PERIODISMO DEPORTIVO

Las narradoras de los goles de Qatar y LaLiga: "No voy a imitar la voz de un hombre para evitar que me critiquen"

Alicia Arévalo, Alba Oliveros, Andrea Segura, Antía André y quien abrió la puerta a todas las demás para contar lo que ocurre en un campo de fútbol, Danae Boronat, han recibido reproches por su doble condición de mujer y periodista deportiva

"Me dieron ese primer partido porque yo la reclamé. Si nos quedamos sentadas esperando a que vengan las oportunidades, no va a suceder, porque los jefes y los medios no quieren riesgos", expresa Boronat

De izquierda a derecha, Danae Boronat, Antía André, Alba Oliveros, Andrea Segura y Alicia Arévalo.

De izquierda a derecha, Danae Boronat, Antía André, Alba Oliveros, Andrea Segura y Alicia Arévalo. / EPE

Ana Ayuso

Ana Ayuso

Algunas de ellas soñaban con convertirse en periodistas deportivas, con cantar los goles de los equipos que en 10 o 15 años, cuando creciesen, compitiesen por los principales trofeos. Otras se veían en un futuro jugando a fútbol, aunque no como su único empleo, porque ya se conoce lo que ha costado profesionalizar la escala femenina de este deporte. Incluso una de ellas se proyectaba como informadora de conflictos internacionales y se fijaba en las crónicas de Henrique Cymerman desde Oriente Medio.

La primera mujer en relatar un partido de fútbol femenino, el Atlético de Madrid-Sevilla de la temporada 2018-2019, ni siquiera se planteó de pequeña que un día llegase a ser narradora, a pesar de haber vivido este deporte desde pequeña. "Cuando no tienes referentes, no sueñas con eso. Es lo mismo que les pasaba a las futbolistas", responde Danae Boronat, periodista y autora de No las llames chicas, llámalas futbolistas (Timun Mas). Nadie lo había hecho antes, no existían las narradoras de fútbol hasta que ella se puso al frente de los micrófonos.

Era muy necesario derribar esa barrera. El único mérito que yo tengo es que no tuve miedo de hacerlo"

— Danae Boronat, primera narradora de fútbol masculino

Supo que iba a enfrentarse a ese penúltimo encuentro de liga tan sólo cuatro días antes de que los jugadores de ambos equipos saltasen al campo. "Se jugaba en horario unificado y [LaLigaTv] necesitaba a 10 narradores. Me eligieron por una necesidad práctica y yo dije que sí, evidentemente", recuerda esta informadora, que ahora trabaja en Esport3, TV3 y Catalunya Radio. En un primer momento, pensó que sus jefes le estaban ofreciendo narrar un partido femenino, pero no fue así. Ella llevaba tiempo preparándose, unos cinco meses, desde que en Año Nuevo se propuso cumplir el propósito de poner voz a un choque en el verde. Había pedido consejos a sus compañeros, ensayó e incluso hizo una prueba -que no suelen hacer sus colegas hombres-, de la que no recibió ningún feedback desde arriba.

Ese año se celebraba un Mundial en Francia y se negó a dar por hecho que ese evento femenino también lo fuesen a contar hombres. "Si ese mundial hubiera sido masculino, no me lo habría planteado, porque sé que no me habrían dado la oportunidad", reconoce Boronat. "Era muy necesario derribar esa barrera. El único mérito que yo tengo es que no tuve miedo de hacerlo", reflexiona. Esta periodista ha servido de ejemplo para las mujeres, todavía pocas, que han viajado a Qatar. Alicia Arévalo y Alba Oliveros se han puesto a los mandos este invierno de partidos que están emitiendo La 1, de TVE, y Gol Mundial, de Movistar+.

"Ahora, la puerta ya está abierta a más mujeres. Es hora de seguir creciendo", escribía Arévalo en un tuit tras el Croacia-Bélgica de la fase de grupos que contó para RTVE. Se enteró de que la posibilidad de narrar ese partido estaba sobre la mesa un mes antes del choque, porque coincidía en horario con un encuentro de España y Juan Carlos Rivero, que es "el narrador por excelencia de la casa a nivel de selecciones", no podía cubrir los dos partidos, explica.

