ENTREVISTA
Mario Vaquerizo: "La gente es muy envidiosa y sufre con el triunfo de los demás. Yo soy más cristiano, quiero para mí lo mismo que para el resto"
El polifacético artista madrileño, que hace cuatro meses sufrió durante un concierto un aparatoso accidente que casi le deja parapléjico, publica nuevo sencillo con Nancys Rubias que le devuelve a la actualidad musical... y más allá

Mario Vaquerizo fotografiado en Barcelona el pasado 13 de marzo. / JORDI OTIX
Periodista musical, mánager de Fangoria, líder del grupo Nancys Rubias, tertuliano, marido de Alaska... Casi con toda seguridad, Mario Vaquerizo es uno de los hombres más polifacéticos de este país. Y también uno de los más divisivos. Solo hay que ver cómo arden las redes sociales cada vez que da rienda suelta a su incontinencia verbal en entrevistas promocionales. Estos días vuelve a la carga con un nuevo sencillo, Reset, que resume la filosofía a la que se ha agarrado tras el aparatoso accidente que sufrió hace cuatro meses, durante una actuación en Cáceres, y que casi le deja parapléjico. "A medida que vas cumpliendo años, vas evolucionando y aprendiendo de los errores", comenta a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA. "Lo del reseteísmo es una filosofía que todos deberíamos adoptar. No habría que darle tantas vueltas a la realidad y, si algo está mal, decir: 'Mira, esto está mal. Me apago como un ordenador, me reseteo y salgo bien'. Uno puede aplicar esto a una caída, a una relación sentimental o a una situación laboral. Hay que coger el toro por los cuernos y ser un poco valiente para salir adelante".
P. Primera pregunta obligada: ¿cómo se encuentra?
R. Me encuentro bien. Últimamente digo que estoy vivita y coleando. Afortunadamente, he tenido mucha, mucha suerte, porque fue una caída que al final no ha quedado en nada. Bueno, sí, tengo bastantes secuelas, pero es que podría haber sido mortal. Ya solamente por eso tengo que estar agradecido y sentirme muy afortunado. He tenido mucha suerte también con los médicos que me han tocado y me cogieron a tiempo.
P. ¿Recuperó completamente la visión?
R. No. Ahora tengo una nueva visión. Pasé de tener un 5% en un ojo y menos de un 5% en el otro a tener un 90 y pico en uno y un 93 en otro. No está al cien por cien, pero está bien. En cuanto al cuello, está todo sellado ya. Ten en cuenta que en un principio me dijeron que no iba a ver y que me tendrían que meter unas placas por la espalda. Si no he tenido que someterme a esas operaciones será porque he evolucionado bien. También me dijeron que me había salvado un poco el hecho de estar delgado y ser un chaval deportista. Bueno, un chaval no, una persona madura de cincuenta años que hace deporte. Y después también fue importante mi actitud. No me gusta recrearme en el drama. Aunque la situación fue dramática, porque estuve cerca de cuatro minutos inconsciente en el suelo, con los ojos abiertos. Pero aquí estoy hoy, feliz y bien.
P. Y hasta se ha puesto a tomar clases de canto por primera vez en su vida.
R. Sí, y también he dejado de fumar sin pretenderlo. De llevar tanto tiempo puesto el collarín, se me ha aplastado un poquito la laringe y entonces tengo una especie de afonía. Aunque eso con ayuda del foniatra lo voy a recuperar, sé que es algo momentáneo. También es cierto que muchas veces para arreglar una cosa tiene que estropearse otra. Pero claro, yo no podía estar sin el collarín, porque las vértebras estaban totalmente fracturadas, que no rotas.

