EL PELIGRO DE LAS REDES

Futbolista, revisa tus tuits antiguos: pueden arruinar el fichaje de tu vida

El Zaragoza canceló la contratación del portero Gaizka Campos después de que se hiciera viral un tuit suyo ofensivo con el club, escrito hace diez años, cuando él tenía 16

Casos como este se repiten periódicamente, ya que no todos los clubes y agencias de representación realizan una revisión exhaustiva de redes antes de cerrar operaciones

"Aunque somos más conscientes del riesgo que hace unos años, seguimos escribiendo en nuestras redes mensajes impulsivos sin pensar en las consecuencias", analiza un experto

Futbolista, revisa tus tuits antiguos: pueden arruinar el fichaje de tu vida

Futbolista, revisa tus tuits antiguos: pueden arruinar el fichaje de tu vida

Sergio R. Viñas

Sergio R. Viñas

Quienes sean aficionados al fútbol y tengan una cierta edad recordarán sin duda esta anécdota. En 1998, el Barça de Louis Van Gaal ganó la Liga y la Copa del Rey y lo celebró por todo lo alto. El punto central de la celebración tuvo lugar en la Plaza Sant Jaume de Barcelona. Desde ahí, Luis Figo, entonces máxima estrella del equipo azulgrana junto a Rivaldo, agarró el micrófono y comenzó a cantar "¡Blancos, llorones, felicitad a los campeones!".

Dos años después, el extremo portugués protagonizaba el que quizá sea el fichaje más impactante de todos los tiempos. Florentino Pérez, recién llegado a la presidencia del Real Madrid, pagó los 60 millones de euros (récord de la época) de su cláusula de rescisión para vestirle de blanco, generando una tremenda conmoción en Barcelona y una desbordante ilusión en Madrid.

Los peculiares condicionantes del traspaso provocaron que aquella frase de Figo en la Plaza Sant Jaume careciera de importancia. ¿Pero qué habría pasado en otras circunstancias? Es una mera elucubración, pero es fácil pensar que si Figo no hubiese sido una estrella mundial y su club de procedencia no hubiese sido el Barça, la afición blanca no habría perdonado jamás un desprecio de ese calibre. Es muy probable incluso que esa soflama despectiva hubiese disuadido al Madrid de acometer su fichaje.

En la actualidad, los futbolistas son mucho más cuidadosos con sus manifestaciones públicas, conscientes de que la vida da muchas vueltas y que lo que hoy es azulgrana mañana puede ser blanco. Pueden hacer una declaración en clave negativa de otro club, pero rara vez (por fortuna) recurren al desprecio. Pero siempre se corre el riesgo de dejar un cabo suelto. Y en esta última década ha aparecido uno cargado por el diablo: las redes sociales.

Gaizka Campos

El Real Zaragoza anunció en julio de 2022 la contratación del portero Gaizka Campos, procedente del Celta B. Ese mismo día, sin embargo, comienza a hacerse viral un tuit escrito por el chico en 2013, cuando tenía 16 años. "El asco que le tengo al Zaragoza y como me las ha subido este gooooool", decía literalmente el mensaje, publicado durante una victoria del Athletic (él es vizcaíno) en La Romareda que prácticamente certificó el descenso de los aragoneses a Segunda.

El tuit de Gaizka Campos en mayo de 2013.

El tuit de 2013 que le costó a Gaizka Campos su fichaje por el Real Zaragoza. /

La reacción del Zaragoza, tras la polvareda levantada en las redes sociales, fue anunciar al día siguiente que abortaba la contratación. Lo hizo mediante un comunicado en el que el club decía entender que el tuit "se trató de un error de adolescencia que no refleja la persona y profesional que es. Sin embargo, también entendemos que la presión que conlleva una circunstancia como ésta dificultaría mucho su desarrollo como futbolista dentro del club".

Campos, publicó un comunicado mediante una 'story' de Instagram pidiendo perdón a quien se hubiera sentido ofendido por las "palabras desafortunadas escritas hace muchos años por un niño". Para entonces ya era tarde y el futbolista había perdido la que seguramente fuera la mejor oportunidad que había tenido en su todavía corta carrera profesional.

