OBITUARIO
Fallece Mario Vargas Llosa, coloso de la literatura en español
El escritor peruano, Premio Cervantes y Premio Nobel de Literatura, ha fallecido en Lima a los 89 años de edad

Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura. / DAVID CASTRO
La familia de Mario Vargas Llosa ha confirmado esta madrugada el fallecimiento del escritor a consecuencia de una enfermedad hemática que sufría desde hacía algunos años. A pesar de que hacía ya unos meses que los círculos literarios esperaban el fatal desenlace debido a la extrema gravedad de la salud del Premio Nobel, no por esperada, la noticia ha dejado de conmocionar al mundo de la cultura.
“Con profundo dolor, hacemos público que nuestro padre, Mario Vargas Llosa, ha fallecido hoy en Lima, rodeado de su familia y en paz. Su partida entristecerá a sus parientes, a sus amigos y a sus lectores, pero esperamos que encuentren consuelo, como nosotros, en el hecho de que gozó de una vida larga, múltiple y fructífera, y deja detrás suyo una obra que lo sobrevivirá", se puede leer en el comunicado hecho público por su hijo Álvaro Vargas Llosa. "Procederemos en las próximas horas y días de acuerdo con sus instrucciones. No tendrá lugar ninguna ceremonia pública. Nuestra madre, nuestros hijos y nosotros mismos confiamos en tener el espacio y la privacidad para despedirlo en familia y en compañía de amigos cercanos. Sus restos, como era su voluntad, serán incinerados”.
Con Vargas Llosa se va uno de los más grandes escritores universales, exponente del boom latinoamericano de los años sesenta y una figura clave de la intelectualidad del siglo XX, atento siempre a los movimientos culturales, sociales y políticos que le tocó vivir, los cuales analizó desde la crítica, el compromiso e incluso el activismo político.
Autor de una vasta obra narrativa, Vargas Llosa desarrolló tambilén una importante producción que abarca obras de teatro, cuentos infantiles, columnas de opinión y artículos periodísticos, sin olvidar las traducciones de clásicos franceses como Arthur Rimbaud y los ensayos sobre temas tan variados como Los miserables de Victor Hugo, Madame Bovary de Flaubert, la figura del autor peruano de Los ríos profundos, José María Arguedas, o la literatura del escritor uruguayo Juan Carlos Onetti.

Mario Vargas Llosa durante una entrevista en Madrid en el año 2022. / DAVID CASTRO
Nacido en Arequipa, Perú, en 1936, Mario Vargas Llosa tuvo una vida atravesada por la literatura hasta el punto de que, en varias ocasiones, biografía y obra se mezclaron, dando lugar a algunos de los libros más importantes de la literatura en español de la segunda mitad del siglo XX y del primer cuarto del XXI.
Sus primeros años de vida estuvieron marcados por el divorcio de su padres, separados antes de que él naciera, y el distanciamiento de su progenitor, con el que no volvería a tener contacto hasta los diez años de edad. Sería entonces cuando el niño descubriría que, en contra de lo que su familia materna le había confiado, el padre no había muerto sino que había formado una nueva familia con otra mujer de la que habían nacido dos hijos.
El shakespeariano reencuentro de Mario con el fantasma de su padre resultó traumático para el niño que, después de una década sin saber de él, no llevó nada bien el autoritarismo paterno, su desprecio por los intereses culturales y literarios del joven y la decisión de internarlo en el Colegio militar Leoncio Prado de la ciudad de El Callao. Esta experiencia le serviría de inspiración para su primera novela, La ciudad y los perros, una dinámica de creación que se repetiría también en Los jefes (1959), basado en un hecho acaecido mientas cursaba cuarto año de secundario en el Colegio San Miguel de Piura en 1952, y Los cachorros (1967), surgido de una noticia que conmocionó a la sociedad peruana de principios de los años 50.