Mario Vaquerizo en una imagen promocional. / CEDIDA
P. ¿Por qué cree que la industria se ha tomado poco en serio su carrera musical?
R. Creo que a las Nancys Rubias nos ha pasado factura, de cara a la industria, el hecho de ser muy sinceros. Desde que formamos el grupo, hace ya 22 años, reconocimos en todo momento que no sabíamos tocar y que además no pretendíamos aprender a hacerlo, porque consideramos que no es fundamental para ser dueños de nuestro grupo. Esto es algo que la industria, que es muy fundamentalista, penaliza. Y luego también está nuestra actitud lúdica y nada victimista. No decimos 'Ay, ¡que no llego al número uno' o cosas así, y esto lleva a que piensen que nos lo tomamos todo a cachondeo. Tengo un grupo para pasármelo bien, no para sufrir, porque para sufrir ya existen otras cosas, ¿sabes? Por otro lado, no formamos parte de la industria pero no paramos de actuar. Lo que pasa es que nosotros nunca hemos querido ser solamente Nancys Rubias. Nos gusta ser periodistas, productores de Movistar Plus+, diseñadores de joyas y de ropa... También te digo que no vivimos nada de eso con ningún resquemor. En el fondo tenemos una actitud muy arrogante porque canciones como Me encanta o Peluquitas no suenan en ninguna radio y, sin embargo, las conoce toda España.
P. En cambio sí se granjeó una buena reputación como representante artístico. ¿Se le da bien negociar?
R. Mucho. Me encanta negociar. Mira, a mí me ha salvado tener una profesión, que es la de periodista. Es lo único que pretendí y que pretendo a día de hoy. Lo demás son cosas que por circunstancias de la vida, no sé si de forma consciente o inconsciente, me han venido dadas. Empecé mi carrera entrando a trabajar de periodista en Subterfuge. Ahí ejercí de promocionero de Fangoria, y eso me fue llevando a una agencia de actores en la que estaban Antonio Banderas y Elsa Pataky. Entonces me convertí en manager de Elsa, que fue por cierto quien me lo propuso. A su lado aprendí un montón, y eso después me llevó a ser manager de Fangoria, a los que todavía hoy sigo representando. También soy mi propio manager. Al resto de artistas los dejé por una cuestión de profesionalidad, porque no me daba la vida, y también porque no era muy recomendable que el representante fuera más famoso que la estrella, algo que sucedía a veces. En su día llevé a gente como Dover, Leonor Watling, Merche y Andrés Calamaro. Y no cogí a más gente porque muchas veces los artistas se equivocaban conmigo. Me decían 'es que tú eres muy bueno', y sí, yo puedo ser muy bueno, pero si no tengo buena materia prima al lado no voy a poder hacer igual de bien mi trabajo, ¿entiendes? La gente que me conoce y que ha trabajado conmigo alaba mi profesionalidad y seriedad a la hora de trabajar. Esto es algo que te tienen que decir los demás, pero que siempre gusta que te digan.
P. ¿Por qué cree que despierta reacciones tan polarizadas?
R. Porque soy marciano. Entiendo que soy un tío muy extremo, y esto es algo que gusta o no gusta. También creo que la gente es muy prejuiciosa y se mueve por dogmas. Y ahora que estamos tan polarizados, mucho más. Pero esto es algo que me ha pasado siempre, incluso desde antes de ser famoso. Además, la gente es muy envidiosa y sufre con el triunfo de los demás. Para eso yo soy más cristiano, lo que quiero para mí es lo mismo que quiero para los demás. A mí me alegra que todo el mundo triunfe en lo que quiera triunfar y que sea dueño de su propia vida. Yo soy muy dueño de la mía y me dan igual todo ese tipo de reacciones adversas que puedo producir. Me siento peor por mis padres, quienes a veces, cuando me cuestionan, lo pasan mal. No les gusta por ejemplo que digan mentiras sobre su hijo.
