GUERRA RUSIA-UCRANIA

Cómo un grupo de aficionados escoceses se ha convertido en una ONG que rescata niños ucranianos

Dnipro Kids es una organización benéfica fundada en 2005 por aficionados del Hibernian escocés que se desplazaron a esta ciudad ucraniana para una eliminatoria de la UEFA

Perdieron el partido, pero ganaron el cariño de los niños de siete orfanatos a los que han dotado de enseres básicos: “Nos preocupamos de enviarle a cada apadrinado un regalo por cumpleaños y Navidad”

Han conseguido rescatar a 55 niños ucranianos de la guerra después superar un sinfín de barreras burocráticas que fueron objeto de debate en el Parlamento de Reino Unido

El director y confundador de Dnipro Kids, Stevie Carr, juega con varios niños del orfanato Svyatkova.

El director y confundador de Dnipro Kids, Stevie Carr, juega con varios niños del orfanato Svyatkova. / Dnipro Kids

Denís Iglesias

Denís Iglesias

Katya llena los pulmones del aire que circula calmado por la costa de Edimburgo. Junto a ella, otros 53 niños ucranianos y sus tutores legales, evacuados de Dnipro, ciudad situada al este del país. “Se suponía que el tiempo en Escocía era frío”, exclama durante una jornada soleada, impropia para una ciudad que volverá a la lluvia en unas horas. 

"Ya verán cómo es de verdad el clima de la capital…", bromean desde la cuenta de Dnipro Kids (Los niños de Dnipro), una entidad benéfica fundada por hinchas del Hibernian Football Club escocés que ha rescatado a pequeños huérfanos afectados por la invasión de Rusia, con los que colaboran desde 2005. 

Es una rama más del árbol solidario del deporte, que se ha volcado de lleno con la crisis ucraniana. El Espanyol y el Teruel fletaron autobuses para traer refugiados, el Real Madrid donó un millón de euros a Cruz Roja y Acnur; el Alavés y el Baskonia han cedido sus taquillas; el Valencia, el Levante y el Huesca han acogido a 29 futbolistas… La respuesta ha sido inmediata, aunque en el caso de Dnipro Kids, la solidaridad con Ucrania comenzó hace 17 años como empiezan los grandes proyectos: de modo casual.

Dnipro 5 - Hibernian 1


“En 2005, el Hibernian FC jugó contra el FC Dnipro en Ucrania una eliminatoria de la UEFA. Allá nos fuimos algunos hinchas, con Steve Carr, el presidente de Dnipro Kids, a la cabeza. El partido no resultó muy allá. Perdimos 5-1 y quedamos eliminados. Pero aquel viaje fue mucho más importante para nosotros que un resultado y no únicamente por la degustación de bebidas locales”, cuenta a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA sobre la génesis del proyecto Duncan MacRae.  

En aquel desplazamiento no hubo incidentes. Al revés, fuera de todo estigma, los ‘hooligans’ del equipo escocés no se toparon con los ‘ultras’ del este. Descubrieron al detalle la cuarta ciudad más poblada del país y comprendieron sus necesidades, sobre todo las de los más pequeños.

“Cuando regresamos, lo hicimos con grivnas (la moneda de Ucrania) de más que no nos servían, así que le preguntamos a Carr si podíamos donarlas a algunos de los orfanatos de Dnipro. De este modo, nació Dnipro Kids”, relata MacRae sobre un proyecto que se ha convertido en un orgullo para su propio club: el Hibernian FC colabora activamente con sus iniciativas y ha sido un actor clave en la ayuda que le están brindando a los refugiados.

Club histórico

Los 'Hibs', fundados en 1875, son uno de los equipos más importantes de Escocia después del binomio del Celtic y del Rangers. Curiosamente, fue el primer británico en jugar la Copa de Europa en 1955 debido a la negativa del Chelsea a participar, por considerarla un torneo menor. 

Los impulsores del Hibernian fueron inmigrantes irlandeses, una herencia que aún se refleja en los colores y escudo. Su origen también ha contribuido a que el carácter social tenga peso en el día a día, más si cabe porque como ocurre con otros clubes británicos, a su alrededor tiene una comunidad cohesionada e implicada en la vida de sus equipos.

Así, la comunidad virtual Hibs.net ha donado 22.000 libras para Dnipro Kids. Y no solo ellos, el Heart of Midlothian, su gran rival con el que juegan el Derbi de Edimburgo, realizó otra aportación a la Hanlon Stevenson Foundation, organización fundada por dos exjugadores de los hibs, Paul Hanlon y Lewis Stevenson, que están ayudando a la entidad caritativa de aficionados en su empeño por rescatar y darles una nueva vida para los niños.

Cuestión de estado

La iniciativa Dnipro Kids no es una más. Fue cuestión de Estado. Nada más iniciarse la invasión de Rusia, el 24 de febrero, activaron los mecanismos para rescatar a los niños de los siete orfanatos con los que llevaban años colaborando, tal y como recuerda Duncan MacRae. 

Sin embargo, hasta el 24 de marzo no consiguieron que la expedición de los refugiados tomara tierra en Edimburgo. “Un mes de trámites angustiosos a causa de los trámites migratorios de Reino Unido. Autobuses, desplazamiento a Lviv y estancia en Polonia hasta al fin llegar a Escocia”, relata uno de los promotores de una iniciativa que llegó a ser objeto de debate en el Parlamento de Reino Unido.

