Jornada 35 en LaLiga

El Barça y el Atlético construyen un pasillo hacia la Champions y Jorge Molina dinamita el descenso

Los de Simeone ganan de penalti al campeón y el equipo de Xavi asalta con un gol de Jordi Alba al Betis, que se aleja de la máxima competición continental

El incansable delantero del Granada lidera la masacre contra el Mallorca en la lucha por permanencia, donde el Cádiz se impulsa y el Alavés se defenestra

El defensa del Real Madrid Nacho Fernández (c) intenta superar al montenegrino Stefan Savic (d), del Atlético de Madrid, durante el partido de la jornada 35 de Liga en Primera División que Atlético de Madrid y Real Madrid de este domingo.

El defensa del Real Madrid Nacho Fernández (c) intenta superar al montenegrino Stefan Savic (d), del Atlético de Madrid, durante el partido de la jornada 35 de Liga en Primera División que Atlético de Madrid y Real Madrid de este domingo. / EFE/Rodrigo Jiménez

Denís Iglesias

Denís Iglesias

Lo más parecido al ambiente de un partido de final de temporada es un concierto de fin de gira o despedida como el que ofreció este pasado fin de semana Siniestro Total. Ambos están precedidos de abundante jarabe de litrona con el que se aumentan las expectativas. Los asistentes se saben todas las letras. El valor de las entradas es lo de menos. No se paga por el resultado de una experiencia, el precio es vivirla. Y los nervios están a flor de piel. Nadie quiere saber lo que va a pasar. [Así va LaLiga] 

Si un aficionado de un equipo que se juega el descenso pudiera conocer el setlist de lo que le espera, lo rechazaría de lleno. Lo mismo en las disputas por Europa. Cada partido, un tema, con sus protagonistas, acordes, desafines… Al final, aplausos. Porque público y artistas son un único elemento. En estos contextos de emociones agudas, los que mejor rinden son los viejos rockeros, como Miguel Costas, recuperado para el último accidente de Siniestro Total y aclamado por encima del titular Julián Hernández en el Wizink Center, donde había otro partido en juego. Los recintos deportivos, coliseos de nuestra era.

En los encuentros de LaLiga, donde la vida se pone a rodar, los frontman pasan de la treintena, la insultante barrera entre ser promesa y veterano. Lo que viene después en la vida no importa. En esa escala tocaron esta jornada Jorge Molina (Granada) o Jordi Alba (Barcelona), dos ejemplos de futbolistas eléctricos que se mimetizan en la tensión. Al delantero del equipo nazarí habría que prohibirle la retirada y dejarle jugar en cada equipo una jornada, para servir de ejemplo al resto. 

“Llegamos tarde”

“Hemos llegado tarde”, se lamentaba el defensor del Barça después del triunfo ante el Betis (1-2) gracias a una gran volea de Jordi Alba y un tanto del retornado Ansu Fati, iluminado por el Dios del acierto. Jordi Alba se ha quitado la costumbre de ganar junto a sus compañeros. Lo mejor de lo peor es que a los de Xavi no se les escapará ya la Champions. En la primera vuelta, las sombras que perseguían al club le hicieron estar incluso fuera de los puestos europeos. En las cabezas del Camp Nou sonó demasiadas veces en “¿quiénes somos?, ¿de dónde venimos? y ¿a dónde vamos?” con el que Siniestro enfiló el definitivo camino a vestuarios. 

El Betis hizo una buena performance. Faltó puntería. Pero el curso en Heliópolis se da por clausurado después de conquistar la Copa que les permitió entrar al campo por el pasillo que hicieron los jugadores del Barça. Al final, resulta un ejercicio de cortesía cuando no parece impuesto. Y en los conciertos se percibe igualmente. No todos los temas saben por igual y existen picos de sierra.

