Al-Hilal, la apuesta ganadora del 'sportswashing' de Arabia Saudí que disputa el cetro mundial al Real Madrid

"Es un rival que ha ganado una semifinal jugando bien. Tenemos que respetar al equipo. Estos torneos suelen ser Europa contra Sudamérica, pero el fútbol está cambiando". Carlo Ancelotti, técnico del Real Madrid, sabía que los planes en el Mundial de Clubes habían cambiado con la eliminación del Flamengo por parte del Al-Hilal. A pesar de tener un partido más en las piernas, el cuadro saudí (se deshizo en la ronda previa al Wydad marroquí) avanzó con firmeza a la final.

El triunfo del Al-Hilal es un nuevo golpe sobre la mesa de Arabia Saudí en el tablero global del fútbol, que se suma a una lista cada vez más larga: el fichaje de Cristiano, la compra del Newcastle, ser sede de las Supercopas de Italia y España, vencer a la Argentina campeona... Y que tiene como futuras aspiraciones la organización del Mundial 2030, para lo que se han asociado con Egipto y Grecia.

La constelación no es suficiente y ha tentado a dos jugadores blancos: Modric y Benzema, con los que elevar el caché de una liga que ha ganado el Al-Hilal más veces que ningún otro equipo. El club en el que militan ex de LaLiga como Odon Ighalo o Luciano Vietto es el más laureado de Asia, siendo el único con cuatro títulos de Campeones de la AFC. 

COLUMNA DE LA SELECCIÓN

Pero la clave del éxito, para el equipo de Riad, más allá de los extranjeros -pueden ser hasta ocho tras la última reforma-, es haberse constituido como la espina dorsal de la selección de Arabia Saudí con hombres como Salem Al Dawsari, su gran referente. Anotó dos goles desde el punto de penalti frente al Flamengo, siendo elegido MVP del duelo.

Su nombre y apellido ya eran familiares para la audiencia mundial, puesto que fue el autor de un inmenso tanto en Catar que supuso un triunfo histórico contra Messi y compañía, a la postre campeones. Curiosamente, el héroe de aquella gesta llegó a jugar en LaLiga durante 2018 gracias a un acuerdo con la federación saudí. 

El objetivo era foguear a los jóvenes talentos del país de cara al Mundial de Rusia. Al Dawsari llegó al Villarreal en calidad de cedido. "Gracias a Dios por estar en España. Es un sueño, incluso para los ciudadanos de Oriente Medio y sobre todo para mi país", dijo en su presentación con el Submarino, donde su papel en el campo fue testimonial. Apenas un duelo con el primer equipo.

No obstante, el interés de esta misión balompédica era el de poner a los enviados en un entorno exigente para empaparse de enseñanzas que después trasladarían al campeonato local. Así lo manifiesta Ramón Díaz (quien se enfrentó como jugador a Ancelotti en el 'calcio'), que ocupa el mando en un banquillo donde estuvo, entre otros, Mário Zagallo, mito del fútbol brasileño. Éste hizo campeón del mundo a uno de los grandes jugadores que han vestido la camiseta del Al-Hilal: Rivelino.

El equipo con más seguidores de Arabia siempre ha ido un paso por delante en la internacionalización, considerada como la mejor vía para el desarrollo del deporte. "Los entrenadores extranjeros han traído riqueza. El país se puso objetivos muy altos para conseguir a los mejores. Económicamente, para ellos no es un problema, por lo que el torneo se está volviendo cada vez más competitivo", aseguraba Díaz en una entrevista con FIFA. 

EL ROL DEL FÚTBOL FEMENINO

La Liga Profesional Saudí es un baño de oro para los veteranos, aunque también atrae a jugadores con edades de plenitud como Luciano Vietto (29 años), una de las amenazas del Al-Hilal contra el Real Madrid, al que consiguió anotar su único gol en LaLiga con la camiseta del Atlético (militó también en el Villarreal, Sevilla y Valencia).

O el brasileño Talisca (29 años), compañero de Ronaldo en el Al-Nassr, el enemigo actual del Al-Hilal, que también intentó la incorporación del portugués. Ahora su gran deseo es Leo Messi, al que ha tentado con una oferta de 325 millones de euros año. Como sucede con Benzema y Modric, da igual a qué equipo se sumen, porque detrás hay un interés gubernamental. 

La nacionalidad del dinero importa cada vez más y se da la casualidad de que el astro albiceleste es embajador de Arabia, cuya candidatura mundialista rivalizará con la sudamericana de la que forma parte Argentina. Por el momento, esta monarquía absoluta se ha adjudicado la Copa Asia de 2027 y pretende hacer lo mismo con la femenina.

Consciente de las críticas que recibieron sus vecinos de Catar, el estado saudí presentó el año pasado la primera selección de mujeres, a las que se les permite ir a los campos desde 2018 -de modo controlado-y se ha convertido en patrocinador del Mundial femenino de 2023, para malestar de algunas jugadoras, que lo consideran sportswashing. Lo hacen poniendo como ejemplo el caso del español Santi Mina, condenado por abuso sexual, al que el Celta desterró a la liga de un estado (juega en el Al-Shabab que entrena Vicente Moreno) que no busca convencer al mundo, sino conquistarlo a través del poder del fútbol.