COPA DEL REY

Vinicius pone el broche al triunfo del Real Madrid tras ser objeto del odio de los radicales

Un puente de Madrid amaneció ayer con un muñeco del brasileño colgado, junto a una pancarta con un lema tradicional del Frente Atlético

Ancelotti: "Vinicius ha hecho lo de siempre, se ha enfocado en el partido; lo que pasado es muy lamentable"

Vinicius conduce el balón en una jugada del Real Madrid - Atlético de los cuartos de Copa del Rey.

Vinicius conduce el balón en una jugada del Real Madrid - Atlético de los cuartos de Copa del Rey. / Rodrigo Jiménez / EFE

El primer derbi entre Real Madrid y Atlético de esta temporada se celebró en septiembre en el Metropolitano. Rodrygo adelantó al Madrid, una distancia que aumentó Valverde antes del final de la primera parte y que solo pudo recortar Hermoso cuando el partido apuraba su final. Pero el protagonista de ese duelo fue Vinicius. El brasileño recibió cánticos racistas de aficionados atléticos ("Eres un mono, Vinicius eres un mono") desde antes de entrar al campo y lanzamiento de objetos cuando bailó al celebrar el primer gol de su compatriota en el estadio rojiblanco. 

Los cuartos de final de la Copa del Rey comenzaron por el mismo camino. A primera hora hora de la mañana, un puente de la capital cercano a la Ciudad Deportiva del Real Madrid amanecía con una pancarta en la que se podía leer "Madrid odia al Real", un lema tradicional del Frente Atlético. Pero eso no era lo grave. A su lado, estaba colgado un muñeco con la camiseta del futbolista brasileño. La acción fue condenada por el Atlético, la Liga, la RFEF, el sindicato de jugadores AFE y hasta la Federación brasileña, que habló de "los actos racistas sufridos una vez más por Vinicius".

Así que cuando las gradas del Santiago Bernabéu comenzaron a llenarse, todos los ojos estaban puestos ya en el brasileño. Con normalidad en la salida de los vestuarios, bromas en el calentamiento con sus compañeros y gritos de "Vini, Vini" recorriendo el estadio antes de comenzar el partido, Vinicius saltó al terreno de juego apuntado por todos los focos. 

El brasileño tuvo la primera ocasión del partido, una pared con Benzema, que le deja solo frente a Oblak, pero se le fue el control. Sus carreras por la banda buscando la brecha en la defensa y sus regates se encontraron siempre con un jugador rojiblanco. Con el Atlético por delante en el marcador y ya en el inicio de la segunda parte, un centro le pasa por delante, pero no consiguió rematar. En el minuto 57, un rechace de Oblak tras un tiro de Benzema desde fuera del área le cae a sus pies, pero intenta controlar y Savic llega a tiempo para lanzar el balón a córner. Vinicius comenzó a recordar a ese jugador que, en sus comienzos en el primer equipo, se acercaba y acercaba a puerta pero no conseguía encontrarla.

Rodrygo salió del banquillo para conseguir lo que él no estaba siendo capaz de lograr. Llegó la prórroga y en ella Benzema desató el delirio en el Bernabéu. Para Vinicius, tras un día tan duro, quedó un broche final, una especie de revancha futbolística. Suyo fue el tercer gol, ya con el partido agonizante, para la celebración del Bernabéu. El brasileño comenzó el día amenazado y lo terminó bailando.

"Vinicius ha hecho lo de siempre, se ha enfocado en el partido, con ganas de jugar y ayudar al equipo, que es lo que ha hecho. Lo que ha pasado es muy lamentable", dijo de él Ancelotti, siempre protector, más en un día como ayer, tan feliz para el madridismo, tan vergonzoso para la lucha contra el odio y la violencia en el fútbol.