LaLiga Santander

El Barça valora ser segundo, el Atlético se inclina hacia el pasillo y la salvación sigue abierta

Los de Xavi vuelven a ganar tras superar por la mínima al Mallorca, implicado de lleno en una lucha por el descenso que está muy viva

El Atlético continúa en barrena después de perder frente al Athletic y sus jugadores se rebelan contra el pasillo al campeón Real Madrid

Falcao demuestra lo poco que necesita para hacer un gol y la Conference League se convierte en una competición apetitosa

El centrocampista del FC Barcelona Sergio Busquets celebra con sus compañeros el gol conseguido ante el Mallorca, durante el partido de Liga en Primera División que disputan FC Barcelona y RCD Mallorca, hoy domingo en el Camp Nou.

El centrocampista del FC Barcelona Sergio Busquets celebra con sus compañeros el gol conseguido ante el Mallorca, durante el partido de Liga en Primera División que disputan FC Barcelona y RCD Mallorca, hoy domingo en el Camp Nou. / EFE/Alejandro García

Denís Iglesias

Denís Iglesias

En la jornada 34 de LaLiga había varias competiciones en juego. Como en el Primero de Mayo, que según la pancarta es de celebración, reivindicación o protesta. Podría ser el título del Real Madrid un acto de la patronal, con el Espanyol como agente social invitado, pero en realidad fue la conmemoración del sentido operario de todo un curso en el que los de Ancelotti se han tomado en serio cada lance. [Así va LaLiga]

Por su condición de dominante, pareciera que los blancos no podrían tener orgullo obrero. Y nada más lejos de la realidad. Se arremangaron con conciencia, dando una lección al resto de previsibles contrincantes que se han ido despeñando a través de la competitividad, los complejos y una extraña falta de motivación para los deportistas de élite. El socio, normalmente miembro de una clase media empobrecida -como la mayoría- pide compromiso y no llegar al tramo final con los deberes por hacer. 

Este año, a excepción del Real Madrid y algún otro equipo, la mayoría de LaLiga afronta el desenlace con derechos por conquistar. Buena muestra son la cantidad de 1-1 registrados este fin de semana. El caso de necesidad más flagrante es el del Barça, que genera una innecesaria incertidumbre en cada paso que da.

Se confía y vuelve a tropezar en la misma piedra una y otra vez. Recuperó el aliento con un triunfo frente al Mallorca (2-1) con el que defiende la condición de ser subcampeón. Ser ‘segundón’ no es una ofensa, supone la mayor cuota a la que puede aspirar un equipo que cayó preso de su propia inflación. 

Ser segundo vale

El Camp Nou resistió una vez más con el corazón en un puño en un partido que parecía decidido con los goles de Sergio Busquets y Memphis Depay. Ni un 2-0 en casa frente a un equipo esclavizado por su propia necesidad como el bermellón le brinda un escenario tranquilo al aficionado culé.

Así como el exceso de vítores en la recuperación resultó contraproducente, tampoco gana nada Xavi regocijándose en los fallos. Ser segundo en LaLiga sirve para cerrar el desastroso expediente de la temporada.

En la previa, el entrenador barcelonista explicó que tiene un sistema de recompensas para los jugadores que cumplen sus objetivos. "Una cena, una gratificación…". Algunas sacadas de su propio bolsillo. Motivación basada en economía de guerra para una tropa fracturada, incluso en el regreso de Ansu Fati. 

En las mismas anda el Atlético, que partía al inicio de la aventura 2021/2022 como favorito. No solo por ser el defensor del título, también porque se le impuso una afirmación rimbombante al estilo de “el gobierno más progresista de la historia”. Simeone ha tenido a sus órdenes “la mejor plantilla de la historia” que no ha estado cerca de alcanzar la regularidad. 

El equipo rojiblanco firmó otro decepcionante partido ante el Athletic (2-0) y pone en riesgo su estabilidad deportiva y financiera. Si el Betis, flamante campeón de Copa, consigue algo positivo de su visita al Getafe este lunes (21:00 horas) estrechará la distancia con los puestos de Champions a un partido. “No se puede entrar así, con la cabeza tan caliente, tan inseguros y tan mal. Así es difícil remontar”, se lamentaba Oblak, quien se ha convertido en la voz activa de una crisis disimulada por la batalla de Champions ante el City. 

