CONCIERTO
Madrid se rinde ante Pecos 45 años después
Los hermanos Javier y Pedro Herrero se reencuentran con su público en un Movistar Arena, que colgó el cartel de no hay billetes y en el que sonaron sus éxitos más recordados

Sara Fernández
En apenas unos meses, se publicaron en España dos canciones que se convertirían en sendos himnos generacionales: Para ti y Háblame de ti. Dos temas diferentes en su forma de abordar esa complicada etapa vital que es pasar de la infancia y a la juventud, como diferente fue la suerte que corrieron los grupos, ParaísoPecos, que los interpretaban.
Casi medio siglo después, los responsables del segundo de esos éxitos han decidido subirse de nuevo a un escenario e interpretar esa y otras canciones su repertorio, las cuales provocaron uno de los fenómenos de fans más espectaculares que ha vivido la música española. Lo más admirable es que, a pesar del tiempo transcurrido, Pecos no están solos. Aquellos seguidores que en su momento tuvieron que ahorrar la paga para comprar uno de sus discos, o que burlaron el control parental con excusas peregrinas para poder ir a uno de sus conciertos, han acudido en masa a la llamada del dúo.
Desde hace meses el Movistar Arena de Madrid había agotado las entradas para el concierto de Dos voces y una historia, la gira que el dúo ha organizado para celebrar sus 45 años de carrera y que les llevará por una veintena de ciudades a lo largo de 2025. De hecho, si bien Madrid iba a ser el punto de partida de la gira, hace cinco días Santander se adelantó a la capital porque las ganas de los fans por reencontrarse con los hermanos Pedro y Javier Herrero han obligado a que se añadan más fechas de las inicialmente programadas.

Javier Herrero, uno de los dos hermanos que componen Pecos, en un momento del concierto en Madrid. / Ricardo Rubio - Europa Press
Un fenómeno sin precedentes
Naturales del barrio de Vallecas, Javier y Pedro tuvieron una infancia humilde, marcada por el fallecimiento prematuro de su padre, lo que obligó a la madre y los tres hermanos a vivir en pensiones. Aficionados a la música desde muy pequeños, en 1978 Pedro y Javier llegaron de la mano de Miguel Ángel Arenas, 'Capi', a Epic, compañía que decidió grabarles un single para valorar si merecía o no la pena apostar por ellos. Las cuatro semanas que Emociones pasó en el número 1 convenció a la compañía de que los muchachos, todavía menores de edad, podían ser una mina de oro e, inmediatamente, encargó a Juan Pardo la producción de su primer LP.
Para un país como España, que no había vivido el fenómeno fan de los 60 en toda su plenitud, el lanzamiento en 1979 de Concierto para adolescentes fue una epifanía. Sus canciones provocaron un verdadero furor entre aquel público joven. Pero su carrera, con cuatro álbumes de éxito absoluto, se vio frenada de repente por el servicio militar de los hermanos. Cuando en 1984 regresaron, ya no fue lo mismo. Artistas como Miguel Bosé, Mecano, Olé-Olé o La Unión se cruzaron en su camino, así como propuestas surgidas de los grupos de La Movida como las de Alaska y Dinarama, Los Secretos, Loquillo y los Trogloditas y hasta Glutamato ye-Ye. Un panorama diferente a aquel en el que habían surgido Pecos y que acabaría provocando la disolución del dúo en 1986. Después de años separados, lo volvieron a intentar en 1993, con Pensando en ti, en 1999 con El poder de tus ojos y en 2004 con una gira para celebrar los veinticinco años de carrera. Desde entonces, los hermanos Herrero no se habían prodigado demasiado, lo que ha contribuido a que esta gira 45 aniversario fuera más deseada todavía.
Un recorrido por su historia
Una vez que se abrieron las puertas y mientras la gente accedía a sus asientos, desde el escenario un DJ pinchaba esos grandes éxitos que no faltan en las bodas y reuniones sociales, con intención de calentar un ambiente que, todo sea dicho no necesitaba ser caldeado. Pocas audiencias tan entregadas desde el primer momento como la que asistió hoy al esperado regreso de Pecos. A pesar de ello, los hermanos se hicieron esperar para aumentar aún más la emoción. Primero, el escenario empezó a llenarse de humo artificial, a continuación entró la banda —dos guitarras, un bajo, dos teclados, un batería y tres cantantes de coro—, que comenzó a tocar mientras se proyectaban en una pantalla gigante al fondo del escenario imágenes de archivo del dúo, rodadas a lo largo de estas cuatro décadas y media.
Unos minutos después, sin que la música dejase de sonar, hicieron su aparición Pedro y Javier, a los que ya no es posible referirse como el rubio y el moreno: Pedro ha perdido el pelazo que tenía y Javier ahora luce cano, pero, lejos de intentar suplirlo con apliques y aderezos, ellos son los primeros que han asumido que no son unos adolescentes y el concierto de esta noche fue buena prueba de ello. En lugar de repetir lo hecho hace cuatro décadas, los hermanos Herrero se han echado su historia a la espalda, se muestran orgullosos de ella y la defienden con ideas y planteamientos actuales. Llegado el caso, hasta bromean con la situación: "He escrito canciones en todas las décadas. Cuando tenía veinte, cuando tenía treinta, cuarenta, a los cincuenta y ahora, a los sesenta… y tres", comentaba Pedro que añadía: "vosotras estáis igual de guapas y jóvenes en ese corazón tan grande que siempre habéis tenido". En otro momento del concierto diría con media sonrisa: "lo leería pero no me he traído las gafas…".