"Me sentí supercómoda con Chapi Ferrer y con Marchena. Me respaldaron bastante, sobre todo en la primera parte, que a mí, siendo tan joven -tiene 24 años- y con la experiencia que tengo, me ayudó mucho que me echaran un cable, que hablaran, que me preguntaran, que me recogieran comentarios que yo había hecho. Contribuyeron a que la narración fuera bastante dinámica", relata esta periodista, que ya participó en marzo en el primer partido narrado y comentado sólo por mujeres, el UDG Tenerife-Sevilla femenino de Primera División.

Alba Oliveros comenzó a narrar partidos esta temporada y ha unido las competiciones anuales con el Mundial de Qatar. "He vivido partidos muy especiales", dice, pero destaca entre todos un Granada-Alavés que tuvo una primera parte "loquísima", de la que disfrutó mucho. El "sumun" de su carrera, agrega, sería narrar la final del Mundial. Aún tendrá que esperar, pero el camino se allana gracias a ella y al trabajo del resto de narradoras. "Me ha costado mucho ser consciente de la repercusión que ha tenido que yo narre partidos", asegura.

"Pero, ¿tú sabes de fútbol?"

Estas periodistas, a pesar de haberse instalado en el primer nivel de la profesión, han recibido a lo largo de sus carreras comentarios basados en los estereotipos de género. Cuando dicen a qué se dedican, fuera y dentro de su entorno laboral, suelen recibir la misma pregunta: "Pero, ¿tú sabes de fútbol?". "A mí muchas veces me han preguntado de primeras si conocía el nombre de los dos centrales de algún equipo, y claramente, si eres un hombre, eso no te lo preguntan. Como mucho, les piden entradas para partidos", asegura Antía André, que trabaja en RNE y que durante este Mundial ha publicado Diario de una mujer periodista en Qatar.

En los campos de fútbol, la dinámica no cambia. A Antía André le preguntan dónde está su narrador y, en una ocasión en la que le acompañaba un becario de la cadena pública, un compañero de otra radio les consultó una duda. "Yo le contesté, pero, hasta que no respondió el becario, no nos hizo ningún caso", afirma. Por su parte, Boronat ha vivido comentarios machistas en los estadios proferidos por otros profesionales y también por efectivos de los equipos, como el entrenador Javier Clemente. "Le pregunté por unas jugadas polémicas y él dijo: 'Es guapa, pero está de broma'". ¿Le reprocharon el resto de periodistas su actitud? No, se limitaron a reírse. "Quiero pensar que ahora la gente no se reiría, pero tengo dudas", añade. Esos micromachismos -y macromachismos- los sufren "todos los días", declara la periodista catalana.

Para conseguir narrar, primero hay que llamar a la puerta. "Me dieron la oportunidad porque yo la reclamé. Siempre digo que, si nos quedamos sentadas esperando a que vengan las oportunidades, no va a suceder, porque los jefes y los medios no quieren riesgos", sostiene Danae Boronat. Sin embargo, una vez alcanzado el objetivo, el camino tampoco será fácil. André, que ya estuvo en otro Mundial, el de Rusia 2018, en el que ejerció de team reporter de la Selección Española para la FIFA, refleja que las periodistas deportivas "tenemos que demostrar el doble o el triple" para avanzar en la profesión.

"Las mujeres tenemos menos margen de error que los hombres. Cualquier detalle que se nos escape, cualquier error que cometamos, va a ser castigado el doble por el simple hecho de venir de una mujer", considera Alicia Arévalo, que confía en que, con el tiempo, "se verán menos estas cosas y se normalizará que una mujer esté al cargo de las retransmisiones deportivas".

Críticas machistas

"Nunca había recibido hate hasta que empecé a narrar", recuerda Alba Oliveros. Como ocurre en otros ámbitos, como en la política o en la empresa, los reproches y el odio contra las mujeres, especialmente en redes, vienen implícitos en la profesión. Pero, en este caso, se agrava por el hecho de tratarse de un oficio que aún está muy masculinizado y que arrastra estereotipos del fútbol que aún no se han derribado. Alicia Arévalo va un paso más allá en ese análisis y explica que existen cuatro tipos de críticas. "Primero, las que tienen un mensaje positivo. Segundo, las buenas con crítica constructiva, mensajes de ánimo con algún consejo, que te ayudan a mejorar. Tercero, la absolutamente destructiva, un 'ojalá no narres nunca más'. Y cuarto, las machistas y sexistas que ha habido toda la vida, de por qué una mujer tiene que narrar un partido cuando el fútbol es un deporte de hombres. Hay mucha gente que sigue pensando así, y es una lástima porque el deporte no tiene género", enumera. 

