ARTE

Madrid se redibuja: 16 artistas reinterpretan los símbolos de la capital en la Serrería Belga

Dieciséis artistas reinterpretan los símbolos de la ciudad con trazos, colores y miradas personales

Algunas de las obras de Ilustraweek Madrid.

Algunas de las obras de Ilustraweek Madrid. / CEDIDA

Madrid

Hay algo casi terapéutico en ver Madrid desde otro ángulo. En dejar que la ciudad, tan ruidosa, tan manoseada, se detenga un momento y se mire al espejo. Esa ha sido, en esencia, la propuesta de Icónica Madrid, la exposición que se ha inaugurado este martes en el patio de la Serrería Belga, dentro del marco del festival IlustraweekMadrid 2025: 16 ilustradores han redibujado algunos de los símbolos más reconocibles de la capital. No como homenaje, ni como postal bonita para turistas despistados, sino como ejercicio de apropiación artística. Madrid vista por quienes la caminan, la sobreviven y la piensan.

La exposición, comisariada por Esther Ordax y Rubén Arribas, se puede visitar hasta el 20 de abril. El espacio elegido, la Serrería Belga —un edificio centenario del Paisaje de la Luz, reconocido por la UNESCO—, no ha sido anecdótico: ha formado parte del discurso. Un icono que acoge iconos, un patio convertido en sala de exposiciones al aire libre. Un Madrid que, para una vez, no se esconde detrás de su arquitectura: la ha puesto al servicio del trazo.

Lo potente de la propuesta está en su diversidad. No hay línea editorial cerrada ni mirada única sobre qué significa “lo madrileño”. Aquí caben desde el bocata de calamares (David Despau, a bolígrafo) hasta los cines Callao (Teresa Wonka), pasando por el Rastro iluminado por Ana Jarén, la Fuente de Cibeles reinterpretada con motivos florales por Laura Breitfeld, o el Teatro Español, convertido en una explosión de color por Carmen Casado.

Uno de las obras que forman parte de Ilustraweek2025.

Uno de las obras que forman parte de Ilustraweek2025. / ANA JARÉN

“Son 16 iconos de Madrid, iconos que son experiencias, que son vivencias de los propios artistas”, ha dicho Ordax durante la presentación. No se ha tratado de una selección académica ni enciclopédica: han sido elecciones personales, fragmentos de ciudad filtrados por la memoria y la estética de cada autor. Los propios comisarios, en colaboración con los ilustradores, han definido qué lugares merecían convertirse en obra, pensando tanto en su simbolismo como en su potencial gráfico.

La exposición se ha desplegado a gran escala por el patio de la Serrería, creando un recorrido libre y visualmente imponente. Cada obra va acompañada de un código QR con el que el público puede escuchar al autor explicarla con sus propias palabras, aportando contexto y convirtiendo la experiencia en algo más íntimo, más directo.

Reinterpretación del oso y el madroño.

Reinterpretación del oso y el madroño. / EL DIOS DE LOS TRES

Algunos han apostado por lo emocional, como Sara Herranz, que ha retratado a dos chulapas desde una óptica íntima y contemporánea. Otros lo han hecho desde lo conceptual, como El Dios de los Tres, que ha reinterpretado la estatua del Oso y el Madroño con su simbología pop-chamanista habitual. Ha habido guiños a la historia de la ciudad, como el de Taquen, que ha resucitado a Quevedo y Góngora; y también a su arquitectura más discutida, como el de El Chico Llama, que ha convertido las Torres Blancas en un ejercicio de brutalismo ilustrado.

El gato de Bastet y el templo de acogida

Uno de los trabajos más comentados ha sido el de Buba Viedma, que ha presentado una figura híbrida entre el gato madrileño y la diosa egipcia Bastet. Su elección no ha sido casual: “El gato es como nosotros, los madrileños autónomos. Yo soy gato, pero no soy gato. Todos somos como de segunda generación. Pero al final, todos nos consideramos gato”, ha explicado.

Su obra dialoga con el Templo de Debod, otro de esos símbolos difíciles de explicar pero fáciles de querer. “Es una manera de hablar de cómo Madrid acoge y hace suyo un montón de culturas e iconos diferentes”, dice Viedma. “Me apetecía mucho hacerlo, coger Madrid y hacerlo mío”, añade. “No me suelen encargar este tipo de trabajos, así que le he metido bastante de mí mismo”.

Otro de los carteles presentados en Ilustraweek Madrid.

Otro de los carteles presentados en Ilustraweek Madrid. / CEDIDA

Al preguntarle por otras piezas que le hayan impresionado, no duda: “Me gusta mucho el de Carmen Casado, la sigo desde hace tiempo. Y el de Marga Castaño también, tiene un trazo muy fino”. Castaño, por cierto, firma también el cartel de la exposición, sobrio y directo, retratando la propia fachada de la Serrería Belga como si fuera un plano de película de Éric Rohmer.

Madrid como un bosque ilustrado

Más que una exposición al uso, Icónica Madrid se percibe como un paseo emocional. “Os podéis pasear por este bosque magnífico de ilustraciones”, ha dicho Esther Ordax. Las piezas, a gran formato, están acompañadas de audios accesibles mediante códigos QR donde los autores explican sus decisiones, sus referencias, su relación con los lugares ilustrados.

Marta Rivera de la Cruz, delegada de Cultura del Ayuntamiento, ha apuntado durante la inauguración: “La ilustración tiene un glorioso pasado, pero tiene algo mucho más importante: un brillantísimo futuro”. Ha defendido su impacto transversal en educación, moda, videojuegos o diseño editorial, y ha reivindicado su papel como arte autónomo que da sentido y color a lo cotidiano.

“El cartel de Icónica Madrid representa precisamente la fachada de esta Serrería Belga”, ha señalado. “Este edificio que creo que es muy querido por los vecinos del barrio, muy conocido ya por los madrileños, y muy representativo de lo que es esta ciudad”. Y ha añadido: “Yo nací en Lugo, así que soy una madrileña de Lugo. Y esa es una forma estupenda de ser madrileño”.

Ilustración en la calle, en el metro, en los hoteles

La exposición forma parte de IlustraweekMadrid 2025, un festival que ha convertido la ciudad en un escenario para la ilustración en todas sus vertientes: arte urbano, editorial, cómic, tatuaje, viñetas, carteles. Más de 100 artistas participan en esta primera edición, que se celebra del 24 de marzo al 5 de abril en cuarenta espacios de la ciudad. “Ilustraweek es una gran alianza entre la ciudad y el mundo de la creación”, ha asegurado Rubén Arribas. “Y lo que lo hace verdaderamente especial es que sale de los edificios. Salta a los comercios, a los hoteles, a las galerías. Queremos que la ilustración se viva en la calle, que se mezcle con la ciudad como si siempre hubiese estado ahí”.

El festival cuenta con sedes en la Sala Equis, el Ateneo de Madrid, Fundación Telefónica, el Museo ABC o UDIT, donde se celebrará del 3 al 5 de abril la feria Ilustrafest. A eso se han sumado intervenciones gráficas en escaparates, hoteles, bares y galerías. También hay cine, charlas y talleres, con espacio para propuestas sociales como la campaña Stand Up de L’Oréal contra el acoso callejero. Arribas lo ha resumido como “un premio y un regalo a toda una vida dedicada a la creación. Sin vosotros no seríamos nosotros”, ha dicho durante la presentación. “Y sin la ilustración, Madrid sería una ciudad un poco más gris”.