FÚTBOL E IGUALDAD

De apestadas a heroínas, el éxito de la selección de Bangladesh: “No querían que jugásemos con pantalón corto”

El combinado asiático conquistó su primer torneo internacional después de tener que prepararlo en secreto: "A mucha gente en esta sociedad no le gustaba verlas competir"

Sabina Khatun, capitana bangladesí y primera mujer en jugar fuera del país, asegura que han aprendido "a lidiar con las dificultades" y celebra las barreras derribadas

Recibimiento a la selección de fútbol femenino de Bangladesh tras ganar la Copa de Asia del Sur.

Recibimiento a la selección de fútbol femenino de Bangladesh tras ganar la Copa de Asia del Sur. / Efe

Denís Iglesias

Denís Iglesias

Las calles de Daca, capital de Bangladesh, estaban completamente abarrotadas aquella calurosa tarde de septiembre. Miles de banderas al viento en un sinuoso recorrido de más de 15 kilómetros por el que desfilaba el autobús descapotable de la selección de fútbol femenino, que acababa de conseguir su primer título internacional: la Copa de Asia del Sur. Cuatro horas de vítores retransmitidas por las televisiones del país.

La multitud las trataba como heroínas, la misma que les había dado la espalda durante años, considerando indigno que un grupo de chicas se vistieran de corto para cumplir un sueño del que se hacía partícipe toda la nación. Tuvieron que entrenar ocultas, con miedo a la represión del islamismo radical. Ahora abarrotan actos protocolarios donde enfatizan las barreras derribadas.

BARRERAS SOCIALES

Bangladesh ocupa un discretísimo puesto 140 en el ranking FIFA del fútbol femenino. Ya había sido subcampeona del torneo asiático, pero aquella plata fue totalmente ignorada, como la mayoría del recorrido que empezaron casi en solitario, hace 12 años, un grupo de niñas que hoy son mujeres que han encontrado el empoderamiento a través del futbol.

“No necesitamos un desfile de campeones ni comitiva alguna. Queremos ganar el torneo para recompensar a todos los que nos ayudaron a romper las barreras sociales y nos permitieron pisar el verde. Sabemos que este éxito nos puede ayudar a que nazca una nueva Sabina”, aseguraba Sanjida Akhter, mediocampista de la selección de Bangladesh, antes de la final contra Nepal, a la que vencieron en su casa, Katmandú, por 3-1.

En su declaración mencionaba a Sabina Khatun, la capitana y máxima goleadora de la Copa de Asia del Sur en la que India había aplicado su tiranía desde la edición inaugural de 2010. “¡Hicimos historia para el fútbol de Bangladesh! La mayoría de mis compañeras no tenían una formación sólida, pero si una voluntad férrea que desarrollaron desde que empezaron a jugar al fútbol en la escuela primaria”, declara a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA la gran referente de miles de niñas en este país de mayoría musulmana.

“Antes había un montón de obstáculos en el fútbol femenino. La gente no aceptaba que una chica corriese y jugase en un campo vistiendo en pantalón corto. Ahora, todo es más fácil para nosotras. Hemos aprendido a lidiar con estas dificultades y los éxitos nos ayudan”, señala la primera jugadora bangladesí que ha hecho carrera en el extranjero. Milita en un equipo de las Maldivas después de sobresalir en todas las categorías de su país.

VIVIR DEL FÚTBOL

Todo empezó en 2009, cuando tenía 15 años. “Yo era una seguidora acérrima de Marta”, confiesa. La jugadora brasileña, FIFA World Player en seis ocasiones y máxima goleadora histórica de la 'canarinha', fue uno de los primeros iconos mediáticos del fútbol femenino que inspiraron a las actuales referentes. Por aquel entonces, la federación de Bangladesh buscaba por todo el país a jóvenes talentosas para conformar la primera selección. Khatun destacó desde las primeras participaciones, goleando tanto en la liga local como en el combinado nacional.