“Los compañeros tienen ganas, personalidad, pero no sé por qué a veces en el campo eso no sale de nosotros”, añadió un meta descompuesto por la realidad de un conjunto que debe decidir si hará o no el pasillo al Real Madrid en la próxima jornada.

Sea cual sea la decisión, la acción, concebida dentro de la elegancia deportiva, se ha emborronado con las declaraciones del propio Oblak: “Soy de los que no le gusta dar ni recibir el pasillo, pero el club decidirá” y de Giménez: “Les felicitamos, pero respetamos mucho a nuestra afición". Incurrirían en la misma falta de respeto que, precisamente, protagonizó el Real Madrid de Zidane, insumiso ante el Barça.

La débil estabilidad emocional del Atlético le impide aceptar una muestra que algún aficionado frágil repele. Abrirá un frente más donde los rojiblancos tienen todo por perder, a diferencia en el campo, en el que podrían imponer su ley como antaño. Su rival, el Athletic, dio un ejemplo al hacer el pasillo a la Real Sociedad apenas unos días después de caer la final de Copa.

Son semanas en las que el oficio debe primar, a pesar de que por dentro el cuerpo pida mandar todo al traste. Un ejemplo de esa profesionalidad es el que lleva enarbolando desde hace años Iñaki Williams, ‘casi’ autor de un doblete ante el Atlético. Generó el primer gol y cerró el partido con un penalti a lo ‘panenka’. Lleva seis años seguidos (no se ha perdido un duelo) sumando.

De Milla a Milla

Al Athletic, como buen trabajador, el progreso reciente le ha generdo una nueva necesidad: la Conference League, competición denostada desde su propia creación. La tercera en importancia en el panorama continental que asomó con aire de Recopa y que pretendía ser un torneo para la integración de las pequeñas ligas. En su edición inicial ha terminado como activo refugio del Leicester, Roma, Feyenord y Olympique de Marsella, semifinalistas que se alejan de la condición de modestos. Sin embargo, subirse a un avión para hacer patria en otros territorios siempre agrada. 

A Osasuna tampoco le importaría verse con un emblema de más en la manga. Tuvo en sus manos acechar la séptima plaza del Villarreal, uno de los mayores animadores del Viejo Continente en los últimos años. Budimir se peleó con el Chimy Ávila por tirar un penalti que anotó. El Elche igualó para dejar a un milímetro su permanencia (1-1) y lo hizo de la mano de un estajanovista como Pere Milla. Consumida gran parte del campeonato, el autor del gol del ascenso ilicitano se confirma como uno de los referentes de LaLiga obrera. El suyo fue otro tanto para la galería del máximo anotador franjiverde.

Comparte apellido y condición con Luis Milla, al que la herencia recibida por un padre que se desempeñó en el primer nivel le permite resolver laberintos como el que planteó el duelo ante el Celta (1-1). El Granada sacó, gracias a un gol ‘in extremis’ de su hombre franquicia, un punto que valdrá lo que sean capaces de sacar en lo que resta de LaLiga. 

Por el momento, la escuadra que dirige Karanka duerme en descenso. El Celta de Coudet sigue siendo tan peligroso para él mismo como para el resto, incapaz aún de clausurar una temporada en la que todo se ha hecho demasiado largo, menos para ver un año más a un Iago Aspas. Consiguió que el acta le sumara un gol más, dio un recital de conducciones y en otras acciones pecó de individualista. Nada se le puede achacar nada al principal músculo del PIB celeste. 

