Clima y deporte

El cambio climático pone en alerta a los Juegos Olímpicos de invierno

El calentamiento global ya está reduciendo, y reducirá aún más en las próximas décadas, la lista de emplazamientos en los que se podrán celebrar los Juegos Olímpicos de Invierno en condiciones óptimas para los deportistas

La esquiadora española Nuria Pau, en los Juegos Olímpicos de invierno.

La esquiadora española Nuria Pau, en los Juegos Olímpicos de invierno. / EUROPA PRESS

Ramón Díaz

Un estudio realizado por un equipo internacional de investigadores dirigido por la Universidad de Waterloo (Canadá) y publicado por la revista 'Current Issues in Tourism' ha concluído que el calentamiento global ya está reduciendo, y reducirá aún más en las próximas décadas, la lista de emplazamientos en los que se podrán celebrar los Juegos Olímpicos de Invierno en condiciones óptimas para los deportistas.

"Si las emisiones globales de gases de efecto invernadero no se reducen drásticamente, a finales de este siglo solo una de las 21 ciudades que han albergado hasta ahora los Juegos Olímpicos de Invierno podría volver a ser sede olímpica con condiciones justas y seguras para los deportistas: Saporo, en Japón", concluye el informe. "Todos los aspectos de la sociedad se verán afectados por el cambio climático global y el deporte no es una excepción", zanja.

El estudio deja abierta una puerta a la esperanza: si se cumplen los Acuerdos de París, en especial lograr un escenario de bajas emisiones y no superar los 1,5 ºC por encima de los niveles preindustriales, el número de sedes históricas que podrían volver a recibir los Juegos de Invierno serían nueve en 2050 y ocho a final del siglo.

La esquiadora italiana Sofia Goggia

La esquiadora italiana Sofia Goggia / Agencias

Los investigadores –canadienses, austriacos y estadounidenses– han recabado datos históricos, modelos de previsión del cambio climático y valoraciones de 339 atletas y entrenadores de élite de 20 países.

Los atletas expresaron su inquietud por el futuro del deporte y la necesidad de que el mundo del deporte sea "una fuerza poderosa para inspirar y acelerar la acción climática". Y abogan por "un cambio serio en el mundo".

Apoyar la descarbonización

"La geografía de los Juegos Olímpicos de Invierno cambiará bajo todos los escenarios de cambio climático; radicalmente si las emisiones globales se mantienen en la trayectoria de las últimas dos décadas", alertan los investigadores.

"Los impactos mucho más moderados asociados con las vías de bajas emisiones consistentes con los objetivos de cero neto para 2050 del Acuerdo Climático de París ofrecen otra razón más para apoyar la rápida descarbonización de la economía global", añade el texto.

"La creciente amenaza que el cambio climático representa para los Juegos de Invierno y el deporte en general no puede ser resuelta solo por el Comité Olímpico Internacional (COI), las organizaciones deportivas y los atletas y entrenadores, sino que requiere "una respuesta de toda la sociedad a este gran desafío", recoge el apartado de conclusiones del estudio.

Un momento de la inauguración de los Juegos

Un momento de la inauguración de los Juegos / efe

No obstante, en sus comentarios de la encuesta, atletas y entrenadores enfatizan que las organizaciones deportivas internacionales, como el COI, sí son "las más responsables e influyentes en la comunidad deportiva para el liderazgo sobre el cambio climático".

"La comunidad deportiva altamente influyente y sus atletas famosos son una fuerza potencialmente poderosa para unir, inspirar y acelerar el cambio necesario para una de las transiciones sociales más importantes de la historia", añaden los científicos. De hecho, el COI ya ha reconocido el riesgo que el cambio climático representa para los Juegos y su responsabilidad de liderar la acción climática.

La investigación detalla que existe "evidencia limitada, pero creciente", sobre las interconexiones entre el deporte y el cambio climático. Por un lado, "la infraestructura deportiva, las organizaciones, los eventos y la participación y el desarrollo de los atletas se ven y se verán cada vez más afectados por las manifestaciones regionales de los cambios en el clima".

Deporte bajo en carbono

Por otro lado, muchos aspectos del deporte (infraestructura, eventos, viajes de equipos/jugadores, turismo deportivo...) son "altamente intensivos en carbono y se verán afectados por las políticas climáticas, como la fijación de precios del carbono a nivel nacional y subnacional y los objetivos de reducción de emisiones, particularmente para el transporte y los edificios".

El objetivo ha de ser caminar hacia "un deporte bajo en carbono y resistente al clima que se alinee con el Acuerdo Climático de París", indican los autores del estudio, titulado 'El cambio climático y el futuro de los Juegos Olímpicos de Invierno: perspectivas de atletas y entrenadores'.

Pero aún hay lagunas de conocimiento: "Las implicaciones directas e indirectas de los impactos del cambio climático y las respuestas de los gobiernos, las empresas, las organizaciones deportivas y los aficionados para el mercado mundial del turismo deportivo, que según algunas estimaciones podría alcanzar más de 1,8 billones de dólares en 2030, siguen sin explorarse en gran medida", señala el documento.

Preparativos de los Juegos de Invierno de Pekín

Preparativos de los Juegos de Invierno de Pekín / Reuters

El informe resalta que las Naciones Unidas, en colaboración con diversas organizaciones deportivas y casi otras 300 organizaciones, lanzaron el 'Marco de Deportes para la Acción Climática en 2018' (UNFCCC, 2018), cuyo objetivo general es reducir las emisiones de gases de impacto invernadero relacionadas con los deportes, de conformidad con los objetivos basados en la ciencia establecidos en el Acuerdo Climático de París, para que el deporte se convierta en una "herramienta unificadora para promover la alfabetización y la acción climática entre los ciudadanos del mundo".

Lograr la 'neutralidad climática'

Entre los compromisos adquiridos por los impulsores del marco figuran incorporar el cambio climático de manera integral en su estrategia comercial, medir las emisiones asociadas con su organización y eventos, y desarrollar una estrategia para lograr la 'neutralidad climática'. El primer paso sería reducir las emisiones un 50% para 2030 (a partir de la referencia de 2019) y alcanzar el cero neto, a más tardar, en 2050.

"Más allá de un espectáculo que personas de todo el mundo seguirán, los Juegos de Invierno de este año (se disputan desde el pasado día 4 en Pekín) deberían suscitar el debate sobre el futuro", detalla otro estudio realizado en el Reino Unido por investigadores del Sport Ecology Group de la Universidad de Loughborough y la asociación Protect Our Winters.

Las conclusiones son idénticas a las de la investigación canadiense. "El riesgo está claro: el calentamiento provocado por las actividades humanas amenaza el futuro a largo plazo de los deportes de invierno" y "reduce el número de lugares de acogida adaptados para Juegos de Invierno". De las 21 sedes que han acogido los Juegos de Invierno desde 1924, solo diez podrían recibirlos en 2050 con caídas de nieve naturales suficientes, y únicamente seis en 2080 en un escenario de altas emisiones, concluyen los autores del estudio.

"Los Juegos de Invierno de 2022 deberían suscitar el debate sobre los límites de la fabricación de entornos naturales artificiales", añaden los investigadores británicos, en referencia a que los Juegos de Pekín serán los primeros en depender en gran medida de la nieve artificial.

Según el informe, publicado también en 'Current Issues in Tourism', más de 100 generadores de "nieve falsa" y 300 cañones trabajarán sin descanso en la sede china para cubrir las pistas de esquí, con el gasto energético y de agua que ello requiere.

Estudio canadiense: https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/13683500.2021.2023480

Estudio británico: https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/13683500.2014.887664