DEPORTE Y POLÍTICA

Giorgia Meloni, la 'traidora' que cambió la Lazio por la Roma para ser presidenta

La líder de Fratelli d'Italia, la más votada en las últimas elecciones, era seguidora 'laziale' en su juventud, preferencia que mudó para hacerse 'tifosa' de su archirrival, la AS Roma

"Es una hincha del Lazio que finge ser romanista para ganar imagen", critican seguidores del equipo blancoceleste, asociado al fascismo, y del que renegó Meloni

Giorgia Meloni, líder de Fratelli y principal candidata a presidir Italia, a su llegada a la Cámara de Diputados.

Giorgia Meloni, líder de Fratelli y principal candidata a presidir Italia, a su llegada a la Cámara de Diputados. / Angelo Carconi / Efe

Denís Iglesias

Denís Iglesias

Giorgia Meloni, líder de Fratelli, el partido más votado en las últimas elecciones de Italia y quien apunta a nueva presidenta del país, parece tener claros sus principios fundamentales: “Soy Giorgia. Soy una mujer. Soy madre. Soy italiana. Soy cristiana”. Líneas esbozadas ya en un mitin en Roma en 2019 por la líder política. Lo que no está tan claro es su afiliación futbolística, una cuestión no menor en un estado en el que llegaron a publicarse encuestas electorales donde el criterio era el equipo de la Serie A del que eran seguidores los seleccionados de la muestra.

Fratelli d’Italia era la opción favorita en el sondeo de Termometro Político entre los seguidores de la Lazio, vinculados tradicionalmente a la ultraderecha, demostrando una concordancia ideológica. Este era el conjunto al que apoyaba una joven Meloni.

La Lega de Salvini aparecía igualmente entre sus preferencias, así como en los del Atalanta, mientras que los 'tiffosi' de la Fiorentina se mostraban mayormente partidarios del centroizquierdista Partido Democrático, que también triunfaba entre la afición de la Roma, el conjunto, archirrival de los laziale, del que dice ser seguidora ahora la líder ultraderechista.

"Soy de la Lazio"

En este estudio, el Movimiento 5 Estrellas sacaba su mejor resultado entre la hinchada del Nápoles. Mientras que entre los partidarios del Milan el favorito era Silvio Berlusconi, expresidente rossonero y actual propietario del Monza. El mejor ejemplo de cómo el fútbol también articula el poder en Italia y de cómo animar a uno u otro equipo puede ser importante en un objetivo electoral.

Aunque no debiera ser, porque escoger una squadra es, salvo situaciones anómalas, algo para toda la vida, como la religión. Pero en todos los ámbitos hay conversos y Meloni es una de ellas. Cabe señalar que la fe futbolística es uno de los pocos tema que no trata en su autobiografía Yo soy Giorgia, publicada en 2021. Un best-seller que catapultó su índice de notoriedad en Italia.

Según cuenta La Repubblica, algunos seguidores descubrireron en foros antiguos de Internet que la favorita a presidir Italia lanzaba mensajes, bajo el 'nick' de 'La draghetta' ("La pequeña dragona"), tal que: "Soy de la Lazio. Espera, más bien, lazialisima'"; "que la Roma pierda todo lo que hay que perder" y aseguraba que moriría como biancoceleste, una pasión que había heredado de su madre. Un miembro de esta comunidad le recriminaba por sus comentarios ser más "antijuventina que de la Lazio", a lo que ella volvía a responder: "No, primero biancoceleste".

Hasta que en 2015 se cambió públicamente de camiseta. Aunque, según su mensaje, ella siempre había seguido a 'La Loba'. Lo hizo a través de un mensaje de Facebook en el que, precisamente, defendía a la Lazio por una polémica surgida a raíz de su segunda elástica, que algunos consideraron como un homenaje a los 'camisas negras' de Benito Mussolini.

