JUEGOS OLÍMPICOS

A tres semanas de Pekín 2022: entre el boicot diplomático y el temor al Covid, a la carne y al espionaje

La tensión geopolítica entre varias potencias capitalistas y China marca la aproximación a los Juegos Olímpicos de invierno que arrancan el 4 de febrero

Reino Unido, EEUU y Países Bajos han recomendado a sus deportistas que no lleven consigo sus teléfonos personales y Alemania les insta a evitar el consumo de carne local

El Gobierno de España solo se sumaría al boicot si lo impulsara la Unión Europea, algo poco probable dadas las diferencias de criterio entre los distintos países

Imagen de archivo de las mascotas de los Juegos Olímpicos de Pekín 2022.

Imagen de archivo de las mascotas de los Juegos Olímpicos de Pekín 2022. / Dpa

Sergio R. Viñas

Sergio R. Viñas

Faltan solo tres semanas para que la bandera olímpica vuelva a ondear, apenas seis meses después de que se apagara la llama de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. La vecina Pekín tomará el relevo con los Juegos de Invierno, marcando un hito histórico, dado que la capital china será la primera de la historia en albergar las citas estivales (lo hizo en 2008) e invernales.

Sin embargo, no es la parcela deportiva la que está marcando estas semanas previas a la ceremonia de inauguración que se celebrará el 4 de febrero en el Estadio Nacional de Pekín, sino las tensiones diplomáticas del gigante asiático con varias de las principales potencias capitalistas y los miedos que invaden a algunos de esos países. Además, por supuesto, de las incertidumbres derivadas de la crisis del Covid-19.

Hasta el momento, y no está previsto que vaya a cambiar, ningún comité olímpico nacional ha anunciado la drástica decisión de boicotear deportivamente la cita olímpica, es decir, no enviar a sus deportistas a Pekín, como ya pasó durante la Guerra Fría en las ediciones de invierno de Moscú 1980 y Los Ángeles 1984, como ejemplos más significativos.

Sí habrá boicots diplomáticos de diferente intensidad, alentados y promocionados por Estados Unidos, si bien el primer país que abrió la veda fue, de forma sorprendente, Lituania. La nación báltica puso sobre la mesa la violación de derechos humanos que se produce en China, en especial la referencia a la represión de la minoría uigur, para justificar su decisión de no enviar representantes gubernamentales.

EEUU, Reino Unido, Japón...

El anuncio lituano se produjo el 3 de diciembre, tres días antes de que Estados Unidos tomara la misma decisión, apoyada en los mismos argumentos. A partir de entonces, se produjo una cascada de boicots diplomáticos de países aliados con la potencia americana: Reino Unido, Australia, Canadá, Japón, Bélgica...

"El deporte no tiene nada que ver con la política y los Juegos Olímpicos no es el lugar para el postureo político. Quienes se han unido a este error van a tener que pagar un precio por ello", respondió el gobierno chino a través de su portavoz de Exteriores, Wang Wenbin.

España decidió entonces tomar distancia con la polémica y no sumarse a la cascada de anuncios de boicot. Tras el Consejo de Ministros del 9 de diciembre, la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, apeló a "conformar posición con los socios europeos".

Fuentes del Gobierno han explicado a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA que la postura española sigue siendo esa. Dado que la Unión Europea no ha fijado una política común al respecto (Francia, por ejemplo, se posicionó abiertamente en contra de la medida a través de su presidente, Emmanuel Macron), la previsión es que España envíe representantes institucionales, como en cualquier otra cita olímpica, pero no hay decisión definitiva.

Carne y móviles

Pero más allá de cuestiones índole política, la desconfianza hacia China se extiende por varios países. Esta misma semana, la Agencia Alemana Antidopaje recomendó a sus deportistas que eviten el consumo de carne local durante su estancia en Pekín y que ciñan su alimentación a las pautas que reciban de los nutricionistas de su comité olímpico.

El motivo de dicha indicación tiene que ver con los procesos de producción de carne del país asiático y los riesgos de que pueda estar contaminada por clembuterol, una sustancia que se hizo célebre en su momento por el positivo de Alberto Contador en el Tour de Francia del año 2010.

Muy diferente es la recomendación que ha llegado desde Países Bajos y Reino Unido hacia sus deportistas, relativa a su privacidad. El comité olímpico neerlandés ha instado a sus deportistas y demás miembros de sus delegaciones a no llevar consigo a la cita olímpica sus teléfonos móviles y otros dispositivos como tablets y ordenadores portátiles y se ha comprometido a proporcionarles otros que serán destruidos tras regresar de Pekín.

El motivo, según han publicado varios medios de Países Bajos, es el temor a que las autoridades chinas espíen sus actividades y su información personal. Reino Unido y EEUU se ha sumado a esta decisión, dando libertad a sus deportistas para decidir si llevan sus propios dispositivos o si prefieren que el comité olímpico nacional les proporcione unos provisionales para su viaje a China.

El Comité Olímpico Español (COE), consultado por este periódico, ha descartado sumarse a esta decisión y seguirá la política habitual en citas de esta envergadura: proporcionar teléfonos móviles locales a los llamados jefes de equipos para facilitar la comunicación entre ellos durante la competición.

Burbuja covid

El último foco de preocupación de cara a los Juegos es el Covid-19. El COI y los organizadores ya han garantizado que la celebración de Pekín 2022 no corre peligro, si bien los protocolos van a ser muy estrictos para todos los implicados en la cita.

Habrá público en las gradas, pero con aforos limitados y sin presencia de aficionados extranjeros. A competidores y miembros de las delegaciones se les exige certificado de vacunación, una medida abierta a exenciones médicas que en la práctica carecen de utilidad, dado que llevan aparejada la obligación de estar confinado en una habitación durante 21 días.

Todos aquellos implicados en los Juegos o en su organización convivirán en una burbuja al margen del resto de la ciudad, incluso con medios de transporte propios. Tal será el aislamiento que Pekín ha recomendado a sus ciudadanos que no se acerquen a personal implicado en los Juegos, ni siquiera en caso de accidente de tráfico.

Ni móviles propios, ni carne local, ni asistencia ciudadana en caso de accidente, ni representantes políticos en las gradas. Unos Juegos más bien extraños para algunos de los participantes.