La gente es muy envidiosa y sufre con el triunfo de los demás. Para eso yo soy más cristiano, lo que quiero para mí es lo mismo que quiero para los demás"
P. Hablando de verdades y mentiras, se comenta que es usted amigo de Díaz Ayuso.
R. Mis amigos son los componentes de Nancys Rubias, y luego es verdad que soy una persona que tiene muchos conocidos y que se muestra educada con las demás personas. En realidad me da igual lo que digan. También puedo ser amigo de una persona de otro partido político. No soy de blanco ni de negro, sino de gris perla. Hay cosas que me encantan y otras que detesto de la izquierda, y lo mismo me pasa con la derecha. No soy fundamentalista ni de extremos. Lo único en lo que sí soy extremo es a la hora de ponerme el cardado. En mi día a día soy muy aristotélico. A mí es que los extremos me dan miedo, y muchas veces el extremismo ha llevado a situaciones un poquito complicadas. En cualquier caso, no me molesta que digan que soy amigo de Ayuso, porque, para empezar, tampoco es que esa señora sea una asesina. A mí podría molestarme que dijeran que soy amigo de un okupa o de un asesino, pero no de un político. También soy amigo de Susana Díaz, a la que conocí en el programa TardeAR y de la que me he hecho íntimo. En Sevilla, Susana le pone velas a una virgen por mí. Más allá de las ideologías, lo que uno debe hacer es ser educado y saludar a la gente. Oye, es muy feo que vayas a un sitio y que alguien te gire la cara.
P. ¿Le ha pasado eso con gente conocida?
R. Sí, me ha pasado con gente conocida pero no te voy a decir con quién [risas]. Es una falta de educación. Tú puedes no interesarme, pero a mí me enseñaron en casa a ser educado, a saludar y a apretar la mano fuerte además cuando lo haces. Pero bueno, gente maleducada hay en todas partes.
P. Hablar de dinero parece un tabú, pero usted nunca ha tenido problema en reconocer lo mucho que le gusta.
R. A mí me gusta trabajar y trabajo para tener un nivel de vida que sea el que yo quiero tener. Si para conseguirlo tengo que estar trabajando de domingo a domingo, lo voy a hacer. Yo no tengo paga extra, soy autónomo y trabajo en lo que quiero. Cuando no quiero trabajar, no trabajo y ya sé que entonces no gano dinero. A todo el mundo le gusta tener cierto bienestar y está bien que cualquiera tenga la posibilidad de luchar por ese bienestar. A todo el mundo le gusta tener su pisito y su coche. A mí también me gusta tener mi pisito, y el coche no, pero porque no conduzco. También me gusta tener la ropa que me compro y poder tener dinero para ayudar a las personas de mi entorno que igual no tienen tanto como yo.
P. ¿Alguna vez, cuando empezó en el mundillo, se le pasó por la cabeza que acabaría teniendo seis pisos en la Gran Vía de Madrid?
R. No, no. Lo de los seis pisos ya es lo de menos. Lo más importante es que tú estés feliz y te encuentres bien. Mi felicidad no se basa en tener más o menos. Se basa en que mi mujer esté bien y me quiera, en que les vaya bien a las personas a las que quiero... Lo otro es lo cuantitativo, que también está muy bien, pero esto que es cualitativo me parece todavía más importante. Además, pienso que hoy día me va muy bien pero que dentro de dos días me podría ir mal. Estoy preparado para todo, porque la vida es una montaña rusa. No sé si las pensiones van a existir el día de mañana, así que tengo que ganar mucho dinero para hacerme ese colchoncito que podría necesitar si vienen las vacas flacas. Y este razonamiento doméstico es algo que pienso que aplica todo el mundo, pero parece que suena a despropósito cuando soy yo quien lo dice. Igual es que la gente es muy hija de puta y mentirosa.
Este razonamiento doméstico es algo que aplica todo el mundo, pero parece que suena a despropósito cuando soy yo quien lo dice. Igual es que la gente es muy hija de puta y mentirosa"
P. Supongo que tampoco se imaginó casado con una de las mujeres más famosas de nuestro país.
R. No, ¡eso habría sido muy neurótico!
P. En la serie documental 'Alaska Revelada' dijo su mujer que aún no había roto con su novio cuando empezaron a salir juntos. ¿Cómo llevó lo de ser ‘el otro’ durante seis meses?
