DOPAJE

¿Si los porros no mejoran el rendimiento, por qué son dopaje? La AMA lo revisará

Antidopaje ha abierto un proceso para revisar la prohibición del cannabis, una sustancia vetada en las competiciones deportivas pese a que no favorece el rendimiento

La atleta estadounidense Sha'Carri Richardson durante una competición reciente.

La atleta estadounidense Sha'Carri Richardson durante una competición reciente. / Harry How / Getty

Sergio R. Viñas

Sergio R. Viñas

¿Es justo que un deportista no pueda disputar unos Juegos Olímpicos porque se ha fumado un porro? Hoy, justo o no, es eso lo que sucede. Le ocurrió hace unos meses a Sha’Carri Richardson, velocista estadounidense cuya mínima en los 100 metros lisos, la que era séptima mejor marca de la historia, fue anulada porque dio positivo por THC (el constituyente psicoactivo del cannabis), lo que la dejó fuera de Tokio 2020. La presión ejercida por la propia Richardson y por agentes del deporte estadounidense ha empujado a la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) a anunciar una decisión: en los próximos meses revisará la consideración del cannabis como una sustancia prohibida. En 2022 lo seguirá siendo, pero abre la puerta a que su consumo en 2023 quede completamente despenalizado en el ámbito deportivo.

En la actualidad, el cannabis está prohibido en todos los deportes federados durante los periodos de competición. Eso implica que su consumo, en cualquiera de sus formas, es libre durante las vacaciones o en fases de entrenamiento. La teoría y la práctica, sin embargo, entran en colisión. “A diferencia de otras drogas, el cannabis es lipofílico. Eso quiere decir que cuando alguien fuma un porro, el THC se almacena en el tejido graso y los metabolitos que se generan se van liberando al torrente sanguíneo poco a poco. Si me fumo un porro hoy y tengo una competición en una semana, puede ocurrir que dé positivo, sin que signifique que estoy bajo el efecto del cannabis”, detalla Onintza Sagredo, miembro de la Sociedad Española de Investigación sobre Cannabinoides y profesora de Medicina de la Universidad Complutense.

Si me fumo un porro hoy y tengo una competición en una semana, puede ocurrir que dé positivo

El CBD sí es legal

La excepción es el cannabidiol o CBD, un componente no psicoactivo cuyo uso fue legalizado por la AMA en 2020 y que se está popularizando en forma de aceites para contribuir a la recuperación física y la relajación muscular. El debate, por tanto, se centra en el THC, el cannabis recreativo que se suele consumir en forma de porro de marihuana o hachís. “El proceso pasa por evaluar nueva información científica y médica sobre los efectos de la sustancia y confrontarla con la información anterior que dio lugar a la prohibición. También se toma nota de los cambios en las prácticas regionales, así como en las regulaciones internacionales”, explican a este periódico desde la AMA. En la actualidad, las sanciones impuestas son ‘blandas’, de pocos meses, lejos de los dos años de las sustancias puramente dopantes.

Para encarar este debate es necesario realizar una puntualización previa. No todas las sustancias que mejoran el rendimiento están prohibidas y no todas las que están prohibidas provocan mejoras en el rendimiento. La lista de productos vetados por la AMA la componen aquellos que cumplen con al menos dos de los tres siguientes requisitos: que contribuyan artificialmente a aumentar la capacidad atlética de los deportistas, que pongan en riesgo la salud y que sean contrarios al “espíritu del deporte”. La cuestión, por tanto, se centra en replantear si el cannabis incumple o no al menos dos de estos tres condicionantes.