Hay demasiados intereses encontrados en este final de LaLiga. Como los que se expusieron en Vallecas, donde el Rayo está, como el Celta, a la espera de que le den el certificado que le acredita como miembro de pleno derecho de Primera un año más. Consiguió un punto ante la Real Sociedad para encarrilar la faena (1-1)

El Alavés se encarama 

El empate que compensó el gol inicial de Sørloth llevó el sello de Falcao, jugador diseñado para el gol. Su regreso a España fue uno de los grandes atractivos al comienzo de la temporada. Las lesiones han aguado un revival completo. Aún así, al Tigre le han bastado menos de 800 minutos y unos cuantos toques para ser el pichichi rayista, igualado a seis tantos con Sergi Guardiola. 

El conjunto 'txuri-urdin' desperdició la oportunidad de alejar al Villarreal, acechado a su vez por el Athletic. El Submarino Amarillo es uno de los grandes animadores continentales al que la aventura hasta las semifinales de Champions puede dejar sin recompensa europea para la próxima temporada. Muy atrás quedan ya los tiempos en los que el Alavés, su verdugo esta jornada (2-1) construía una leyenda que le llevó a disputar una final de la UEFA ante el Liverpool que aventaja al equipo castellonense en las semifinales.

Su único deber ahora es salvarse. El triunfo con los goles de Laguardia y Escalante les dio a los de Julio Velázquez una bala final. Evitaron el tiro en el pie que habría supuesto un empate. La posibilidad se le apareció al equipo de Emery con un Chukwueze por culpa de un fallo de Pacheco. Uno de los mejores del partido que aun así le concedió el suspense. 

A estas alturas cualquier incidente es un lance dramático. No hay tiempo para pensar en el error y mucho menos para sacar la calculadora. Al Levante, después del empate en el derbi contra el Valencia (1-1), no le salen las cuentas por ningún lado. Vuelve a ser colista, a seis de la permanencia, con doce puntos por jugar y un calendario enfermizo contra Real Sociedad, Levante, Alavés y Rayo. Los hombres de Alessio Lisci fueron incapaces de aprovechar la expulsión de Gayà y recibieron el compás que asomará estas jornadas: “A Segunda”. Lo entonó un Mestalla herido por la caída en el frente copero. 

La “corriente” contra Bordalás

El técnico granota, como lleva haciendo desde el inicio, asumió con entereza el enésimo palo en el carromato que ha intentado enderezar como ha podido. “La rivalidad entre clubes de la misma ciudad es lo que a mí me mola del fútbol. Si nos lo cantan es porque estamos haciendo bien las cosas”, aseguró, libre de ofensa.

Tiene la piel muy dura, a diferencia de un Bordalás convencido de que su estilo está siendo criminalizado. “Hay una corriente. Parece que el Valencia es el equipo que hace faltas y que no juega. Es una mentira de curso legal”, expresó desde un púlpito donde no hay un partido tranquilo, a pesar de habitar en tierra de nadie. 

Todo cambia en cuestión de segundos en los últimos coletazos de LaLiga 2021/2022. Necesitó un par de segundos Lucas Pérez para dibujar un lanzamiento de falta perfecto con el que hizo una maniobra de primeros auxilios al Cádiz. Fue capaz de rascar un punto en el Pizjuán, que pitó al Sevilla. Nervión no se conforma con clasificarse de modo rutinario para las competiciones continentales y, azuzados por éxito del Betis, piden más que un tercer o cuarto puesto. 

Es un nivel de exigencia en el que no vale nada que no sea la Champions. Y hasta ahí solo se llega con trabajo, a lo que hay que unir un margen de talento y un ápice de suerte. Los que minusvaloran el primer factor, del que desposeen al campeón, el Real Madrid, están condenados a repetir una historia de fracasos y victorias morales. Pero los derechos, en el fútbol, como en la vida, se conquistan en el campo.

Resultados jornada 34 en LaLiga

Sevilla 1 - 1 Elche

Alavés 2 - 1 Villarreal

Real Madrid 4 - 0 Espanyol

Valencia 1 - 1 Levante

Athletic 2 - 0 Atlético

Elche 1 - 1 Osasuna

Granada 1 - 1 Celta

Rayo 1 - 1 Real Sociedad

Barcelona 2 - 1 Mallorca

Getafe - Betis (lunes 2 de mayo, 21:00 horas)