Ciclismo
Duelo al sol de los Pirineos del Tour
La carrera se dispone durante tres días a hacer disfrutar con uno de los combates más intensos para vestirse de amarillo de los últimos años.
Sergi López-Egea
Solo puede quedar uno, uno vestido de amarillo, en el intenso duelo al sol de los Pirineos. Todo está preparado para que el
Tour de Francia
se pinte con sus mejores colores, cunetas inundadas de público, pasión desbordada y mucho, mucho calor, otro fenómeno que puede ser determinante. Hacía años que no se veía un duelo entre el líder y un corredor despojado del amarillo que no se rinde, que no se entrega.
"Voy a atacar cada vez que pueda", amenazó este lunes de descanso,
Tadej Pogacar
, la gran estrella, el ciclista al que se daba como único aspirante claro a la victoria antes de empezar, el que corrió sobrado la primera semana y el que se olvidó de comer y beber en el Granon, gravísimo error, para abrir el camino de la victoria en París a
Jonas Vingegaard
.
En los 33 últimos años no se había visto nada igual. Pasó la época de Miguel Induráin, Tours de transición, el puñetero dopaje, el viaje a ninguna parte de
Lance Armstrong
, los dominios de
Alberto Contador
, Chris Froome... pero siempre, salvo caída, salvo descalificaciones, el que partía como favorito al jersey amarillo, así llegaba a París.
Hay que remontarse el que está considerado como mejor Tour de Francia de los últimos 40 años, para encontrar el intenso duelo entre Greg Lemond y Laurent Fignon, vivido en 1989 tras perderse
Pedro Delgado
en el prólogo de Luxemburgo, y lejos de entregarse, pelear como un jabato por reeditar la victoria del año anterior. Inolvidable la gran etapa del segoviano de Superbagneres, con los monumentos de los Pirineos, entre ellos el Tourmalet, ausente este año del guion de la carrera. Se fugó en compañía de Robert Millar, hoy Philippa York, enviada especial de la prensa británica al Tour, y les sacó a todos tres minutos.
Más recuerdos
Unos días vestía Lemond de amarillo y otros Fignon, que perdió la carrera en su París natal, el último día y por solo 8 segundos, en una contrarreloj final en los Campos Elíseos que jamás se ha vuelto a programar no sea caso que un francés vuelva a dejar a todo un país llorando y sin palabras.
Precisamente, Perico, aporta lo que cree que debe hacer Vingegaard para ganar el Tour, ante los ataques de Pogacar anunciados en un altavoz de Carcasona. "Debe ir a rueda hasta reventar y si no puede seguir a Tadej que lo deje marchar y que intente ceder solo unos segundos. Tiene un colchón de 2.22 minutos para administrar".
El muro de Péguère
El festival comienza este martes con la más floja, aunque más larga, de las tres etapas pirenaicas. No hay llegada en alto pero sí un Muro de Péguère, corto, que se agarra, donde colocaron clavos en 2012 en plan gamberro para que pinchasen más de 30 ciclistas. Si ataca Pogacar deberá efectuar luego una contrarreloj individual de 27 kilómetros hasta Foix. El miércoles ya todo es más clásico y el jueves un hueso duro de roer, en Hautacam, sobre los cielos de Lourdes.
"El jersey amarillo debe ir a rueda de Pogacar hasta reventar", afirma Pedro Delgado
"El error de Vingegaard sería tratar de meterle más tiempo a Pogacar, que debe intentar aislar al jersey amarillo para atacar en las dos etapas finales de Pirineos desde el inicio del último puerto. El ciclista esloveno sigue siendo mi favorito a la victoria, pero si Vingegaard no tiene un mal día tendrá muy complicado volver a ganar el Tour. Hasta ahora el danés ha demostrado que tiene explosividad y siempre ha podido neutralizar a Pogacar sin aparentes problemas". Así lo cuenta otro ganador del Tour, Óscar Pereiro, vencedor de la edición de 2006. "Vingegaard se puede permitir el lujo de perder unos segundos en cada etapa", añade el exciclista gallego. "Pero Pogacar debe reducir al menos a 40 segundos la desventaja con Vingegaard si quiere ganar el sábado la carrera en la contrarreloj final de 40 kilómetros", opina Delgado, hoy comentarista de TVE.
"El error de Vingegaard sería tratar de sacar más tiempo a su rival", añade Óscar Pereiro
"No me atrevo a dar a ninguno de los dos como ganador final. Lo que sí tengo claro es que habrá un gran duelo en los Pirineos", indica
Enric Mas
, observador de lujo en el enfrentamiento de las dos estrellas de este Tour, y que espera sacar rédito de una carrera que llega a su fase pirenica -tercera semana, todos más cansado, un calor tan terrible como correr a pie con una piedra en el zapato- con el Jumbo y el UEA sin efectivos suficientes para controlarlo, proteger al máximo a sus jefes de filas y estar pendientes, a la vez, de que alguno a pocos minutos no se aproveche de las aguas revueltas colándose en una fuga ingobernable.
¡Hagan juego!
Pogacar admitió este lunes que ya sabía lo que le pasó en el Granon. Se encontró su bolsa de avituallamiento con geles y bidones sin usar. La arrojó creyendo que estaba vacunado contra la pájara. Sepp Kuss es el casi único protector de Vingegaard aunque Wout van Aert vale para todo. Y tampoco es que escale tan mal. Pogacar cuenta principalmente con un catalán (Marc Soler) y un polaco (Rafal Majka) para cuidarle las espaldas en un duelo cara a cara por una prenda que solo uno de ellos podrá vestir en París. ¡Hagan juego!
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