrid, equipo que nunca deja de caminar. Siempre va.

Precisamente llegaban ambos al partido en medio de la tormenta. Los de Klopp habían caído hasta la décima posición en la Premier. El Madrid vapuleado en la final de la Supercopa por el Barcelona sin ofrecer resistencia. Algo impropio de los blancos. Y así arrancó el partido. Con Klopp apostando como timonel por el descaro de un joven vigués de ascendencia serbia, Stefan Bajcetic, y Ancelotti eligiendo su versión más audaz, con Rodrygo arriba en lugar del cuarto centrocampista (Ceballos). Rápido se vio que el Liverpool le daba el balón a los blancos para atacarle la espalda.

Los goles del Liverpool

A los tres minutos Salah arrancó por la derecha a pie cambiado y puso una diagonal al corazón del área, donde apareció por sorpresa Darwin Núñez para marcar de tacón. El charrúa llegó desde el pasillo entre Carvajal y Militao ganando la espalda a una zaga que se durmió. Apostaba Carletto otra vez por el físico de una pareja, Militao-Rüdiger, que tiene carencias en la salida y desconexiones defensivas, como se vio en el gol. Nacho, incomprensiblemente, veía el partido en el banquillo. 

Pareció encajar bien el golpe el Madrid. Hasta que al cuarto de hora volvió a besar la lona de la forma más inesperada. Una cesión sin complicaciones fue mal controlada por Courtois y la fe de Salah hizo el resto. La tormenta arreciaba y Carletto pedía tranquilidad y cabeza. Restaban 165 minutos de eliminatoria. O de partido. La lluvia amainó cinco minutos después cuando Vinicius frotó la lámpara y clavó en la red de Allison un latigazo que silenció Anfield. Ya llovía menos. Antes de la media hora Alaba se marchaba lesionado, entrando Nacho en el carril. Contratiempo que, sin embargo, asentó al Madrid en defensa con la aparición del canterano, lo cual fue decisivo.

El fallo de Alisson

Jugaba el Madrid en el alambre, poniendo el habitual suspense a sus salidas desde atrás. Y se agazapaba el Liverpool buscando otro zarpazo. Pero una vez más triunfó la resiliencia. Un balón cedido atrás fue perseguido por Vinicius, que acertó a taponar el despeje de Alisson, y la pelota acabó en la red. Empate a goles y a errores al descanso. 

Comenzó el segundo tiempo con el Madrid jugando a lo que sabe. Dándole la pelota a Modric para que activase a Vinicius y a Rodrygo. El primero, que le dio la noche a Alexander-Arnold, le sacó una falta lateral al carrilero. Balón parado que Modric clavó en el primer palo con determinación, la misma que mostró Militao acudiendo al remate. Rolaba el viento y la lluvia se trasladaba al bando local. 

Había advertido Klopp en la previa que habían aprendido que el Madrid no se inmuta cuando les hacen ocasiones o lo están pasando mal. Tiene la pegada de Tyson y además sabe encajar bien. Acertó el diagnóstico de los blancos y se demostró que al Liverpool le falta ese cuajo. Porque en el 55 un disparo tibio de Benzema tocó en Joe Gómez, desviando la dirección y descolocando a Alisson. Su mandíbula de cristal penalizaba al Liverpool. 

El quinto fue una obra de arte que incluso aplaudió Anfield. Contra llevada por Modric que sirvió a la izquierda a Vinicius, quien atrajo la atención de la defensa y sirvió a Benzema. Cuando todos esperaban el remate del francés, Karim recortó a Allison y marcó un gol monumental. Goleada para la historia de un Madrid que nunca camina solo. Y menos con futbolistas como aquel Amancio o este Vinicius.