ANUARIO DEL DEPORTE (SEPTIEMBRE)

La epopeya de la selección de baloncesto y la precoz llegada a la cima de Carlos Alcaraz

La impronosticable victoria de la España de los actores secundarios en el Eurobasket y la conquista del US Open por parte del murciano, que le sirvió para ser el número uno más joven de la historia del tenis, convirtieron el mes de septiembre en el mejor del año para el deporte español

La selección española de baloncesto celebra su victoria en el Eurobasket.

La selección española de baloncesto celebra su victoria en el Eurobasket. / EFE

Daniel Gómez Alonso

Daniel Gómez Alonso

El pasado 1 de septiembre, ni el más optimista de los optimistas podía llegar a aventurar lo que estaba a punto de suceder con la selección española de baloncesto. Entonces, el equipo de Sergio Scariolo, al que la FIBA colocaba octavo en su listado de candidatos, llegó a un Eurobasket lleno de estrellas con su convocatoria más ‘humana’ y fuera del grupo de favoritos, en el que la Eslovenia de Luka Doncic o la Grecia de Giannis Antetokuompo acaparaban todos los focos.

Por primera vez en 16 años, el apellido Gasol no figuraba entre los citados y con Ricky Rubio, MVP del Mundial de 2019, lesionado, apenas el capitán Rudy Fernández representaba a la generación dorada tras la baja de última hora de Sergio Llull. Los hermanos Hernangómez aparecieron como presumibles líderes de una selección que se presentó en el Europeo con siete debutantes en una gran cita y con la polémica incorporación del nacionalizado Lorenzo Brown como gran novedad.

Un equipo sin aparentes grandes pretensiones, con mayoría de presumibles actores secundarios, al que apenas se le pedía que hiciera un papel digno en una etapa de transición y que vio como las dudas se acrecentaban tras un dubitativo arranque, perdiendo el tercer partido del grupo ante Bélgica, algo por otro lado habitual en los equipos de Scariolo. Pero a partir del choque ante Montenegro, donde España se jugaba sus opciones de clasificación y arrolló a la selección balcánica, todo cambió, y esa esperable transición se aceleró.

Ese día se inició una racha en la que, una tras otra, fueron cayendo todas y cada una de las selecciones que se pusieron en el camino de España. Turquía, Lituania, Finlandia, Alemania no pudieron hacer frente a La Familia, que se plantó en la final ante Francia como la teórica cenicienta. Pero, tras una nueva exhibición coral de los chicos de Scariolo, en la que se impusieron por 88-76 a los galos, a la FIBA no le quedó más remedió que rendirse ante España: “El baloncesto es simple. 10 jugadores persiguen un balón durante 40 minutos y al final siempre gana España”.

Desde el Mundial de 2006, España suma seis oros, tres platas y tres bronces en 16 años. Y aún así, pocas pueden tener tanto valor como esta última medalla, que refrendó el espectacular año del baloncesto español, metiendo a sus equipos femeninos y masculinos en nueve finales de nueve posibles: Europeos sub-16, sub-18 y sub-20 y Mundial sub-17

"Este oro tiene un sabor especial y diferente", reconoció tras la victoria Scariolo. El sabor de una exhibición coral que convirtió a lo que a priori era un grupo de actores secundarios en los protagonistas del triunfo más inesperado y también, quizás, el más bonito y conmovedor del baloncesto español.

La precoz coronación de Alcaraz

EFE/EPA/RAY ACEVEDO

EFE/EPA/RAY ACEVEDO / EFE

Apenas unos días antes, Carlos Alcaraz había confirmado en Nueva York lo que ya llevaba un tiempo intuyéndose: España había encontrado el ansiado relevo de Rafa Nadal. Con solo 19 años y cuatro meses, el tenista murciano conquistó el US Open, su primer Grand Slam, y se convirtió en el número uno más joven de la historia.

Una victoria especial en el torneo que, un año antes, le había visto presentarse en sociedad alcanzando los cuartos, donde se retiró por los problemas físicos derivados de la dureza de los partidos de un Grand Slam. En 2022, y transformado físicamente, lo ganó siendo el jugador que más tiempo ha estado en pista en un 'major' (23 horas y 39 minutos). Especialmente recordado será el partido de cuartos ante el italiano Jannik Sinner, para muchos el mejor de la historia del torneo.

Con el triunfo en Flushing Meadows, Alcaraz puso el broche de oro a un año, el de su consagración, que le llevó a ser el tenista con más torneos ganados en el curso (cinco), entre los cuáles destacaban también los Masters 1000 de Miami y Madrid. “Creo que está al 60% de su juego, puede mejorar muchas cosas”, incidía Juan Carlos Ferrero, su técnico. “Tiene el potencial para ser uno de los mejores de la historia, y tiene que seguir ganando, lo sabemos y se lo recordaré”.

Algo que, sin embargo, no parece que vaya a necesitar Alcaraz, consciente de que su tenis le puede llevar al siguiente nivel: “Admiro al ‘Big Three’ y voy a seguir trabajando para intentar parecerme a ellos”, avisó tras ganar a Casper Ruud en la final en Nueva York. Desde luego, tiempo tiene para ello.