SALUD INFANTIL

¿Deberían los niños dejar de golpear el balón con la cabeza? El fútbol se lo piensa

El organismo responsable de las reglas del juego plantea un ensayo de entrenamientos y partidos sin impactos de cabeza en menores de 12 años, para prevenir futuras patologías

"Debería plantearse ya mismo la prohibición preventiva: cuando el cerebro se está formando, los traumatismos repetidos pueden conllevar mayor riesgo", apunta el neurólogo Jesús Porta

Dos niños juegan a fútbol en el madrileño barrio de Lavapiés.

Dos niños juegan a fútbol en el madrileño barrio de Lavapiés. / Alba Vigaray

Sergio R. Viñas

Sergio R. Viñas

¿Deberían los niños dejar de golpear el balón con la cabeza cuando juegan a fútbol? El debate está sobre la mesa de las autoridades responsables de este deporte desde hace casi un lustro. Los últimos años han generado una importante conciencia en el mundo del deporte sobre las consecuencias a largo plazo de los impactos en la cabeza. No solo en el fútbol, también en otras disciplinas como el rugby, el boxeo y, sobre todo, el fútbol americano.

Fue de hecho en la NFL donde surgió la mecha de un problema que ahora el fútbol desea abordar. Todo comenzó en 2017, con un estudio liderado por la Universidad de Boston que evidenció que 110 de los 111 cerebros de jugadores de fútbol americano analizados 'post mortem' mostraban signos de encefalopatía crónica traumática, una enfermedad neurodegenerativa indetectable en vida.

Posteriormente se han ido publicado otros estudios. Este mismo año, en Australia descubrieron que 20 de 21 cerebros analizados de deportistas de varias disciplinas de contacto (entre ellas, el fútbol) presentaban esta misma patología. Sin poder ser considerado aún como evidencia científica por la escasez de estudios, la comunidad científica coincide en que la repetición de microimpactos en la cabeza favorece el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas.

El gran impacto para el fútbol, no obstante, partió de un estudio realizado por la Universidad de Glasgow en 2019, cuya conclusión fue que los futbolistas tienen tres veces más posibilidades de morir a causa de una demencia que el resto de los humanos. La reacción de la Federación Inglesa de Fútbol (FA), que fue la que encargó el estudio, fue casi inmediata: prohibió a los niños menores de 12 años golpear el balón con la cabeza durante los entrenamientos. Enseguida se unieron el resto de federaciones británicas.

Los riesgos

"En los niños, el cerebro está en desarrollo de plasticidad. Es decir, cuando el cerebro se está formando todavía, los traumatismos repetidos en la cabeza pueden provocar un mayor riesgo de desarrollar patologías futuras. Es algo que todavía no está científicamente probado, pero es más que razonable pensar, a la vista de los estudios realizados, que es así", explica Jesús Porta, vicepresidente de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

La frontera de los 12 años es más social que científica y tiene que ver sobre todo con la diferencia que marcan los anglosajones entre niños (menores de esa edad) y adolescentes o 'teenagers'. En la práctica, en el sistema español, implica a la categoría infantil e inferiores. Pero, de momento, en España no hay indicaciones al respecto. Entrenadores que han realizado cursos en el último año relatan a este periódico que no han recibido formación sobre la peligrosidad de los remates de cabeza, pese a que las clases incluyen formación médica específica.

"Es que en España no hay concienciación al respecto. Nosotros desde la SEN -indica Porta- lo intentamos, hemos hecho mesas redondas con futbolistas, ex futbolistas y entrenadores de niños para hacerles partícipes de estos riesgos, pero de momento no vemos el reflejo. Quizá a partir de ahora, con la decisión que ha tomado la IFAB, sí lo veamos".

Se refiere el neurólogo a la última circular aprobada por la Internation Football Association Board, el organismo responsable de fijar y actualizar las reglas del fútbol en todo el mundo. Dicha circular del 8 de agosto, adelantada por el portal Iusport, establece un protocolo experimental para prohibir los cabezazos intencionados al balón en competiciones de menores de 12 años. Por extensión, también en los entrenamientos.

El protocolo

Este protocolo se probará de manera experimental en torneos ingleses (la FA es quien llevó la iniciativa y pidió autorización para hacerlo) y probablemente estadounidenses. Básicamente, recoge que cualquier golpeo voluntario con la cabeza será castigado con un libre indirecto, como ocurre en la actualidad con el juego peligroso, las obstrucciones o las cesiones del portero. Castigar con una falta directa, y por tanto con un penalti si la infracción se produce dentro del área, ha sido considerado con un castigo excesivo en las fases iniciales del proyecto.

Existen reservas, sin embargo, sobre si esta medida será positiva o puede producir efectos contraproducentes, como expone la IFAB en su circular: "Si bien la prohibición de cabecear el balón de manera intencionada puede eliminar algunos riesgos, también puede incrementar otros, como que los jugadores intenten llegar con el pie a balones altos. Esto podría provocar la lesión de quien protagoniza la acción (p. ej. por una mala caída) o de otro jugador, puesto que podría recibir una patada en la cabeza o en la parte superior del cuerpo".

"Las decisiones acerca de la prohibición de cabecear el balón deben, por tanto, contemplar los riesgos relativos de cabecear en las distintas edades, si la prohibición genera otros riesgos de manera inadvertida y la gran repercusión que tendría en el modo de jugar al fútbol la prohibición de cabecear el balón en todas las categorías", prosigue el texto aprobado por el organismo que determina las reglas del fútbol.

La evolución del fútbol

La propia evolución del fútbol facilita también la aplicación de este tipo de medidas. Porta expone que en sus conversaciones con entrenadores sobre este asunto, estos explican que, de manera natural, el juego de cabeza ha ido perdiendo protagonismo en estas categorías: "Por lo que nos transmiten, se entrena menos que hace unos años, hay más juego a ras de césped y ahora además los campos son más ligeros y los balones también son menos pesados".

En todo caso, el vicepresidente de la SEN tiene clara cuál sería su postura sobre este asunto: "Como medida preventiva, debería plantearse ya mismo la prohibición en niños. Todos los agentes implicados (federaciones, entrenadores, padres...) deberíamos ser conscientes de lo que implica un remate de cabeza en niños de entre 6 y 12 años y deberíamos prevenir que no suceda. No podemos esperar a la evidencia científica irrefutable, porque hacer ensayos clínicos de niños y estudiar su impacto a largo plazo nos llevaría demasiados años".