Una fotografía de Mario Vargas Llosa de su paso por el Colegio militar Leoncio Prado. / ARCHIVO
Finalizada la academia militar y el bachillerato, en 1953 Mario Vargas Llosa se matriculó en la Universidad. Además de estudiar Derecho y Literatura, el futuro escritor comenzó a militar políticamente, primero en grupos de tendencia comunista y, posteriormente, en una organización vinculada a la democracia cristiana. Asimismo, el joven escritor comenzó a colaborar en diferentes cabeceras periodísticas y desarrollar otros trabajos relacionados con la escritura que, a pesar de su precariedad, resultarían clave cuando, unos años después, en 1955 y con tan solo 19 años, decidió casarse con Julia Urquidi.
El hecho de que la novia fuera hermana de su tía política por parte materna, divorciada y diez años mayor que él, provocó un escándalo en la familia Vargas Llosa, que retiró su apoyo a los contrayentes, los cuales se vieron obligados a salir adelante por sus propios medios. En consecuencia, a todos los esos trabajos que ya desempeñaba, Mario tuvo que añadir alguno más como, por ejemplo, redactor de Radio Panamericana, una vivencia que, junto a la boda y el escándalo, serían la base de La tía Julia y el escribidor. Publicada en 1977, la novela se convertirá en uno de sus títulos más celebrados por, entre otras cosas, la incorporación de recursos procedentes de la cultura popular como el folletín radiofónico, toda una paradoja, habida cuenta de que Vargas Llosa no había sido muy proclive a este tipo de literatura.

Vargas Llosa junto a Julia Urquidi en 1959. / ARCHIVO
Rumbo a Europa
En 1958, tras licenciarse en Humanidades con una tesis sobre Rubén Darío, Mario Vargas Llosa realizó un viaje por la Amazonia del que, una vez más, obtendría materiales, vivencias y documentación para novelas como La casa verde (1966) y Pantaleón y las visitadoras (1973), que sería adaptada al cine en 1976 por el propio escritor junto a José María Gutiérrez Santos y en 1999 por Francisco J. Lombardi.
Tras su periplo por la selva, el escritor y Julia Urquidi pusieron rumbo a Europa. Su primer destino sería Madrid, ciudad en la que Vargas Llosa realizó cursos de posgrado en la Universidad Complutense gracias a la beca Javier Prado. Posteriormente se instalarían en París, capital en la que el escritor entró en contacto con los círculos literarios y concluyó la escritura de La ciudad y los perros, novela galardonada con el Premio Biblioteca Breve 1962 que le abriría las puertas de la agencia literaria de Carmen Barcells que, a partir de entonces, se encargaría de gestionar sus contratos editoriales.
Sin embargo, el éxito literario vino acompañado del fracaso de su matrimonio. Unos meses después de recibir el premio, el escritor se separó de Julia Urquidi y, en 1965, contrajo matrimonio con otra de sus familiares, esta vez su prima Patricia Llosa Urquidi, con la que tendría tres hijos y de la que se divorciaría en 2015 para iniciar una relación con Isabel Preysler, personaje popular con quien que Vargas Llosa rompería su timidez y cautela, hasta el punto de aceptar participar en un documental para la plataforma Netflix.

