Motín en el fútbol femenino aún sin resolver

El descontento flotaba en el ambiente. En la Eurocopa, en la que España cayó en cuartos ante Inglaterra, habías cosas que chirriaban. Pero el divorcio no se escenificó hasta el 29 de agosto, la primera convocatoria del seleccionador Jorge Vilda tras el fiasco. Ese reencuentro fue el principio del fin en una selección femenina que era un rival temido por todos con jugadoras como la Balón de Oro Alexia Putellas, la goleadora Jenni Hermoso o la capitana Irene Paredes. 

Vilda: “Creo en el diálogo, es lo que une a las personas y resuelve los problemas”

Ultimátum: o Vilda o ellas

Ese lunes las capitanas, Paredes, Guijarro y Hermoso, se reunieron con Vilda y le mostraron su descontento. Las internacionales le informaron que creían que no era la persona idónea para liderar al grupo. Las futbolistas, especialmente las del Barcelona, no comulgaban con su forma de trabajar ni con el tipo de entrenamientos.

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El martes Villa habló personalmente con cada una y quedó de manifiesto la discrepancia entre azulgranas y madridistas. El malestar se visibilizar especialmente en el homenaje que las internacionales hicieron a la selección sub-20, que se proclamó el 28 campeona del mundo en Costa Rica al derrotar a Japón en la final (3-1). Las caras de las capitanas, que participaron en el pasillo a las campeonas junto a Vilda, eran elocuentes. 

El caso llegó rápidamente a oídos del presidente, Luis Rubiales, que se posicionó a favor de Vilda, al que renovó su contrato hasta 2024 durante la pasada Eurocopa. "Esta Federación ha apostado por el femenino. Recuerdo una llamada de Vilda en plena pandemia para seguir invirtiendo en esta parcela. Y se hizo. Se tiene a los mejores entrenadores, los resultados llegan. Estoy seguro que también llegará en la absoluta", advirtió el dirigente. 

Vilda convocó una rueda de prensa y advirtió que las jugadoras no le daban razones concretas para explicar su posicionamiento, dejando la pelota en el tejado de las futbolistas, cuya estrategia de comunicación las dejó a pies de los caballos. Las capitanas, que pusieron la cara al pedir la renuncia al seleccionador, comparecieron en una rueda de prensa muy tensa en la faltaron a la verdad. "Estamos aquí porque queríamos dar nuestra versión, nadie nos ha obligado. Quiero aclarar que en ningún momento hemos pedido la destitución de Jorge", advirtió Paredes. No era cierto, habían pedido su cabeza. La capitana después de aquella intervención no volvió a sumarse al motín al sentirse dolida y señalada como la cabecilla. Paredes ni siquiera apareció entre las 15 que renunciaron a ser convocadas en la siguiente lista de Vilda. 

Eso ocurrió el 22 de septiembre cuando Moraza, Patri Guijarro, Lucía García, Ouahabi, Mapi León, Pina, Aleixandri, Ona Batlle, Pereira, Bonmatí, Sandra Paños, Sarriegi, Lola Gallardo, Eizaguirre y Caldentey enviaron un correo a la Federación renunciando a la convocatoria de Vilda. Entre las 15 no aparecían Putellas, Paredes ni Hermoso. Advertían que "los últimos acontecimientos acaecidos en la selección española y la situación generada, están afectando de forma importante a mi estado emocional y por lo tanto a mi salud. (...) Actualmente no me veo en condiciones de ser jugadora seleccionable y por ello solicito no ser convocada hasta que la situación no se revierta".

La RFEF contragolpeó con un duro comunicado en el que se podía leer que "no vamos a permitir que las jugadoras cuestionen la continuidad del seleccionador nacional y de su cuerpo técnico, pues tomar esas decisiones no entra dentro de sus competencias». 

Ante esta situación, Vilda optó por hacer una nueva lista sin las ‘amotinadas’ y ahora son mayoría las jugadoras del Real Madrid, que siempre se han mantenido al margen del pulso. La selección sigue su camino hacia el Mundial de Australia y Nueva Zelanda 2023 sin las 15 y con un grupo que se apoya en las campeonas sub-20. El pulso sigue abierto, aunque hay conversaciones abiertas, a meses de una Copa del Mundo en la que España podría acudir sin Putellas, Bonmatí o Hermoso. Pero suena raro que a Luis Enrique le costase el cargo una decisión basada en la meritocracia, pese a llegar a la final de la Nations League y las semifinales de la Eurocopa, y a Vilda, que nunca pasó una eliminatoria, no se le cuestione la permanencia.