Su caso no es aislado ni tampoco es nuevo. Ya en 2015, el Deportivo desestimó el fichaje de Julio Rey por un tuit antiguo que decía "puta Depor, puta Riazor". También en 2015, el Barcelona despidió en días a Sergi Guardiola tras hacerse virales unos tuits con frases como "puta Cataluña" y "hala Madrid". Y en 2022, el propio club azulgrana renunció a incorporar a su secretaría técnica a Elvis Coca, procedente del Mirandés, por varios tuits en los que manifestaba abiertamente su madridismo.

Sergi Guardiola celebra su gol ante el Espanyol.

Sergi Guardiola, ahora en el Rayo, fio frustrado su fichaje en 2019 por el Barça B por unos tuits antiguos. / Archivo

Caso diferente, por la gravedad de sus manifestaciones, es el que sufrió el ahora presidente del Athletic, Jon Uriarte, entonces candidato a serlo. Minutos después de presentar al mexicano Carlos Aviña como director deportivo de su proyecto, comenzaron a viralizarse publicaciones suyas en Twitter con carácter racista, homófobo y machista escritas hace diez años (él tenía entonces 22). Esa misma noche, la candidatura de Uriarte anunciaba que prescindía de Aviña.

No deja de resultar sorprendente que una industria tan potente como la del fútbol haya profesionales de este nivel que vayan dejando cabos sueltos de tal calibre en sus redes sociales. Y más todavía que clubes y representantes lo permitan, en lugar de anticiparse a problemas de este tipo revisando previamente las publicaciones de jugadores o técnicos a quienes vayan a contratar.

Clubes

EL PERIÓDICO DE ESPAÑA ha contactado con cuatro clubes de Primera y Segunda División y con otras tantas agencias que trabajan con deportistas para cuestionarles sobre su forma de proceder en esta materia. Y las respuestas recibidas, todas ellas bajo condición de anonimato, son diversas. Desde quien hace un control exhaustivo del contenido en redes, pasado y presente, de sus jugadores hasta quien no pasa del repaso diario a sus cuentas.

"Nosotros tuvimos un caso como el del chico del Zaragoza, pero lo frenamos a tiempo. La dirección deportiva nos informó de que su fichaje estaba encarrilado e hicimos un barrido de sus redes. Encontramos un par de tuits que en realidad no eran graves ni ofensivos, pero que sí podían llegar a levantar ciertas suspicacias entre nuestra afición. Avisamos a la dirección deportiva, ellos a sus agentes, borraron el tuit antes de que el fichaje llegara a la prensa y nos evitamos el problema", explican desde un club de Primera División.

En otro club de la máxima categoría también están vigilantes durante los procesos de contratación: "Tratamos de hacer siempre un repaso previo al fichaje, pero siempre se te puede colar algún gol, porque es inevitable: ninguna vida resistiría un análisis tuit a tuit de todo lo que has dicho a lo largo de 20 o 30 años. Básicamente miramos un poco por encima, por si vemos algo gordo. Si es insalvable, avisaríamos al al director deportivo. Y si pudieras evitarlo borrando algún tuit, pues se haría. En todo caso, nunca nos ha pasado ni tenemos protocolizado el proceso",

Desde una entidad de Segunda comentan que no realizan ese tipo de rastreos para fichajes del primer equipo, pero sí para los jóvenes que incorporan a su cantera, "más que nada para investigar cómo es el chaval en cuanto a carácter y personalidad". En esa línea, realizan charlas educativas a los canteranos sobre el correcto uso de las redes sociales. En otro club de la categoría de plata, en cambio, reconocen que no hacen mayor control de redes sociales que el del día a día de quienes ya tienen en nómina.

