BALONCESTO

No es país para bajitos: Facundo Campazzo busca destino

Dallas Mavericks no cuenta con el base argentino, el único jugador de la NBA esta temporada que medía menos de 1,80. Ahora deberá buscar equipo en Europa.

Facundo Campazzo, en un partido con los Dallas Mavericks.

Facundo Campazzo, en un partido con los Dallas Mavericks. / REUTERS

Juanjo Talavante

Juanjo Talavante

No es país para viejos, eso quedó claro en la película de los hermanos Coen, estadounidenses, en la que Javier Bardem puso el alma en un papel que le hizo merecedor de un Óscar. El título del filme lo tomaron prestado de un verso del poeta irlandés William Butler Yeats, en el que este se lamentaba de la desconsideración y menosprecio que mostraban los jóvenes a principios del siglo XX por la sabiduría de los ancianos, de los mayores, de esos que ya han acumulado experiencia, cicatrices, golpes, noes y sinsabores. 

El de los Coen tampoco es un país para bajitos. Lo sabe bien Facundo Campazzo, el jugador de baloncesto argentino que no llega a metro ochenta de estatura, lo que no le impide machacar el aro merced a un salto poderoso. El ‘Facu’ posee un físico prodigioso, es veloz, un pasador sobresaliente. También un avezado defensor, y su capacidad para interpretar el juego y marcar el ritmo está fuera de toda duda…en Europa.

En este al que llaman Viejo Continente, Campazzo se convirtió en uno de los mejores jugadores de la Euroliga, la competición que disputan los mejores equipos europeos. Su rendimiento con el Real Madrid resultaba espectacular, los títulos caían uno tras otro. Pero el argentino quería, soñaba con volver a saltar el charco, esta vez en sentido opuesto, y jugar en la que llaman ‘la mejor liga del mundo’, la NBA. 

UN SUEÑO DE LOS CAROS

Allí habían recalado antes otros argentinos, algún incluso triunfado, como Manu Ginobili; otros, destacando, como Luis Scola. También Oberto, Hermann, Brussino y Nocioni, entre otros. Así que en 2020, el ‘Facu’ se empeñó, literalmente, en y para ir a la NBA, porque al romper su contrato con el Real Madrid, el argentino debía asumir el pago de la cláusula de rescisión, nada menos que seis millones de euros. El sueño del base sudamericano era de los caros, de los que cuestan esfuerzo en todos los sentidos. Pero, ¿por qué ponerle precio a un sueño? 

Campazzo puso rumbo a los Denver Nuggets, donde jugó dos temporadas, tras las cuales no renovó y fichó por los Dallas Mavericks, el equipo donde juega el también exmadridista Luka Doncic. Pero el base argentino apenas ha dispuesto de tiempo para demostrar nada en el equipo de Texas. Solo le han dado 41 días.

Tras disputar pocos minutos en ocho encuentros, la franquicia ha cortado al argentino, que ahora mismo se plantea su futuro de vuelta a Europa. Fortalecería la plantilla del Real Madrid, formando una dupla de ensueño con el Chacho Rodríguez, pero su llegada tendría implicaciones salariales y habría que dar salida a William-Goss, recientemente recuperado de una larga lesión, o más probablemente al joven Carlos Alocén, que también lleva mucho tiempo en el dique seco. 

ARMANI MILÁN

Lo cierto es que la dirección de la sección de baloncesto del club blanco no terminó de encajar muy bien la negativa del argentino a una oferta muy alta este pasado verano y eso juega en contra de su retorno. En cualquier caso, el Real Madrid tiene el derecho de tanteo a su favor y la capacidad de igualar la mejor oferta que le llegase en Europa al ‘Facu’. De momento, ha sonado el interés del Armani Milán y tampoco se descarta que los clubes turcos, con un gran poderío económico, puedan entrar en la puja.   

Pero, al margen del equipo en el que acabe Campazzo, hay que preguntarse cómo es posible que uno de los mejores bases del baloncesto europeo, titular indiscutible en uno de los grandes clubes de este continente y de las mejores selecciones del mundo, no tenga un hueco en las enormes plantillas de la liga profesional norteamericana.

Atrás quedaron los tiempos en los que Spud Webb, de apenas 1,68, ganaba el concurso de mates más famoso del planeta. O los de Tyron ‘Muggsy’ Bogues, que jugó en la NBA durante 14 temporadas con su 1,60, demostrando que el tamaño no importaba. El aro sigue a 3.05 metros del suelo, pero parece que en la liga de las estrellas se va alejando cada vez más de los jugadores menos espigados. 

Ahí va un dato: con la salida del ‘Facu’, la NBA se queda sin un solo jugador que mida menos de metro ochenta. Quizá esto merezca una secuela de los hermanos Coen, y Campazzo deba sustituir a Bardem en el papel protagonista; quizá el caso merezca una película que lleve por título No es país para bajitos. Ellos se lo pierden. Gana Europa.