Darth Vader en el Metropolitano


El Atlético tapió el pasillo al campeón, el Real Madrid, al que ganó en el Metropolitano con un tanto de Carrasco desde los once metros. Lo que podría haber sido un concierto de media hora acabó convertido en un carrusel de ocasiones falladas por parte de ambos bandos. Mayormente en la segunda mitad, cuando apareció Griezmann, en otro tiempo cabeza de cartel, hoy un músico sin más. “Ya soy mayor. Los años están pasando…”, decía con melancolía en una entrevista esta semana. 

El derbi venía precedido de un clima revuelto que se plasmó en una pancarta: “Entre la prensa y los de amarillo, 120 años de pasillo”, en referencia al colectivo arbitral. El show prepartido lo protagonizó Darth Vader, acompañado de los Soldados de Asalto. Esa fue la única muestra de honor para alguien vestido de blanco o con este apelativo. Y era publicidad.

No debiera ser, pero todo momento se valora en comparación con el resto. Que se lo digan al Sevilla, insatisfecho a pesar de convertir el Viejo Continente en un escenario habitual. Monchi considera que hay plantilla para más, aunque por encima solo están los títulos. Los de Lopetegui aprovecharon el traspié bético, a pesar de que el entrenador sevillista no tuvo demasiada responsabilidad en el 1-1 de La Cerámica. Es más, Emery ganó el duelo de pizarras y la eliminación en Champions frente al Liverpool no generó desgaste. Al revés, reforzó su emoción, que se plasmó en el gol de Lo Celso. 

Insultos contra Bordalás

El tanto asomaba al Submarino a la Europa League, el torneo que conquistó en su pasada edición. El gol de Koundé en la última jugada rebajó la euforia de La Cerámica. Se le va a quedar pequeña la Conference, por la que se entregará hasta el final el Atheltic, incapaz de traducir su dominio frente al Valencia en un duelo de enemigos íntimos que terminó sin goles (0-0). Marcelino y Bordalás. Comparten cartel en el mismo festival de LaLiga, aunque cada uno en una esquina, con estilos opuestos. 

“Sabíamos que iba a ser así. Un partido de interrupciones. El Valencia es un equipo muy físico”, afirmaba el entrenador del Athletic. Un ídolo clásico, basado en la virtud del punto medio. La reacción de Bordalás en el backstage fue visceral contra los insultos que recibió en San Mamés. Simples, efímeros e improperios contra un heavy con sentimientos. 

No hay que rechazar un estilo musical para defender el propio. “No me hace ninguna gracia que me insulten. Cuando los hay por parte de algún jugador o del cuerpo técnico, se sanciona. Al revés, no pasa nada”, lamentaba el alicantino, “agotado de esperar el fin”, como entonó Ilegales en otro de los conciertos, este de fin de gira, que causó estruendo en la noche madrileña el sábado.

Bordalás dice estar intentando “que el equipo no se vaya por respeto a la afición”. No hay regusto más desagradable que ver a tu club dejarse llevar, como cuando sientes que un grupo da un concierto por compromiso. Un desprecio inasumible en el intercambio de esfuerzos que se plantea en ambos espectáculos, donde el aroma a sudor es inevitable. Esto obliga a ser juez y parte de eventos a los que no se está invitado. 

“Perdón” del Alavés y Mallorca

Como el Celta, que certificó su permanencia (4-0) a costa de mandar al averno al Alavés. Fue en la exhibición de dos gallegos que bailaron sobre la tumba de su rival. Denis Suárez e Iago Aspas, retadores atlánticos que se inventaron el concierto de despedida celeste de la temporada. A falta de un cierre de Siniestro en casa, ellos tiraron de punk-rock para mantener, un año más, al Celta en primera. Son un grupo vigués. Esta alegría contrastó con el estado apesadumbrado de un Alavés al que solo le salvará un milagro. 