Vargas Llosa junto a Patricia Llosa Urquidi en Lima (1967). / ARCHIVO
A mediados de los años 60, la carrera literaria de Vargas Llosa estaba prácticamente afianzada. Su novela La casa verde de 1966 había sido reconocida con los prestigiosos premios Rómulo Gallegos y Nacional de Cultura de Perú y, la aparición en 1969 de Conversación en La Catedral —ambiciosa novela sobre la sociedad peruana bajo la dictadura del general Manuel A. Odría—, terminó por confirmarlo como uno de los grandes escritores del boom latinoamericano, junto a nombres como José Donoso, Julio Cortázar y Gabriel García Márquez, escritor al que Vargas Llosa había dedicado su tesis doctoral en la Universidad Complutense y al que le unía una buena amistad. Al menos hasta que, en 1976, un enfrentamiento nunca del todo aclarado hizo que se distanciasen.
Según algunas fuentes, fueron los celos del peruano los que provocaron que, durante el estreno de una película, Mario Vargas Llosa le encajase al escritor colombiano un puñetazo en el ojo, al tiempo que le gritaba "Esto es por lo que le hiciste a Patricia" o, según otros testimonios, "Esto es por lo que le dijiste a Patricia". Dos frases que harían referencia a un supuesto flirt entre García Márquez y la esposa de Vargas Llosa. Sea como fuere, la agresión marcó un antes y un después en la relación entre ambos autores, la cual se fue haciendo cada vez más fría y distante por sus derivas políticas y las rencillas derivadas de sus respectivos éxitos literarios.
Mientras que García Márquez, reconocido con el Premio Nobel de Literatura en 1982, se mostraba cercano a la figura de Fidel Castro y de la revolución cubana, Mario Vargas Llosa se decantó por el neoliberalismo, concurrió a las elecciones presidenciales peruanas en 1990 cayendo derrotado ante Alberto Fujimori, y no recibió el deseado galardón literario del que ya disfrutaba su examigo hasta dos décadas después.
Las últimas décadas
Tras su derrota electoral, Mario Vargas Llosa abandonó Perú para radicarse en Europa, desde donde firmará sus colaboraciones periodísticas para diferentes cabeceras internacionales y escribirá títulos como Lituma en los Andes, reconocida con el Premio Planeta 1993, al que, un año más tarde, se sumará el Premio Cervantes y su incorporación como miembro de la Real Academia Española ocupando el sillón L. Una distinción que ya ostentaba desde 1977 en la Academia Peruana de la Lengua, desde 1987 en la Academia estadounidense de las Artes y las Letras de Estados Unidos y a las que se sumará, en 2021, la membresía en la Academia Francesa, a pesar de no haber escrito ninguna obra en dicha lengua.
Desde el punto de vista literario, el paso del siglo XX al XXI resultó muy fructífero para Mario Vargas Llosa. A pesar de haber perdido la ambición literaria de sus primeras novelas, el escritor peruano firmaría grandes éxitos de ventas como La fiesta del Chivo (2000), El paraíso en la otra esquina (2003) o Travesuras de la niña mala (2006), la única de sus novelas leídas por Tamara Falcó, hija Isabel Preysler que, desde 2014 fue la pareja del hispanoperuano.

Vargas Llosa junto a Isabel Preysler en la presentación de 'Encuentros con Mario Vargas Llosa' (2018). / EFE
El escritor y la celebrity, que habían tenido algún que otro escarceo amoroso en el pasado a espaldas de sus respectivas parejas, comenzaron una relación sentimental que llenó las portadas de las revistas del corazón y vació el patrimonio del escritor a consecuencia del que tal vez sea uno de los divorcios más complicados del mundo literario, sector en el que no abundan precisamente los autores que sean propietarios de apartamentos en Londres, Nueva York y tengan abultadas cuentas corrientes o carteras de activos.
No obstante, y a pesar de ese prometedor comienzo, la relación de Mario e Isabel no fue de las de contigo pan y cebolla y la pareja comenzó ver cómo su amor se desgastaba debido a sus diferencias en lo que se refiere a sus aficiones y a sus actividades profesionales. Mientras que Isabel logró que Mario accediera a acompañarla a fiestas y a salir en las portadas de ¡Hola!, el escritor no consiguió inculcar el interés por la cultura a ella que, en su descargo, dejó entrever que la relación no se había frustrado por su apatía cultural sino por los celos del peruano.
Sea como fuere, en 2023, ya separado de Isabel y cerca otra vez de Patricia y de su familia, Mario Vargas Llosa decidió retirarse de la literatura, dando a la imprenta una última novela. En ella narraba la historia de Toño Azpilcueta, un personaje aparentemente anodino que, en el Perú de los años 80 y las acciones de Sendero Luminoso, investigaba sobre la música criolla y afroperuana. Su título, Le dedico mi silencio, fue interpretado por muchos como una referencia despechada a su última pareja, una especulación que nunca fue confirmada por el escritor, al que esa costumbre de mezclar su vida y su obra, esta vez le habría jugado en contra.
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