En concreto, puso en la diana a Le Monde, que ironizó que la escuadra de 'Le Aquile' presentara la indumentaria "para sacar del retiro a Paolo di Canio", uno de sus jugadores históricos y orgulloso de ser fascista. "Esto es una tontería. Es decir, el PSG o los All Blacks pueden usar una camiseta negra, pero si lo hace la Lazio, es del 'Tercer Reich'. Es como si prohibieran el rojo a los equipos del Este, porque es demasiado comunista", criticaba Meloni, refiriéndose a la selección neozelandesa de rugby, otra de sus grandes pasiones.

"Obviamente romanista"

El post finalizaba con la declaración que borraba el pasado: "Es bien sabido que soy hincha de la Roma y, obviamente, mi fe futbolística no me permite vestir la camiseta blanquiceleste, pero siempre mostraré mi solidaridad por la Lazio, porque, por desgracia, mi madre es 'laziale".

A raiz de esta confesión se conoció otro acto, que tuvo lugar en 2011, cuando era ministra de Juventud de Silvio Berlusconi. Tuvo que entregar un trofeo a los jóvenes de la Lazio que habían ganado la Copa de Italia de fútbol sala, a los que les dijo: "Sois la única Lazio a la que puedo animar".

Algunos medios italianos indican que la filiación por la Roma le distancia de un sesgo ultra también en el fútbol y le permite mostrar una imagen más candidatable y democrática. Curiosamente, Claudio Lotito, presidente de la Lazio, fue elegido senador en los últimos comicios como senador por Forza Italia, el partido de Berlusconi y con el que los Fratelli deberán llegar a un acuerdo gubernamental.

Los usuarios que sacaron a la luz el pasado futbolístico de Meloni aseguraban que "una hincha del Lazio que finge ser romanista para ganar imagen, no merece nuestra consideración ni atención".

Para Andrea Morleo, periodista de Quotidiano Nazionale, "es un quiero y no puedo para Meloni, cuyo corazón sigue siendo blanquiceleste, pero que ha tenido que cambiar a causa de la 'Realpolitik' para poder dirigir al país". Algo que lleva a la práctica siempre que puede, como demostró tras la reciente conquista de la Conference League por parte de la AS Roma.

"Dime a quién apoyas y te diré quién eres, pero si no me dices a quién animaste y me engañaste, te diré en qué persona te has convertido. La deslealtad a un equipo detecta la falta de palabra de una persona y su oportunismo", escribe en otro artículo Filippo Ceccarelli, de La Reppublica. En una época de simplificación de los discursos, donde la expresión vale más que la propuesta, algo tan pasional como el fútbol marca tendencia. Todavía hoy alguno le recuerda a Berlusconi que fue hincha del Inter.

El 'calcio' ha ayudado siempre a entender los contextos y los personajes. A veces, contradictorios con el devenir posterior, como ocurre con la propia AS Roma, un club que ayudó a fundar Mussolini, declarado seguidor de la Lazio. La razón: crear una mayor competitividad interna, un derbi en la capital y "un club para el pueblo, porque el pueblo es para el régimen", según dejó escrito el dictador italiano. De hecho, La Loba ganó su primer Scudetto durante la Segunda Guerra Mundial.

En cualquier caso, si prosperan las negociaciones para que Meloni dirija Italia, no será el primer gran cargo abiertamente romanista. Giulio Andreotti, histórico de Democracia Cristiana, presidente del Consejo de Ministros de Italia en varias épocas, era un acérrimo seguidor de la AS Roma, hasta el punto de evitó que el brasileño Paulo Falcão, destacado jugador de los 80, fichara por el Inter.

Demasiados conexiones y consecuencias, por lo que Meloni parece priorizar ahora el otro deporte que estima y practicó de joven: el rugby. "Me gusta porque representa verdaderos valores, orgullo y compromiso", aseguró en una charla informa con periodistas tras un partido de la selección 'azzurra'.

"El rugby enseña que una victoria es fruto del compromiso de los quince jugadores, así como una derrota es la consecuencia de un demérito común", añadió, mezclando pasión y política en un terreno en el que siente más cómoda que en la aguda dicotomía casi guerracivilista de los irreconciliables Roma-Lazio.