En la comparecencia de Laguardia apareció la palabra clave. El antónimo del “otra, otra” de Balaídos: “Perdón”, transmitido de viva voz por Loum a la afición babazorra desplazada. La disculpa mascullada entre el sollozo fue lo único que pudo articular Maffeo, jugador del Mallorca, tras la masacre bermellona sufrida en Son Moix (2-6) ante un contrincante directo como el Granada. “Hay que pedir perdón a la afición. Cuando llenas un estadio y pasa esto, no hay explicación”. En línea, Javier Aguirre, llamado a ser salvador y ahora con la soga anudada a su pescuezo: “Fuimos un desastre y únicamente se me ocurre pedir perdón”.

El Levante debería pedir disculpas por el inicio de temporada, donde abrió una sepultura en la que se niega a meterse. La de Alessio Lisci parece en toda regla una gira de despedida por Primera. Con actuaciones de supervivencia que generan orgullo. Orriols despidió a su equipo con un “sí, se puede”, a pesar de que ser penúltimo y tener un calendario con rivales como el Real Madrid. El 2-1 con goles de Miramón y Melero frente a un rival de Europa como la Real Sociedad dejaba temporalmente a los granotas a tres de la permanencia. Hasta que Jorge Molina reventó al Mallorca saliendo desde el banquillo por el lesionado Luis Suárez.

Molina de viento


A sus 40 años, parece imposible que se vaya a retirar en un futuro cercano. Se inventó dos goles y dos asistencias para abrir un abismo entre dos equipos que, a pesar de las diferencias de este duelo crucial, apenas están separados por dos puntos en la clasificación, con nueve por jugar, pero el golaveraje liquidado a favor del equipo nazarí. “Sabíamos que este partido era vital, que habíamos mejorado y no habíamos ganado y lograrlo de esta manera nos hace estar muy contentos”, expresaba uno de los abuelos de esta liga. Goleador al dente que no ha perdido nunca el instinto. 

Alguno se pensaba que Costas ya no estaba para trotes como los de Siniestro en el WiZink. Que sus giras eran ya algo personal, por Cuenca, Lugo o Zamora, habituales en sus tours. Cando hay instinto, la maquinaria se enciende rápido. Los viajes a la nostalgia son tan peligrosos como atractivos. Eso opina Negredo, quien se reencontró con el gol en el momento ideal, frente al Elche para encender la mecha que dio origen al 3-0. 

El tiburón de Vallecas es otro del club de los treintaytantos, máximo goleador del equipo de Sergio, que aprovechó una función de saltimbanqui de Badía, algo impropio en él. El Cádiz se queda tres por encima del descenso que ya no le preocupa al Rayo. Los de Iraola tenían que mantenerse nada más en línea recta. De este modo igualó ante un Getafe (0-0) que apenas dispuso de una clara opción en las botas de Olivera. 

Estar cinco puntos más la diferencia de goles por encima del infierno a Segunda debería bastar. No obstante, la música satánica sigue sonando. Pueden apagarla ante Osasuna este miércoles, en la antepenúltima jornada, intersemanal, a la que los rojillos llegarán con todos los deberes hechos. 

Empataron ante el Espanyol (1-1), que sigue sin cerrar matemáticamente la salvación y que vive el desenlace del curso en plena tensión. Con Raúl de Tomás, antes referente y ahora en el banquillo y en la rampa de salida. Pero como proclamaba Jorge Martínez, cabeza de familia de Ilegales y de parte del rock patrio, antes del cierre del concierto: “¡Os felicito a todos por tener problemas! Eso quiere decir que seguís vivos y que no oléis a nicho”. 

Resultados jornada 35 en LaLiga

Levante 2 - 1 Real Sociedad

Mallorca 2 - 6 Granada

Athletic 0 - 0 Valencia

Celta 4 - 0 Alavés

Cádiz 3 - 0 Elche

Betis 1 - 2 Barcelona

Getafe 0 - 0 Rayo 

Villarreal 1 - 1 Sevilla 

Espanyol 1 - 1 Osasuna

Atlético 1 - 0 Real Madrid