FÚTBOL

¿Por qué los clubes españoles no salen a Bolsa? La excepción del Intercity

El conjunto alicantino de Segunda RFEF se convertirá este viernes en el primero del país en saltar al mercado bursátil

Equipos europeos como Tottenham, Manchester United, Juventus y Dortmund ya han apostado por esta vía

Directivos y jugadores del Intercity celebran su ascenso a Segunda RFEF, el pasado mayo.

Directivos y jugadores del Intercity celebran su ascenso a Segunda RFEF, el pasado mayo. / José Navarro

Sergio R. Viñas

Sergio R. Viñas

La Bolsa de Madrid vivirá este viernes un hito histórico para el fútbol español. El Intercity de Alicante será el primer equipo nacional que se incorpore al mercado de valores, a un precio inicial de 1,20 euros la acción. Un momento histórico protagonizado por un modesto club que compite en la Segunda RFEF, la cuarta categoría española, a la que ascendió este verano tras dos cursos en Tercera. “Nos seguirán 15 o 20 clubes en no mucho tiempo”, vaticinan los impulsores de la operación.

La estrategia del Intercity es clara. Se trata de un proyecto muy nuevo, fundado en 2017 en la regional valenciana y transformado en Sociedad Anónima Deportiva (SAD) hace menos de un año, que planea alcanzar en pocos años la Segunda División. Asume que durante el trayecto será una empresa deficitaria y busca en la Bolsa la financiación que le permita ampliar su capital y dotar a la entidad del músculo necesario para alcanzar el fútbol profesional. Una vez ahí, los derechos televisivos deberían convertirle en un proyecto rentable, según el plan de negocio elaborado por los que ahora son sus máximos accionistas.

El movimiento es nuevo en España, pero no en Europa. El club pionero en el continente en salir a Bolsa fue el Tottenham Hotspurs, que se lanzó a la aventura en 1983 con el objetivo de paliar su abultada deuda, que por aquel entonces se elevaba por encima de los 900 millones de pesetas, cerca de seis millones de euros de la época.

Por toda Europa

En los años posteriores, muchos clubes ingleses se introdujeron también en mercados bursátiles, aunque todos ellos acabaron saliendo tiempo después. La única excepción, al margen del club londinense, es el Manchester United, que decidió regresar a Bolsa en 2012, tras su adquisición por parte de sus actuales dueños estadounidenses, la familia Glazer.

Fuera de Reino Unido, existen también un buen puñado de ejemplos en países como Italia (Juventus, Lazio y Roma), Portugal (Sporting, Oporto y Benfica), Dinamarca y Turquía y, además de clubes importantes en otras naciones, como el Ajax de Ámsterdam, el Borussia Dortmund y el Olympique Lyonnais. Todos ellos estuvieron incluidos en Stoxx Europe Football, un índice que realizó entre 2002 y 2020 un seguimiento las cotizaciones de todos los clubes europeos de fútbol.

Cuatro excepciones

Ahora bien, ¿por qué hasta ahora ningún equipo español se había lanzado a los mercados bursátiles? No se trata de un problema legal, puesto que la Ley del Deporte no impide a las SAD dar ese paso. Sí es una vía prohibida para los cuatro clubes deportivos que permanecen en la élite (Real Madrid, Barcelona, Athletic y Osasuna), que son propiedad de sus socios.

“El principal obstáculo es el miedo de los propietarios a perder el control de los clubes, es un riesgo que no desean correr”, analiza un ex presidente de Primera División. En los últimos años se han producido tanteos de algunos clubes de Primera para explorar esa vía, con reuniones de consejos de administración con consultorías de primer nivel para analizar las posibilidades de salir a Bolsa, pero por el momento no ha cuajado ninguno.

La propia LaLiga, a través de su director general, Javier Gómez, animó públicamente a sus clubes hace tres años a dar el salto a los mercados bursátiles. “Salir a Bolsa implica mayor transparencia y ofrecer mayor credibilidad, porque estás muy controlado y cualquier hecho que tú hagas se considera relevante y lo tendrás que anunciar. Para LaLiga es bueno”, explicaba Gómez en 2018.

Impulso de LaLiga

“En el caso de un club que triunfa y que es estable, a lo mejor no tiene sentido que salga a Bolsa, pero en el de uno con deudas y que quiera crecer más rápidamente, quizá sí que lo tenga”, añadía en su momento el máximo ejecutivo de LaLiga. La patronal manejaba incluso la posibilidad de que a partir de 2020 alguna entidad explorara ese camino, plazos que la pandemia hizo saltar por los aires.

“Creo que no sería un producto atractivo para los potenciales inversionistas, no van a encontrar en el fútbol los incentivos que sí les pueden ofrecer otros sectores. En un club de fútbol, por mucho que tengas parte de la propiedad, aunque sea importante, sabes que los que mandan al final del día son los aficionados”, analiza, por su parte, un ex directivo de Primera, que apela también a la concentración de poder que se produce en el fútbol, industria en la que una persona o un grupo reducido suelen ostentar la mayoría accionarial. Realidades que desincentivan una potencial inversión bursátil.

La propia cultura del fútbol en España es otro potencial obstáculo, dado que no es habitual el reparto de dividendos al cierre de los ejercicios. Hasta hace pocos años, en los que LaLiga ha intensificado considerablemente los controles financieros para evitar los desmanes del pasado, la falta de transparencia de las entidades era otro obstáculo importante para que los propietarios dieran el paso de acceder a los mercados bursátiles. Quizá eso cambie pronto. El Intercity ya ha puesto la primera piedra.