R. Eso fue muy divertido al principio. Pero luego, cuando ya pasaron seis meses, lo de ser el otro me empezó a hacer menos gracia. Sobre todo porque tú lo tienes muy claro. Es decir, a mí no se me engañó. Me metí en una relación pero yo no tenía problema con eso, porque no era yo el que tenía esa relación. Ahora bien, cuando me di cuenta de que empezaba a querer ir más en serio con ella fue cuando me planté y le dije: '¿Te quedas conmigo o no?'. Y así fue.
P. ¿Y en esos meses no se sintieron mal por el otro?
R. No. Aunque con el paso del tiempo he aprendido que a mí no me gustaría que me pasara lo que le pasó a él. De todas formas, estas son cosas muy difíciles. Muchas veces los sentimientos son irracionales y te llevan a hacer cosas que no harías en tu estado natural. Durante esos seis meses que te decía estábamos los dos como si nos hubiera poseído el espíritu teenager. Y eso que Olvido tenía 36 años y yo, 25. Fue muy bonito porque, además, tampoco creas que había tenido muchas relaciones con chicas hasta ese momento. Creo que tuve una o dos, y tampoco duraron mucho.
P. ¿Y usted, perdonaría una infidelidad?
R. A mí me costaría mucho. Aunque bueno, no lo sé. Me he dado cuenta de que una cosa es la teoría y otra la práctica. A mí siempre se me había llenado la boca diciendo a mi mujer y amigos que, si un día me quedaba en estado vegetativo, ellos tenían que estar conmigo hasta el final, que no me importaba quedarme paralítico. Cuando a raíz del accidente me vi cerca de quedarme en ese estado, empecé a decir que no, que así prefiero no seguir. Volviendo a tu pregunta, te diría que bajo ningún concepto perdonaría una infidelidad, pero en realidad no lo sé. Desde luego no me haría gracia. En ese sentido, tú también tienes que ser listo y conquistar constantemente a tu pareja para que no se fije en otro.
P. ¿Qué cree que habría sido de su vida de no cruzarse Alaska en su camino?
R. Pues habría sido otra vida. Eso es como lo de la película Una mujer bajo la lluvia, donde Ángela Molina va a coger un taxi, en mitad de la lluvia, y se encuentra con dos chicos (Imanol Arias y Antonio Banderas) abriéndole la puerta del suyo. Según el coche en el que se hubiera metido, habría tenido una vida u otra. Pues eso mismo pasa conmigo. Aunque uno también es producto de la gente que le rodea. En ese sentido, tampoco sé cómo habría sido mi vida si mi tía no me hubiera llevado de niño al cine a ver la película de John Travolta. ¿Habría sido igual? Probablemente no. Desde que conocí a Olvido he tenido una vida muy plena, pero también la tenía antes de conocerla, cuando estaba estudiando Periodismo y salía y entraba con mis amigos. Aunque sí creo que mi vida ha mejorado a su lado. Llevo 25 años con Olvido, con la que lógicamente he tenido y sigo teniendo mis altibajos, y no echo de menos nada del pasado. Ayer, por ejemplo, lo pasamos fenomenal viendo Yellowstone en casa. Tampoco hace falta estar todo el día saliendo. De hecho, cada día te apetece salir menos. Además, ¿para qué quieres tener entonces seis casas? Será para disfrutarlas. Los domingos me subo a la biblioteca y me lo paso bomba leyendo la Super Pop toda la tarde. Pero vamos, que está todo en su sitio y eso está guay.
- Siete planes para disfrutar del Día del Libro en Madrid
- Los mejores libros clásicos para regalar este Sant Jordi 2025
- Los mejores libros de política (y políticos) para este Sant Jordi 2025
- Los mejores libros de literatura 'young adult' para regalar este Sant Jordi 2025
- Las mejores novelas históricas para regalar este Sant Jordi 2025
- Vendrán los alienígenas y tendrán tus ojos': el amor es el nuevo punk (extraterrestre)
- Las mejores novelas negras para Sant Jordi 2025
- Los mejores 'best seller' para este Sant Jordi 2025