“Yo vivo del fútbol y creo que en Bangladesh ya se puede considerar una profesión, por lo que nos espera un futuro brillante”, apunta la jugadora, haciendo referencia al principal ‘efecto llamada’ del deporte: ser una opción de futuro. “Vivo cerca de las colinas. He visto de cerca sus luchas y la actitud inquebrantable de la gente rural, pobre, pero trabajadora, como nosotras. Sabemos lo que nos ha costado llegar hasta aquí. Hemos visto cómo nuestros padres vendían sus posesiones, cómo nuestra hermana tenía que dar salida a sus joyas. Todo para hacer posible un futuro con el que ahora podemos devolverles el esfuerzo realizado”, insistía la también internacional Sanjida Akhter.

ENTRENAMIENTOS SECRETOS

De hecho, el triunfo internacional ha supuesto además una compensación económica para las jugadoras de la selección. La primera ministra de Bangladesh, Sheikh Hasina, anunció la entrega de premios en metálico para todas las componentes y ordenó construir casas para las más necesitadas. Por su parte, la Junta de Críquet del país -el deporte con mayor seguimiento- prometió una recompensa de 150.000 dólares a repartir entre las jugadoras, que son ojeadas desde muy jóvenes.

La selección femenina de Bangladés celebran su primer triunfo internacional.

La selección femenina de Bangladés celebran su primer triunfo internacional. / Firoz Ahmed

Este proceso de reclutamiento temprano ha permitido a la Federación de Fútbol de Bangladesh ser un activo contra prácticas como el matrimonio infantil. Al frente de todo este proceso ha estado el seleccionador nacional, Golam Choton “Cuando asumí roles de entrenador en 2009, muchos de mis amigos solían llamarme, y todavía lo hacen, ‘lady coach’ (“entrenadora femenina”). Se burlaban de un trabajo que a mí siempre me ha gustado y del que estoy muy orgulloso”, aseguró después de la conquista de la Copa de Asia del Sur.

Ese esfuerzo y dedicación ha permitido, tal y como recuerda Sabina Khatun, que en los últimos cinco años se hayan sumado 12 equipos a la liga femenina local. Pero el trabajo federativo ha sido largo, intenso y muchas veces clandestino. “Tuvimos que organizar un campo de entrenamiento secreto, ya que a mucha gente en esta sociedad no les gustaba la idea de que las chicas jugaran al fútbol. Tampoco tuvimos ningún patrocinador que nos ayudase”, indicó Qamrunnahar Dana, exsecretaria general de la Federación Deportiva Femenina de Bangladés, en declaraciones recogidas por Efe tras la conquista de un torneo que la selección masculina ganó en 2003.

ROBOS Y OSTRACISMO

Sin embargo, son las mujeres las que han tirado del carro en los últimos tiempos. De hecho, la sub-19 conquistó recientemente en su categoría el mismo torneo que la absoluta. Esto suscitó el interés de Bashundhara Group, uno de los mayores conglomerados industriales de Bangladesh, que prometió una “fuerte inversión para apostar por la paridad en el deporte”. Es uno de los principales mecenas del país y propietario del Bashundhara Kings, el dominador del campeonato masculino en los últimos años con el español Óscar Bruzón en el banquillo.

Incluso durante la celebración, el momento de reconciliación entre las jugadoras y el pueblo, se produjeron hechos que evidencian el camino que resta por hacer, según relata en la crónica del evento The Daily Star, el diario en inglés más seguido de Bangladesh: “Primero tuvieron que ponerse detrás en la rueda de prensa de su bienvenida mientras otros respondían por ellas las preguntas. Después, la jugadora Ritu Porna Chakma recibió tres puntos de sutura tras recibir un golpe con una pancarta en el desfile. Para rematar, a su compañera Shamsun Nahar le robaron lo que llevaba en el bolso. La seguridad falló por completo”.

A pesar de todo, para Maleka Banu, activista por los derechos de las mujeres, ganar la Copa de Asia del Sur es más que un simple título, “es la victoria contra todo tipo de regresión, con la que esperamos que nuestras chicas den un gran paso adelante”. La capitana Sabina Khatun, siempre con una sonrisa de orilla a orilla de su cara, recoge el guante: “¡Cuando regresé a Bangladesh me di cuenta de cuánto amaba el fútbol mi pueblo! Queremos seguir prolongando esta felicidad colectiva en el futuro. Vamos a por más”.