También las "menosprecian", apostilla Boronat, porque quienes emiten esos dos últimos tipos de apreciaciones "dan por hecho que no has jugado a fútbol, como si haber jugado te otorgara automáticamente más capacidad o más conocimientos". Muchas de ellas han jugado, a distintos niveles, como ocurre en la misma medida con los hombres. Andrea Segura, narradora de DAZN y redactora del programa Jugones (LaSexta), llegó a Segunda División, pero tuvo que dejar el deporte por una lesión en el pie. "Poca gente sabe que soy futbolista. Es algo que no utilizo para justificarme, aunque no lo escondo cuando se me pregunta por ello. He jugado desde los seis años y yo no tengo que demostrar, aunque sí se me pide, que soy exfutbolista además de periodista deportiva. Creo que tengo razones para que no me cuestionen solo por el hecho de ser mujer", alega. 

Si buscase una entonación que se asemejase a la de mis compañeros, estaría cometiendo el error de no admitir que mi voz, que mi tono y que una mujer son igual de válidos para narrar partidos"

— Andrea Segura, periodista de DAZN y LaSexta

Danae Boronat sabía antes de narrar su histórico partido que iban a criticarle, pero le dio igual. "No iba a dejar de hacer eso, que para mí era un reto para el que me había preparado, por el qué dirán. Eso sirvió para que otras compañeras se animasen a hacerlo", razona. Al principio, dice, la crítica afecta mucho, pero se fue habituando, a pesar de que se niega a acostumbrarse a esos juicios. "Es un error dar por hecho que, hagas lo que hagas, te van a criticar sin argumentos. Yo lo que intento es seguir denunciándolo, no es aceptable. Hay que sonrojar a esa gente publicando sus tuits y explicando el bullying al que nos someten constantemente", reflexiona, dado que, "si nadie les afea esta conducta, seguirán teniendo impunidad".

No obstante, según considera Andrea Segura, han llegado más mensajes positivos que negativos, entiende que "ya por el hecho de ser mujer estás expuesta a las críticas, porque no están acostumbrados a escuchar a una voz femenina que narre un gol o un partido de fútbol". Ella siempre va a sonar como una mujer "porque soy una mujer". "No quiero imitar la voz de un hombre ni sonar más grave para que no me critiquen por ser mujer. El objetivo es que haya diversidad de voces, gente que suene más agudo o menos, pero mi objetivo no es sonar como un hombre, sino como Andrea Segura", explica. Si buscase una entonación que se asemejase a la de sus compañeros, "estaría cometiendo el error de no admitir que mi voz, que mi tono y que una mujer son igual de válidos para narrar partidos", sentencia. 

Pioneras y referentes

En las conversaciones con las periodistas, cada una de ellas menciona a las otras cuando se les pregunta en quién se fijan. Estas informadoras servirán de referentes para otras mujeres, como otras pioneras les inspiraron antes a ellas. "Yo no estaría aquí si no hubiese mujeres antes que hubieran abierto las puertas y hayan roto esos techos antes", agradece Antía André.

Todas ven cómo cada vez llegan más compañeras a sus redacciones y algunas se apoderan del micrófono. Pero el futuro es incierto. "Si en 10 años hubiera un 20% de narradoras, sería un gran avance, pero tengo muchas dudas de que eso suceda. Probablemente, se limitará a que haya alguna para cubrir la cuota y que nadie se pueda quejar", apostilla Danae Boronat.

"El ritmo de evolución será igual que el de la sociedad. De hace un año a ahora, hemos conseguido que Alba Oliveros esté al cargo de partidos de LaLiga, que Andrea Segura empezara a narrar partidos de la Champions Femenina, que yo esté a cargo de la Copa de la Reina y Copa del Rey. En pocos años, ya somos tres o cuatro las narradoras que estamos a cargo de retransmisiones deportivas de fútbol. No me quiero ni imaginar cuántas habrá de aquí a 10 años. Va a haber una equivalencia de mujeres y hombres", observa Alicia Arévalo.