“Es imprescindible que el Gobierno británico sea consciente de una vez por todas de la situación. Que elimine las barreras y los retrasos innecesarios para apoyar a los niños y a las familias que viajan con Dnipro Kids”, exclamaba Ian Blackford, líder en la Cámara de los Comunes del Scottish National Party (SNP), el partido que gobierna en Escocia, un territorio europeísta, enfrentado a Londres y con fuerte raigambre nacionalista. 

La propia primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon (SNP), recibió el 24 de marzo a los 54 niños desplazados, incluido uno de un año y otro de dos, junto a sus tutores legales, procedentes de Polonia. “Sé que preferirían estar en casa, en Ucrania, pero aquí encontrarán amor, atención y apoyo durante el tiempo que necesiten. Todo el mundo aplaude esta iniciativa”, expresaba Sturgeon. 

Para Dnipro Kids, esta experiencia es la respuesta a un proceso en el que han trabajado durante años, en asociación con trabajadores sociales de la ciudad como Ira Polyashova, fallecida en 2015, y cuyo legado fue recogido por su hija, Natalie. 

Ellas forman parte de una red de apoyo mutuo que mantiene los siete orfanatos con los que trabaja la asociación y para los que han comprado todo tipo de mobiliario y enseres. En estas instituciones existen una serie de ‘padres’ que tutorizan a los niños, tal y como cuenta MacRae, que se responsabilizan de su cuidado incluso cuando superan la mayoría de edad.

'Children of war'

“Técnicamente, se quedan fuera del sistema. Antes, tenían que valerse por sí mismos, pero hemos conseguido construir algunos adosados a los orfanatos para que los mayores puedan estudiar o trabajar, pero sin separarse de la unidad familiar que se crea en el orfanato”, cuenta el voluntario de una asociación que no está pidiendo acogidas individuales, sino que busca lugares en Edimburgo donde puedan residir esos núcleos que se han creado. 

No hay viaje de vuelta, por ahora, como en 2014, cuando estalló la Guerra del Donbás. “Dnipro no se vio afectada en ese momento, pero un orfanato del este del país contactó con nosotros para ver si podíamos suministrarles artículos esenciales. Fue un momento aterrador, como ahora. Los niños son testigos de la guerra. Han visto cadáveres, y eso es algo con lo que no deberían lidiar nunca”, cuenta MacRae.

En 2016, bajo la iniciativa Children of War, llegaron decenas de niños para una estancia de un mes en Escocia. Huérfanos que perdieron a sus padres en el conflicto y que formaron parte de “un proyecto de recuperación emocional”. 

Los voluntarios de Dnipro Kids viajaban con frecuencia a los orfanatos hasta el estallido de la pandemia. “Organizábamos excursiones para que pudieran conocer otras partes de su país. Les encantaba Lviv, especialmente. También visitar la playa. Uno de sus lugares favoritos es Jarkov, porque allí hay un increíble parque acuático. ¡Teníamos que sacarlos a rastras! Por desgracia, ha sido una de las ciudades que han destruido los rusos…”, lamenta el aficionado del Hibernian. 

Desaparición

Durante estos años de colaboración, su primer nexo con Ucrania, el FC Dnipro, desapareció, como tantos otros equipos del país, atosigado por las deudas. “Fue triste. La gente ama a sus clubes de fútbol y son parte importante de la vida de algunas personas, como nosotros. Me sentí mal por los colegas que perdieron parte de su historia. Por supuesto, esto es incomparable con la guerra y la vida. El fútbol es, sin más, la cosa más importante de las menos importantes”, reflexiona el voluntario de Dnipro Kids, que sorteó como pudo el impacto del Covid-19.

“Los huérfanos tuvieron un sinfín de problemas para seguir las clases”, recuerda. No había ordenadores suficientes para todos, pese a la donación de algunas unidades de segunda mano que hizo la operadora Kyvstar en 2016. 

Ordenadores

“Así que armamos una campaña de crowdfunding para conseguir seis portátiles. Igualmente, nos aseguramos de que todos los niños siguieran recibiendo un regalo por su cumpleaños y por Navidad, tan valioso como las necesidades básicas para su memoria emocional”, explica MacRae, retratando el completo plan de apoyo que han desarrollado con “miles de niños, no sabría ni decir cuántos” a los que han ayudado desde 2005.

Lo que peor llevaban desde Dnipro Kids era la distancia con sus apadrinados. La guerra ha roto todos los márgenes. No era así como lo habían imaginado, pero 54 niños han encontrado una segunda oportunidad a 3.500 kilómetros de casa. 

Este sábado, Katya y sus hermanos -el tratamiento que se dan, como gran familia- estarán en las puertas del Easter Road, el estadio del Hibernian que han visitado más de una vez. Con los tradicionales cubos de las colectas benéficas. Lo harán de local, pues allí nunca han sido visitantes.

Ataviados con la camiseta verde y blanca del club, buscando la ayuda que necesita su país, del que han sido expulsados por el invasor. “¡Qué atroz, es difícil imaginar cómo realmente se sienten! Son muy valientes”.

¿Cómo se puede colaborar con Dnipro Kids?

La forma más sencilla de apoyar a Dnipro Kids es hacer una donación o convertirse en patrocinador de los orfanatos. Los colaboradores reciben actualizaciones periódicas sobre los orfanatos y lo que sucede con los niños, para que puedan estar conectados con ellos.