TRAS EL BRONCE MUNDIAL

Cañellas y la 'Década Gloriosa' del balonmano: "Estos Hispanos no son muy diferentes a los de hace diez años"

El de Palautordera es uno de los nombres propios de esta selección que se ha colgado diez medallas en los últimos doce años en Juegos Olímpicos, Mundiales y Europeos.

La selección española de balonmano celebra el bronce en el Mundial en Suecia.

La selección española de balonmano celebra el bronce en el Mundial en Suecia. / Jessica Gow/EFE

Fermín de la Calle

Fermín de la Calle

A sus 36 años, Joan Cañellas Reixach es uno de los últimos centuriones (141 internacionalidades) vigentes en los Hispanos. Uno de los rostros de esta selección que acumula, en los últimos doce años, diez medallas en torneos de primer nivel como los Juegos Olímpicos, Mundiales o Europeos. No hay voz más autorizada para hablar de esta 'Década Gloriosa' que la selección española de balonmano parece empeñada en alargar.

Cañellas atiende a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA nada más pisar suelo español con la medalla de bronce del Mundial, que se ha jugado en Polonia y Suecia, aún colgada del cuello. Recuerda perfectamente que esta ‘Década Gloriosa’ comenzó con un tropezón notable. “Si miro atrás veo a aquel equipo de 2009 que empezó con un batacazo importante en el que no cumplimos las expectativas, pero aprendimos de aquello. La forma en que hemos digerido las experiencias negativas han sido muy importantes para forjar el carácter de estos Hispanos”. El catalán afirma “haber disfrutado de este Mundial, aunque ha sido complicado. Si te fijas, la tónica general en los partidos importantes ha sido ir contracorriente y tener que remontar. Pero el equipo ha demostrado que mantiene ese espíritu indomable con el paso de los años”.

Punto de inflexión

Cañellas señala un punto de inflexión: “Lo de Noruega fue increíble. Ese día en el pabellón nadie creía que pudiéramos hacer lo que hicimos. Probablemente ni nosotros, pero teníamos la obligación de seguir luchando y apurar las posibilidades. Una vez empatamos nos dijimos: 'Después de salvar este match-ball hay que aprovecharlo”.

Después llegó Dinamarca y en la lucha por el bronce tocó subir otro ochomil ante Suecia en Estocolmo. “Dinamarca fue un partido difícil porque son un gran equipo y nos pesaron los 80 minutos de Noruega, aunque no lo digo como excusa. Tampoco fue nada fácil el partido del bronce. En la primera parte los suecos eran aviones, no nos daba tiempo a replegar cuando sacaban. Se notaba que nosotros tuvimos que coger un avión de Polonia a Estocolmo. Pero luego en la segunda mitad supimos dar la cara y fuimos fieles a nuestro juego”.

En los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 (disputados en 2021) se produjo el primer paso del relevo generacional, ya que tras esa cita se retiraron referentes como Raúl Entrerríos, Julen Aginagalde, Viran Morros o Dani Sarmiento. Cañellas se perdió por una inoportuna lesión la cita olímpica, en la que España se colgó la medalla de bronce. Y después él y Gedeón Guardiola se animaron a seguir, con la complicidad del seleccionador Jordi Ribera. “Perderme los Juegos me cambió la forma de ver las cosas. Ahora me planteo que cada competición puede ser la última. Las saboreó más. Lo hablé con mi mujer y nos tomamos las cosas de otra forma. Fui al Europeo y disfruté jugando. Y ahora en el Mundial he vuelto a pasarlo bien. Cuando tienes 20 años conviertes las llamadas a la selección en una rutina y no valoras tanto las cosas. Ahora lo disfruto más”. El central echa la mirada atrás en esta década y afirma que “el equipo de 2011 y el de ahora se parecen mucho en mentalidad y ambiente. Los Hispanos de ahora no son muy diferentes a los de hace diez años. Hay gente diferente, pero hay calidad y se compite hasta el final. La fuerza del grupo ha sido clave para ganar todas esas medallas”.

Joan es uno de los internacionales de la diáspora, uno de esos jugadores que se han tenido que marchar fuera de la liga ASOBAL para seguir su carrera. De esta selección que ha sido bronce en Estocolmo solo Gonzalo Pérez de Vargas y Pol Varela juegan en España. Cañellas es jugador del Kadetten Schaffhausen suizo, donde lleva dos temporadas. Antes pasó por Alemania (HSV Hamburgo y THW Kiel ), Macedonia del Norte (RK Vardar) y Hungría (SC Pick Szeged). Hace nueve años que se marchó, después de vestir las camisetas del Atlético de Madrid, Ciudad Real, Barcelona y Granollers.

Un contratiempo logístico que, sin embargo, los Hispanos han convertido en un beneficio. “Jugar tanta gente fuera hace que las concentraciones de la selección sean un aliciente para todos. Porque cuando juegas en el club, lo haces de una forma diferente, con otros sistemas y jugadores que lo hacen de otra manera. Y cuando vienes a la selección sabes que vas a jugar un tipo de juego en el que todos participamos y llevamos años practicando. Tenemos chats en los que hablamos, pero lo que te pide el cuerpo es convivir con los compañeros y disfrutar de esta selección”.

Cañellas, con contrato con el Kadetten hasta 2024, confiesa que “ahora estoy muy cómodo en Suiza con mi familia. Evidentemente a todos nos apetece volver a España a jugar y esperamos que estos éxitos de la selección ayuden a la ASOBAL a ser lo que fue”. Y cuestionado por la eterna pregunta de si hay Cañellas para rato, el gigante de Palautordera responde con una media sonrisa: “Mientras Jordi quiera y yo pueda…”.