LALIGA | OSASUNA 0 - 1 ATLÉTICO

Saúl domestica el miedo del Atlético

Los rojiblancos se reponen de la Copa con una victoria ante Osasuna que De Paul construyó a través de una magistral asistencia que definió a la perfección el ilicitano

Volvió a anotar un gol como rojiblanco dos años después: lo hizo ante un equipo 'rojillo' que apretó hasta el final y que tuvo en Abde su mejor argumento ofensivo

Denís Iglesias

Denís Iglesias

El Atlético se ha convertido en una república enfrentada con el mundo. Un estado que ha perdido la referencia europea y hasta nacional, teniendo que conformarse con luchar por la normalidad de estar entre los cuatro primeros. Mientras, lanza mensajes indirectos y directos al colectivo arbitral. Se desvive en explicar las injerencias 'extranjeras'.

En esa autarquía van a ser fundamentales los golpes sobre la mesa como el que dio Saúl para domesticar el miedo y conseguir tres puntos en el Sadar tras aprovechar una delicia de Rodrigo De Paul. Ese jugador que agita la varita con la misma facilidad que pierde balones sencillos. No esta tarde, donde fue el mejor. Pero lo que importa, ahora más que nunca, es el resultado. Precisamente, en este mismo feudo encontró el curso pasado el Atlético un necesario punto de inflexión.

OCASIÓN DE GIMÉNEZ

Se enfrentaban en el Sadar dos estados de ánimo. El de un Osasuna pletórico, revelación y semifinalista de Copa, algo que no ha podido alcanzar un Atlético que no quiere convertir la bala de liga en un túnel sin fondo. Simeone necesitará alternar para mantener el estado de ánimo, pero en Navarra, de inicio, cerró filas, como lleva haciendo el club desde su eliminación en el derbi. Apenas dos modificaciones: el canterano Barrios, en lugar de Morata, y Giménez por el lesionado Savic.

El Atlético se esmeró en buscar los espacios entre los pegajosos centrales de Osasuna, equipo de pulso constante que se altera con la taquicardia que genera Abde. El héroe de la Copa agitó el encuentro desde su banda con un eslalon que desnudó a la zaga rojiblanca. Durante un cuarto de hora, el extremo hizo la guerra por su cuenta, procurando una fallida sociedad con el 'Chimy' Ávila. Los visitantes rumiaban con un balón que intentaban poner en el radar de Griezmann o Correa.

La ocasión más clara de los 'colchoneros' en el primer tiempo estuvo en la cabeza de Giménez, quien antes de la media hora conectó un balón a la salida de córner que se fue alto. Era el único modo de romper la estructura de uno de los equipos más organizados de LaLiga, que ha hecho del orden una virtud. El Atlético gozó de una oportunidad al borde del descanso, anulada por falta de Griezmann en el salto. El encuentro se movía en el terreno de la inquietud y del miedo al error.

SAÚL, DOS AÑOS DESPUÉS

El descanso renovó el ímpetu del Atlético, que aceleró la presión para incomodar la salida de Osasuna. El cambio de actitud surtió efecto, no así en la finalización. A los rojiblancos les falta confianza. A veces, solo Griezmann interioriza el riesgo y se atreve a pensar en el arco rival como un objetivo asumible. Un disparo cruzado, una volea, un movimiento que perfila una contra... El bombeo hacia el corazón de una escuadra a la que le cuesta mantener la presión.

Por eso es tan importante que Oblak bloquee las vías por las que llega el miedo. El esloveno hizo cuatro paradas de mérito. Antes de ser sustituido, el 'Chimy' Ávila retrató el marcaje visitante con un alzado de nivel. El Sadar es un feudo que con el paso de los minutos se echa encima de los suyos, asegurándoles un punto de valentía. Por eso se ha adaptado de modo natural un Abde reactivo que generó hasta perder el aliento.

El Atlético desatascó el duelo a su favor con una jugada de equipo grande. Golpe de autoridad de los que avivan el recuerdo y dan ejemplo. De Paul desplegó su versión de campeón del mundo con un balón largo que Saúl paladeó, orientó con el pecho y definió a la perfección ante Aitor Fernández. Dos años después volvía a anotar como rojiblanco (el anterior fue el 31 de enero de 2021 ante el Cádiz) un jugador que en su día lucía en lo más alto del escudo. "No he pensado mucho, así que le ha dado a romper", reconoció tras el encuentro, admitiendo haberse quitado un peso de encima.

Ese tipo de futbolista imprescindible para el conjunto de Simeone, que debe luchar contra el tedio de ser el mejor de los 'otros', la categoría que le resta a los conjuntos que no forman parte del duopolio que han reforzado el Real Madrid y el Barça. Ahí está también Osasuna, quien hasta el final del duelo mantuvo en tensión al Atlético, que tiene como uno de sus peores enemigos la debilidad. Por el momento, los 'colchoneros' superan la primera fase de un tratamiento puesto a prueba en uno de los campos más complicados.