Efectos negativos

Resulta obvio que es una sustancia potencialmente dañina para la salud de quienes la consumen, como lo es cualquier droga, sea legal o no. Queda discernir si mejora el rendimiento de los deportistas y si su consumo es ético o no. “Las evidencias científicas son escasas, porque es un tema que no se ha investigado en exceso, pero todo apunta a que no”, apunta Jordan Santos-Concejero, doctor en Fisiología del Deporte y profesor de la Universidad del País Vasco, que cita el artículo ‘Cannabis y rendimiento deportivo’ (Burr, Cheung, Kasper, Gillham y Close), la publicación más reciente hasta la fecha. En ella, los investigadores revisan toda la literatura científica existente (la mayoría producida en los años 80 y 90), de la que se extrae la conclusión de que el THC perjudica más de lo que beneficia el rendimiento deportivo. Con respecto al CBD, su potencial para favorecer la recuperación tras un esfuerzo importante se presenta como una hipótesis probable, pero no suficientemente respaldada por la ciencia.

No hay ningún dato fidedigno que diga que el consumo de cannabis pueda mejorar el rendimiento deportivo

“No hay ningún dato fidedigno que diga que el consumo de cannabis pueda mejorar el rendimiento deportivo. Al contrario, es una sustancia que puede producir sequedad en la boca, somnolencia, aumento de la ansiedad, pérdida de concentración, descoordinación motora… No parecen efectos beneficiosos para el rendimiento deportivo. Acaso el CBD podría llegar a favorecer el descanso tras un gran esfuerzo, pero nada más”, coincide Sagredo.

Un debate ético

El meollo de la cuestión, por tanto, está en el aspecto ético, en decidir si consumir cannabis contraviene o no el “espíritu del deporte”, una expresión muy subjetiva que se define de la siguiente manera en código de la AMA: “La aspiración ética de la excelencia humana a través de la buscada perfección del talento natural de cada atleta. Es la celebración de la mente, el espíritu y el cuerpo humano y la persecución de una serie de valores”. Entre ellos, cita la salud, la educación, el respeto a las reglas, la ética, el juego limpio, la honestidad, el trabajo en equipo…

Que la AMA admita el consumo de esta sustancia puede dañar la imagen del deporte

“Un deportista es en buena medida un referente para los jóvenes. Que utilice este tipo de sustancias podría proyectar una imagen del deporte que no es positiva, porque el cannabis es una sustancia que genera adicción. Ese es uno de los factores que puede considerarse contrario a la ética del deporte, seguramente el más determinante de todos. Que la AMA admita el consumo de esta sustancia puede dañar la imagen del deporte”, opina Rodrigo Pardo, profesor titular de la Facultad de INEF de la Universidad Politécnica de Madrid. que ha colaborado en proyectos de investigación de la AMA como experto en Ética del Deporte.

Alcohol y tabaco

“¿Es ético que la gente consuma una droga que está legalizada en muchos estados? ¿Es ético que un deportista se emborrache o que fume? Se podría argumentar que cada cual sabrá lo que quiere hacer con su vida o también que un deportista tiene que transmitir un cuerpo sano en una mente sana y a lo mejor eso va reñido con las drogas de abuso. Pero el tabaco y el alcohol también lo son. Habrá que ver dónde ponemos el listón”, replica Sagredo. En la actualidad, la marihuana sólo es legal en una decena de países en el mundo, si bien también lo es en muchos estados de EEUU.

En España, esta misma semana se retomó el debate en el Congreso para su posible legalización, o al menos para un progresivo aperturismo. La postura contraria del PSOE, unida a la firme oposición de PP y Vox, tumbó una iniciativa que contó con el apoyo de casi todos los partidos de izquierdas, nacionalistas y también de Ciudadanos.

Dos deportistas profesionales que en el ámbito más privado reconocen que consumen ocasionalmente cannabis en periodos vacacionales han declinado hacer declaraciones, pues temen que el impacto de sus palabras les pase factura con sus patrocinadores o clubes y afecten por tanto a su carrera deportiva. Permitido o no, el cannabis permanece aún como un tabú más social que deportivo. Porque una cosa es que se acabe eliminando de la lista de sustancias prohibidas por parte de la AMA y otra muy distinta que un deportista, en especial en Europa, vaya a hacer bandera de su consumo.

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