Pedro Herrero, 'el castaño' de Pecos, durante el concierto. / Ricardo Rubio - Europa Press
Aunque el tiempo ha pasado para todos, Pecos demostró este domingo que todavía no ha pasado su momento. Después de interpretar Déjala y De espuma, de arena y sal, actualizando el sonido gracias a una sólida y potente banda más guitarrera de lo que eran, no ya los discos de Pecos, sino los de los mismísimos Obús, los hermanos saludaron a su público. "Gracias por venir esta noche, gracias por estar siempre ahí", les compartió Pedro que, a continuación resumió el plan de todos los presentes: "vamos a tocar canciones que hacen referencia a momentos bonitos de nuestra vida; ayudadnos a cantarlas". Y vaya si les ayudaron.
Desde el primer momento el público interpretó a coro un repertorio formado por temas procedentes no solo de los primeros discos del dúo, sino de toda su carrera, lo que demuestra que el dúo no fue lo que los anglosajones llaman un one-hit wonder. De este modo, temas relativamente recientes como Si tú los vieras, Luna u Olvidarte compartieron noche con Y decir que te quieroCanción para PilarGuitarraMadre o Y voló. No obstante, los éxitos siguen siendo los éxitos y prueba de ello es que, después de la interpretación de Háblame de ti, coreada desde la primera estrofa, hubiera que parar el concierto por la larga ovación.
Después de 45 años en el mundo de la música, Pecos conoce a su público, sabe controlar el tempo del espectáculo y cómo dosificar picos y valles. A pesar de que la puesta en escena es relativamente sobria, Pecos supo cómo crear momentos intimistas. Por ejemplo cuando interpretaron Que no lastimen a tu corazón, que fue introducida por Pedro diciendo "sé que tenéis teléfonos móviles porque estáis grabando toda la actuación, pero ahora os pediría que esta canción se quedase sin grabar para que encendierais la linterna y creásemos un ambiente especial". Dicho y hecho. O como aquel en el que los hermanos interpretaron, acompañados únicamente de guitarra y los tres miembros del coro, canciones como Juani, Y te vas y Recuerdos a la que se fue incorporando poco a poco la banda para, inmediatamente, encarar todos juntos Mi mundo.
En lo que se refiere al sonido y la voz, si bien es cierto que el tiempo ha pasado, Javier sigue siendo capaz de ejecutar ese falsete que le hiciera famoso y, en todo caso, cualquier desliz, en caso de que lo hubiera, es resuelto por una banda solvente y cómplice que demuestra muy buena sintonía con los hermanos que, lejos de divismos o personalismos, agradecieron su trabajo, no solo a todos y cada uno de los instrumentistas y cantantes, sino también a los asistentes de escenario, los técnicos de sonido, los de luces y los cámaras que estaban grabando el espectáculo porque, como declaraba Pedro: "Javier y yo no podemos con todo".
Hora y media después de comenzar con Déjala, el concierto finalizó con Señor, dos temas en los que Pecos piden a los padres de unas chicas que las dejen ser libres y que, 45 años después, parecen más consejos que unos padres dan a otros que, enfervorecidos, no se conformaron y pidieron un bis. Pecos no les decepcionó y les ofreció un popurrí con algunos de los temas más conocidos del dúo que abandonó el escenario, no a las 10, como cantaban hace 45 años, sino a las 23, que mañana es lunes y alguien tendrá que despertar a los chicos para ir al instituto y después poner rumbo a la oficina.
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