MÚSICA
El boicot de 300 hombres a Los Pecos en un concierto que casi les cuesta la vida: "Eran jóvenes abandonados por sus novias"
Ocurrió hace 45 años en Pamplona, en pleno pico de popularidad: hubo gritos, vasos, golpes... una estampa que, salvo sorpresa, Pedro y Javier no repetirán en la gira de regreso que están protagonizando y que, este domingo, recala en Madrid

Los Pecos protagonizaron un fenómeno musical en los 80 y 90. / XABIER SABORIDO

Nadie esperaba que Los Pecos regresaran a los escenarios que abandonaron hace 20 años. Lo hicieron por todo lo alto, tras décadas de éxito arrollador. Estadios, firmas, portadas... Un final a la altura del grupo que marcó el pop patrio con Háblame de ti, Esperanzas, Acordes y Si me faltaras tú, entre otros éxitos. Los hermanos Herrero Pozo, Pedro y Javier, el moreno y el rubio, despacharon cuatro millones de discos entre 1978 y 2005. Poco se sabía de ellos hasta que, el pasado diciembre, anunciaron su regreso con la gira Dos voces y una historia: este domingo, recala en el Movistar Arena de Madrid. Un concierto que, salvo sorpresa, no terminará como el que protagonizaron el 8 de julio de 1980 en Pamplona: hubo gritos, sirenas, golpes, persecuciones... Un boicot que provocó su cancelación.
Ocurrió en los Sanfermines de hace 45 años. Los incidentes comenzaron en el hotel Tres Reyes, donde se alojaban. De repente, hasta allí se desplazaron 300 hombres con la intención de increparles. ¿El motivo? Celos. Tal como recogió El pensamiento navarro, eran "jóvenes desesperados que habían sido abandonados por sus novias al enterarse de que Los Pecos estaban allí". De modo que pusieron rumbo hacia su alojamiento para sabotear la actuación.

Portada de 'Concierto para adolescentes', el primer disco de Los Pecos. / ARCHIVO
Enfurecidos, constituyeron un comité anti-Pecos para llevar a cabo su objetivo: lanzar a Pedro y Javier a la piscina una vez terminado su concierto en el Club Larraina, donde tendría lugar horas después. Se pegaron horas esperándoles. Cada vez más nerviosos y frustrados, decidieron colarse en el hotel para buscarlos. Golpearon puertas y cristales. Querían que el dúo supiera que estaban allí. "Pecos kanpora, Pecos dimite, Pamplona no te admite", cantaban mientras recorrían distintas estancias. La estampa era dantesca. "Fue tal el follón que se organizó que los responsables llamaron al gobernador civil, Eduardo Ameijide, para decirle que mandara a la policía para desalojarles, ya que llevaban dos horas con los ascensores bloqueados", escribió El País.

Página del 'Diario de Navarra' con la crónica del concierto de Los Pecos en Pamplona. / D. N.
Como no los encontraron, decidieron trasladarse al Club Larraina. Allí estuvieron organizándose hasta que, a las tres de la mañana, tras horas de espera, Los Pecos se subieron a las tablas. Vestidos de rojo y blanco, diseccionaron un cancionero que rápidamente puso al público en efervescencia. Bueno, sólo a una parte: aquellos novios enrabietados no tardaron demasiado en arrancar su misión. Primero, les lanzaron cigarrillos encendidos. Después, huevos duros.
No faltaron pesetas, corchos, líquidos... Los hermanos continuaron el bolo hasta que un vaso golpeó el brazo de Javier. Entonces, se pusieron de acuerdo y decidieron suspenderlo de mutuo acuerdo. Cumplido el deseo, el comité anti-Pecos se disolvió. Las seguidoras enloquecieron. Incluso, según la crónica publicada en Diario de Navarra, hubo alguna que se plantó en el escenario "para gritar contra el público por haber tratado tan mal a sus ídolos, con lo que terminó recibiendo el mismo trato que ellos". Se dirigieron a su camerino para pedirles perdón y que volvisen a tocar a Pamplona algún día. "Venimos a cantar, no a jugarnos la vida", comentó el dúo a la prensa al día siguiente. Un titular que no querrán repetir en 2025.