Agencias

La otra pata del banco son las agencias de representación y comunicación que gestionan las carreras de los futbolistas. "Yo no presto una especial atención a eso, en parte porque conozco bien a mis jugadores y no son polémicos, no tengo ese problema. Quizá las agencias más grandes, con servicios de comunicación muy potentes, sí tienen la capacidad de hacerlo de forma más exhaustiva", explica un representante español.

Desde una importante agencia que trabaja con deportistas señalan que estudian "al detalle" el perfil de cada uno de sus clientes en redes sociales: "Buscamos que tengan una imagen pública lo más impoluta posible y estamos alerta ante cualquier cosa que le pueda poner en peligro, entre otras cosas porque los clubes cada vez vigilan más eso. Si hubiera que decirle a un jugador que borrara un tuit de hacer cinco años, lo haríamos. Pero lo cierto es que nunca nos hemos visto en esa tesitura".

"Al final conoces el perfil en redes de cada cliente, si es más activo o menos, su manera de expresarse... Cuando sabemos que alguien se moja más de la cuenta, procuramos que no se exponga mucho cuando va a entrar en el fútbol profesional, pero es inviable hacer un rastreo de todo lo que ha escrito un chaval de 21 años que puede llevar desde los 10 escribiendo en redes", desarrolla, por su parte, un agente español con amplia cartera en fútbol base.

Hasta Pedro Sánchez

Casi todos los consultados por este periódico citan un ejemplo sobre revisionismo en redes: el de Pedro Sánchez. Cada cierto tiempo se hacen virales publicaciones antiguas del hoy presidente del Gobierno. En ningún caso ofensivas, pero sí banales o frívolas. Como las de cualquiera de nosotros, solo que llaman la atención en quien ahora es la principal autoridad política de España. Hoy, en las mismas circunstancias que entonces, seguramente no los publicaría.

"Ahora estamos mucho más concienciados que hace una década de la repercusión presente y futura que pueden tener nuestras publicaciones en redes sociales, pero todavía nos falta mucho camino por recorrer como sociedad. Seguimos actuando de manera impulsiva en nuestras redes, escribiendo cosas que nos ahorraríamos si fuéramos conscientes de sus consecuencias", analiza Ferran Lalueza, profesor de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

El experto lanza también una advertencia al público general, ya que este no es mal endémico de futbolistas o personalidades de relevancia pública como políticos. Nos puede afectar a todos: "Ya es una práctica recurrente en los procesos de selección de las empresas bucear en las redes sociales para encontrar información que el futuro empleado no pondrá en su currículum ni verbalizará en una entrevista, pero que puede ser mucho más reveladora sobre su personalidad y sus actitudes. Que una empresa te contrate o no puede depender del contenido de tus redes sociales".

Edad mínima

Lalueza apunta también a la importancia de educar a los niños en el buen uso de las redes sociales y en restringirles su uso hasta cierta edad. De hecho, la edad mínima para tener una cuenta en una red social es de 14 años, aunque haya muchos menores que la tienen desde varios años antes.

Otra vertiente del problema es, volviendo a casos concretos como el de Gaizka Campos y el Zaragoza, la relevancia que se le da a quienes se manifiestan en redes. "A veces entendemos que quienes hacen mucho ruido están representando a un colectivo más amplio, incluso a la mayoría de la afición , y a veces es todo lo contrario. Tendemos a sobredimensionar su importancia y su representatividad. En un campo de fútbol puedes ver cuántos sacan el pañuelo o protestan, en las redes perdemos esa perspectiva y un grupito muy pequeño de personas puede ser percibido como el reflejo del sentir popular sin serlo", remarca el experto de la UOC.

Aunque quizá el verdadero y único problema, como apunta un representante de futbolistas, sea ese complejo de 'torquemadas' que a casi todos, a unos más que a otros, nos invade de vez en cuándo en redes sociales. "Cuando alguien tiene 15 años no sabe si va a ser futbolista, va a ser bailarín o va a tocar el piano. Es un adolescente y ya está, no podemos juzgar a toro pasado. Para mí, el problema aquí lo tiene esa parte de la sociedad que está tan aburrida que se dedica a buscar este tipo de cosas para malmeter".